En la última semana, fue de público conocimiento el acuerdo electoral consagrado por las parejas de Pino-Carrió, Prat Gay-Gil Lavedra y Terragno-Loustau; para dirimir sus candidaturas mediante las PASO, llamado UNEN.
Ya desde meses atrás, al interior del entonces Movimiento Proyecto Sur se fue realizando un debate sobre el marco de alianzas a construir. Quienes creíamos que la prioridad debía ser la unidad con integrantes del FAP y la apertura hacia otras fuerzas de la izquierda política y social, proponíamos a la vez evitar el acuerdo con Carrió por las importantes diferencias de programa y de proyecto que nos separan. En ese momento Proyecto Sur decidió igualmente avanzar con Carrio y a la vez se dispuso a ir por más. Hoy, lo llamativo del acuerdo no solo es la unidad con Lilita, sino la integración de Pino Solanas a una Alianza con la UCR. Podríamos dedicarnos a citar frases del líder de Proyecto Sur contra “el aparato radical” o el “bipartidismo”; pero no alcanzaría para comprender lo contradictoria e equivocada que es dicha decisión.
Las “raíces” del giro de Pino
El giro de Pino hacia Carrió y la UCR tiene diferentes razones. En primer lugar, la situación política nacional de los últimos meses con la agudización de la crisis del modelo K, generó una importante presión de un sector de la burguesía, por unir a toda la oposición. Lilita tomó la posta en este sentido y astutamente batalló para llevar a Pino por ese camino. Lejos de intentar aprovechar la enorme oportunidad, surgida de la crisis K y el vacío opositor para fortalecer un polo emancipador; Pino sigue el surco de Carrió.
El error de seguir otro rumbo, en parte se entiende desde su abandono de la candidatura presidencial en las Elecciones del 2011. Esto fue el detonante del fracaso en las elecciones nacionales y el comienzo del fin del Movimiento Proyecto Sur. Esta acción generó un distanciamiento de su base social, que lo veía con posibilidades de transformarse en una alternativa a la izquierda del kirchnerismo. Asimismo, fruto de dicho fracaso y de la falta de democracia interna, diferentes compañeros muy valiosos fueron alejándose, y esto sucede hasta el día de hoy, en el que a contramano de la opinión de la mayoría de PSUR, Pino decide aceptar un pacto con Carrió y la UCR.
Por último, la fuerte impronta parlamentarista de dirigentes del partido PSUR, fue llevando a una acomodación de sus políticas y a perder el carácter de fuerza alternativa y reducirse a unas pocas bancas. Estos problemas y debilidades externas e internas fueron llevando a un debilitamiento y aislamiento cada vez mayor, que en su preocupación electoral orientó a Pino al muy equivocado armado panradical.
La “nueva alianza” entierra las cinco causas
Es difícil creer que Pino con un grupo pequeño de compañeros, podrán imponer el programa, perfil y política a Carrió o al aparato radical. Más difícil es creer, que dichos sectores apoyarán la decisión de estatizar la red ferroviaria bajo control social, o recuperar los recursos naturales y terminar con el modelo extractivista.
Es que la UCR, como bien explicaba el Mov. PSUR, fue y sigue siendo parte del saqueo y explotación de lo nuestro y de nosotros. Es la hiperinflación, el pacto de Olivos, el corralito, el ajuste. Es un aparato en retroceso y decadente, que luego del 2001, intenta detener su putrefacción. Terragno, Prat Gay, Gil Lavedra, Carrió; fueron empleados del mes más de una vez durante esos años en que gobernaron.
Hoy proponen frenar la corrupción y la defensa de la “república”, de la “democracia”, o de la “moral”. Resulta cómico, que desde la letrina de “la Banelco”, no surja corrupción. La defensa de la “democracia”, sin un programa emancipador con propuestas de fondo, es como un campo seco; sin las herramientas, cultivos y animales.
Desde el MST-Nueva Izquierda convocamos a los trabajadores, los jóvenes y los sectores populares desilusionados con las acciones de Pino y Proyecto Sur, a que se sumen a pelear por una construcción transformadora, emancipatoria y de izquierda, que en todo el país le de pelea a los gobiernos y los viejos partidos. Una construcción que levante bien alto las banderas de las cinco causas y cambie de raíz nuestro país.
Mariano Veiga
