Los trabajadores de la FORD, los de la zona norte y los de todo el país, esperaron durante años, que algunos de los cómplices civiles y empresarios de la dictadura genocida, sean procesados y vayan a la cárcel. Hace unos días, el Juzgado Federal de San Martín procesó a tres ex gerentes de la fábrica de Pacheco. Pedro Muller, Guillermo Galarraga y Héctor Sibila, fueron considerados partícipes de los secuestros y torturas que 24 trabajadores de la planta sufrieron durante la dictadura. Muller era ex gerente de Manufacturas, Galarraga de Relaciones Laborales y Sibila jefe de seguridad. Ellos señalaron a los compañeros y facilitaron el accionar de los militares que ocuparon la fábrica.
Fueron años de lucha exigiendo que estos asesinos patronales pagaran sus culpas. Este fallo es un triunfo, pero como toda la justicia que administra y supervisa el kirchnerismo, llega tarde y siempre es parcial. El procesamiento fue dictado sin prisión preventiva y con los tres asesinos en libertad.
Siempre supimos y siempre dijimos que no solo estos directivos fueron responsables. La empresa FORD, al igual que muchísimas otras patronales, fueron el apoyo empresarial al golpe militar, que tuvo también sus cómplices políticos, eclesiásticos y de la burocracia sindical. La empresa FORD facilitó y colaboró activamente en haber permitido que se instalara un centro de detención en el interior de la planta y en el campo de deportes, donde los trabajadores fueron mantenidos en cautiverio, golpeados y torturados. Hay que exigir que Muller, Galarraga y Sibila vayan a la cárcel. Y con ellos, todos los cómplices de la dictadura. Para que la justicia sea completa. Por nuestros compañeros asesinados y desaparecidos y para que no suceda nunca más.