Más opciones para los que «se la llevan con pala»
La crisis económico financiero se profundiza. El lanzamiento hace unos días del Cedin (Certificado para Depósito de Inversión) refleja la urgencia del gobierno de inyectar dólares genuinos al mercado, y ha generado mucho revuelo en los especialistas. Priman las críticas y la desconfianza ante un plan agotado y con medidas-parches que empeoran las cosas.
En otro artículo de esta página abordaremos lo que para nosotros constituyen las causas de fondo del lanzamiento, la semana pasada, de los bonos Cedin por parte de «los cinco ministros de economía» como se ha dado en llamarles. Aquí sólo trataremos de explicar los alcances y consecuencias del bono en sí, de las necesidades o urgencias del gobierno, del por qué de las quejas del sector burgués y finalmente si tendrá o no el resultado declarado por Economía.
En primer lugar digamos que el Cedin es un Bono más de los tantos que ha lanzado este gobierno al mercado local, con la intención de hacerse de dinero fresco, toda vez que las fuentes de financiamiento externo están vedadas (es decir nadie le da crédito ni invierte en el país porque no confían en el INDEK y sus índices de inflación o crecimiento) y estamos en una lista negra. Al agotarse las fuentes de qué echar mano como la ANSES o las propias reservas del BCRA, ahora tienen que apelar a un mecanismo más que dudoso y cuestionado: Recurrir a un blanqueo de capitales, es decir, apostar a que los grandes y medianos tenedores de dólares en negro, tentados por la posibilidad de blanquearlos, los inyecten al mercado comprando Cedin.
En segundo lugar el gobierno declara, que el objetivo de los bonos es reactivar el mercado inmobiliario y de la construcción (que por sus propias medidas de meses anteriores se paralizó) o bien a inversiones en el sector energético (que está desmantelado a pesar de 10 años de «crecimiento económico K» y lo que hace perder más de 12.000 millones de dólares anuales en importación de combustibles).
¿Cómo opera el circuito del lavado? Sin entrar en las cuestiones instrumentales que poco nos interesan a la gente común que en general no tenemos ni pesos para llegar a fin de mes, mucho menos dólares que blanquear; digamos que los dólares en negro (cuyo origen no pueden declarar y por cuya ganancia no pagaron impuestos) de los grandes o medianos empresarios o de particulares, ahora el gobierno les permite a través del Cedin, blanquearlos, quedar totalmente libres de impuestos o penalidades y encima si decidieran guardarlos tendrían un interés anual del 4% en dólares!! Increíble, mientras a nosotros nos sacan todos los días el 21% por el IVA al contado, mientras a más de 2 millones de trabajadores les descuentan impuestos a las ganancias al sueldo, a los grandes evasores (porque de eso se trata y no de un jubilado que haya comprado U$S 100 para preservarse de la inflación no reconocida por el propio gobierno) le permitirían blanquear toda esa inmensa ganancia en negro, sin multas, actualizada en dólares y sin preguntarles nada.
Los motivos del gobierno son claros, necesita imperiosa y urgentemente dólares que ya no puede hacerse por ninguna otra vía para tratar de reactivar el mercado interno o invertir algo en infraestructura energética que se cae a pedazos.
El problema es que los grandes burgueses, que son los que realmente tienen los 3 o 4 mil millones de dólares que el gobierno confía en conseguir a través de los Cedin, no confían en que una vez en poder del gobierno, éste les devuelva los dólares (que por otra parte ellos ya tienen en su poder!!) sino que hagan lo que ya hizo Duhalde cuando dijo «el que depositó dólares tendrá dólares». Incluso admitiendo que la opción de blanquear el dinero sea muy atractiva, lo que muy probablemente ocurra es que prime la desconfianza burguesa en un gobierno en crisis, con un plan en picada y urgido de quedarse con divisas cueste lo que cueste.
