En mayo de 1974 las bandas armadas por López Rega y el gobierno nacional del PJ junto a la burocracia sindical, empezaban a actuar, golpeando a la vanguardia obrera y a nuestro partido, el PST, entre otros. En Campana aparece muerto y salvajemente mutilado nuestro compañero Inocencio «Indio» Fernández, de 26 años, obrero metalúrgico de CORMASA. Más de 500 compañeros despidieron su cuerpo mutilado por las balas en el local de Pacheco y después marcharon hasta el cruce de Panamericana y la ruta 197.
El 29 de mayo de 1974 sucedió un hecho gravísimo. Nuestro local del PST de Pacheco, fue asaltado y ocupado por la Triple A. Tras un feroz tiroteo, el grupo comando logró quebrar la resistencia de la guardia del local, y mientras varios compañeros escapaban por los fondos, seis compañeros del PST fueron secuestrados. Tres eran compañeras, y fueron liberadas unas horas más tarde. Los tres compañeros, con los que militábamos juntos, aparecieron fusilados.
Oscar «Hijitus» Meza tenía 26 años, delegado obrero de Astilleros Astarsa. Antonio «Toni» Moses tenía 24 años, obrero metalúrgico de Wobron. Y Mario «Tano» Zidda tenía 22 años, del centro de estudiantes del Industrial de Tigre. Eran tres jóvenes militantes del PST de Pacheco.
La «Masacre de Pacheco», como se la conoció en esa época, fue un golpe durísimo para el PST, y la señal de lo que se venía. Nuestro partido organizó un gran acto unitario para despedir a nuestros compañeros asesinados. Y en ese acto, ofrecimos la palabra a todas las organizaciones, las políticas, las guerrilleras, las clasistas. En ese acto, Nahuel Moreno en nombre de la dirección del PST, propuso a todas las organizaciones presentes dejar de «juntarnos solo para velar nuestros muertos, y organizar, ya mismo, piquetes de autodefensa armada para impedir que la bestia de la Triple A, amparada por el gobierno del PJ, pueda seguir creciendo. No queremos la unidad de acción para acompañar nuestros muertos. La queremos para aplastar al fascismo!». Lamentablemente la propuesta del PST no fue escuchada.
Pasaron 39 años y los compañeros asesinados en Pacheco, igual que todos nuestros compañeros asesinados y desaparecidos, siguen con nosotros. Están y estarán presentes, ahora y siempre!

Gustavo Giménez