Moreno primero habló de congelar precios, pero siguieron subiendo a más del 25% anual y casi el 30% en los alimentos. Luego vino la MorenoKard para pactar con los hipermercados un negocio millonario, pero la tarjeta sigue en veremos y los precios no paran de subir. Después vino el papelón de Lorenzino con la periodista griega: «¡Me quiero ir!»
Pero como hay elecciones y no hay un verdadero plan anti inflacionario, a Cristina se le ocurrió que los muchachos de La Campora controlen los precios… de 500 productos sobre los 30.000 que releva el INDEC y donde faltan algunos esenciales para la alimentación sana de una familia.
A este escenario K se subieron los intendentes. Pero la mentira del INDEK de que la inflación anual es del 8 al 10% no puede ser eterna. Por eso, luego de negar que acá la inflación se devora los salarios, las jubilaciones y los planes sociales, ahora los K lanzan este nuevo verso de «mirar para cuidar». En muchos hipermercados ya se encuentran importantes faltantes de los productos pactados.
Un verdadero programa antiinflación debería empezar por: 1. Eliminar el IVA de los artículos que integran la canasta familiar y congelar sus precios; 2. La indexación automática de los salarios, jubilaciones y planes sociales; 3. La intervención del Estado sobre las grandes empresas formadoras de precios, y 4. Un verdadero control de precios por parte de las asociaciones de consumidores, los sindicatos y las organizaciones sociales y vecinales. Nada que ver con el circo de los muchachos de Moreno y de Cristina.