Represión, ajuste y crisis del modelo
A la corrupción, los problemas con el dólar, la inflación, se le han sumado en los últimos días brutales hechos de represión, que no siempre tienen el mismo espacio mediático que lo anterior. A fin del mes pasado fue la Policía Metropolitana la que irrumpía en los terrenos del Hospital Borda, golpeando a trabajadores, pacientes, legisladores y hasta periodistas. En el Chaco, el mimado de Cristina, Capitanich, reprimía y detenía docentes y padres que hace meses reclaman por la educación pública. El viernes 10 Peralta mandaba la policía provincial a golpear a los estatales en plena negociación salarial, dejando 15 heridos de bala de goma. El sábado 11, en la Rioja, el gobernador K Beder Herrera reprimía una movilización contra la megaminera Osisko, en defensa del agua y de la vida en la localidad de Famatina, donde hubo 16 heridos. Y ayer, tras una denuncia del gobierno de Scioli, detuvieron a 5 delegados de ATE en La Plata. Distintos lugares, distintos signos de gobierno, la misma represión para los trabajadores y el pueblo.
No hay que confundirse: los golpes son herramientas para sostener una política que implica arrebatar derechos y profundizar el saqueo de lo nuestro. La otra cara de una moneda que se muestra con los trescientos despidos en Telefónica, ocurridos tras la salida de la tercerizada Elecnor (al cierre de esta edición estaba en vías de solución gracias a la tenaz lucha de los trabajadores de Uettel). Son las paritarias a la baja, o directamente la negativa a discutir salario y condiciones de trabajo. Es la continuidad del impuesto al salario y la quita de asignaciones familiares; la negativa a millones de jubilados del 82% móvil. Por eso acampan los telefónicos; los docentes y estatales luchan en las provincias y se viene un paro nacional para el viernes 17. Son esas mismas razones las que motivan el Paro Nacional de la CTA para el 29 de mayo. Lamentablemente, cuando más hace falta la unidad de acción, Moyano se aleja del paro y se junta con viejos políticos patronales. Tenemos que preparar este paro desde los lugares de trabajo. Realizando asambleas, plenarios y reuniones para garantizar la decisión por la base y la organización de la medida. Los cortes y la Marcha a Plaza de Mayo que están programados.
Estamos, sin duda, en la etapa de decadencia del modelo. Tenemos que prepararnos para nuevos hechos que trastoquen las cosas. Como las denuncias sobre Lázaro y Néstor, este blanqueo hecho a medida de los grandes empresarios y mafiosos o la reforma judicial reaccionaria. El gobierno está mal y hará lo que sea para tratar de sostenerse. O al menos para sostener sus negocios. Los pactos como los que vimos con el PRO en la Capital se van a repetir allí donde sean necesarios para el kirchnerismo. Pero las cosas no le vienen saliendo. El quiebre observado en el 2012 va a seguir y en muchos sectores se va a profundizar. Son cada vez más escasos los argumentos para defender un relato oficial que pinta un país de maravillas que nadie, salvo los funcionarios K, logra encontrar.
Lo que sí tiene a favor CFK son los enemigos más mediáticos. La galería del terror del viejo PJ, que se recicla pero siempre por derecha. La UCR que defiende las bases fundamentales del este régimen que nos viene hundiendo hace décadas. Lamentablemente también le ayudan a los K las decisiones equivocadas de sectores del FAP o el propio Pino, que insisten en reeditar acuerdos que nada tienen que ver con un rumbo de cambio para el país. Abundan las fotos y los acercamientos, pero todos motivados por cálculos puramente electoraleros, sin ninguna perspectiva cierta.
Con los problemas acechando y los tiempos electorales encima, los debates y búsquedas de opciones se van colocando en el centro de la escena. Incluso los demás hechos se van tiñendo por la batalla de agosto-octubre. Una amplia franja, que rechaza a todos los oficialismos y busca algo nuevo se hace visible en la calle, lugares de trabajo, estudio, en los barrios. Podrá expresarse con más o menos nitidez según las herramientas que tenga para hacerlo. Pero lo concreto es que son muchísimos los que buscan una opción con propuestas de cambio profundo, transformaciones de raíz. La necesidad de terminar con las privatizadas y recuperar ferrocarriles y subte; la defensa de lo público como un punto central a sostener; la solución a los problemas del salario y las jubilaciones, al trabajo en negro; las propuestas para terminar con este sistema, que es la verdadera base de la corrupción. Estas y otras medidas son las que deberían ponerse en la plataforma para conformar un nuevo movimiento político. Es necesario combatir con la lógica que impide la unidad entre todos los actores que luchamos por cambiar esta realidad, ya sea por intolerancia o por mezquindades que terminan obstruyendo el paso a la necesaria construcción común que tanta falta hace. Por ello la herramienta que se necesita debe construirse alejada tanto del sectarismo como del oportunismo.
El MST acaba de realizar un Congreso Nacional para ratificar la pelea por poner en pie en todo el país la alternativa que se necesita. Llamando a la unidad por ese programa, por esa construcción también en estas elecciones. En frentes donde se logren, solos donde nadie quiera avanzar en este sentido. Alejandro Bodart, Vilma Ripoll y demás referentes en todo el país encabezarán esta propuesta. Llamamos a los trabajadores, jóvenes, profesionales, mujeres en lucha, compañeros de los barrios, a sumarse con toda su fuerza. Vamos juntos para poner en pie un proyecto emancipador.