Desde los escribas del capitalismo, han salido a denunciar que eso sería una mala señal para los que pagan impuestos, que abre las puertas al ingreso de dólares de actividades ilícitas como droga o prostitución, que el blanqueo está hecho a medida para los empresarios amigos de los K como Lázaro Báez, que oficializa un desdoblamiento cambiario, etc. todo esto es cierto, pero no es más que una cortina de humo. La verdad es que la inmensa mayoría de los U$S 40.000 millones locales o de los U$S 160.000 millones que el gobierno deschavó que la burguesía tiene atesorado en dólares proviene de la evasión y no declaración de sus fabulosas ganancias empresariales; y la fuga sistemática y permitida por éste y todos los gobiernos anteriores año tras año. Para ocultar esto, los grandes empresarios salen a agitar ahora el peligro del dinero del lavado de la droga o lo malo de transformarnos en un paraíso fiscal, cuando son ellos mismos los que desde siempre lavaron y colocaron sus dólares en paraísos fiscales en todo el mundo.
Inflación descontrolada y blanqueo: dos muestras de un plan que se hunde
Hace un par de semanas ante la pregunta sobre la inflación en Argentina, el Ministro Lorenzino, pronunció su célebre frase: Me quiero ir! No se fue. Tampoco hizo nada, ni un anuncio para intentar frenarla. Es que los elementos que la generan siguen vigentes y se amplifican casi semana a semana: la brecha cambiaria siguió aumentando, la presión de los empresarios de la UIA para devaluar el peso se intensificó y ambas cosas generan mayor presión inflacionaria aún.
El patético intento de mostrar unidad y fuerza de los cinco personeros del gobierno involucrados en economía, generó confusión, desconfianza, bronca. Es que el anuncio del blanqueo como una medida de salvataje no convence a nadie. La mayor parte de la gente común no tiene dólares para invertir en Cedin, pero reacciona con bronca al ver que a los grandes evasores y empresarios les dejen blanquear sus ganancias sin pagar impuestos, mientras que a nosotros nos cobran el impuesto inflacionario día a día.
Se empieza a hacer evidente que el plan está en su etapa de hundimiento: La inflación es un síntoma, el más evidente y que más directamente afecta a los trabajadores y sectores populares. Pero la falta de inversiones genuinas, la caída de generación de empleos, los indicadores que ya preanun-cian un estancamiento o recesión, la crisis de infraestructura en sectores claves como caminos, ferrocarriles y sector energético, a pesar de ser menos tangibles, tienen un impacto evidente sobre nuestra vida: El estancamiento o recesión trae aparejado a futuro no muy lejano suspensiones, despidos y salarios congelados. La crisis energética, combustibles importados y más caros que se trasladan a los precios como una bola de nieve de nunca acabar. El nuevo anuncio de Moreno, de un nuevo «congelamien-to de precios» a partir del 1º de junio sobre 500 productos ya parece una broma macabra.
La salida es tirar abajo este modelo: Ya hemos insistido en otras oportunidades sobre la necesidad de poner en marcha un plan al servicio de los trabajadores y el pueblo. Un plan que ataque la inflación, se oponga a la devaluación que propugna la UIA, que cambie la estructura tributaria para que paguen más los que más tienen y se reactive la obra pública y se nacionalicen los recursos como gas, luz, agua, petróleo, ferrocarriles, etc.
El anuncio del Cedin, pone sobre el tapete avanzar sobre la evasión fiscal, la ganancia en negro, la fuga de capitales al exterior, todos hechos perpetrados por las grandes empresas nacionales e internacionales con la complicidad de la banca, el circuito financiero, las aduanas y los controles del comercio exterior. Para ello no hay parche que valga, no hay Cedin ni bono lo solucione. Hace falta avanzar en la completa nacionalización de toda la banca, la bolsa, el control de los puertos y el comercio exterior, en manos de los trabajadores y el pueblo. Sin ello, seguirá la sangría de la evasión y fuga de miles de millones, a los que ahora más cínica que ingenuamente se los pretende tentar con este blanqueo de Cristina y los suyos.
Gerardo Uceda