Con el pago del medio aguinaldo, el paro de camioneros y la marcha del lunes 8 apoyada por la CTA, volvió al centro de la escena la tremenda injusticia que significa que los trabajadores tributemos el regresivo impuesto a la cuarta categoría sobre nuestros salarios.
Según el IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), los trabajadores que tributan de sus sueldos ganancias han perdido entre el 45 y el 82% de aguinaldo. Por eso la CTA levanta la eliminación del impuesto al salario como uno de los reclamos centrales y, además de la movilización de los camioneros, se anuncian medidas de los portuarios, de las CGTs cordobesas y hasta la oficialista CGT Balcarce declaró coincidir con la “justeza” del reclamo. El felpudo K Hugo Yasky fue desairado cuando salió a mendigar que su admirada presidenta le perdone por esta vez el impuesto sobre el medio aguinaldo.
Cada vez somos más los que pagamos Corría enero cuando Cristina, al anunciar su verso veraniego de “aumento” del mínimo no imponible sobre el que se tributa el impuesto a las ganancias, nos mintió una vez más. Dijo que solo el 17% de los trabajadores iban a tributar el impuesto. Los estudios no oficialistas señalan que, por el contrario, alrededor 30 % de los trabajadores en blanco tributan ganancias este año.
Como si con ello no alcanzara, no solo serán más trabajadores los que tributen, sino que pagarán más plata. Esto es así por dos razones. Porque los aumentos del piso para tributar no acompañan el ritmo inflacionario, por ejemplo el piso no fue aumentado en el 2012.
Y también porque existe una tablita de categorías de pago según el nivel salarial, que no se actualiza desde el año 2000. La consecuencia: los trabajadores de ingresos medios son los que más pagan.
Según la presidenta se aumentó el piso en enero del corriente año en un 20%, pero como se computa a partir de marzo y el impuesto es anual, en realidad fue del 16,7 %. Y como cerraron las paritarias con aumentos promedio de entre el 24% y 26% (en dos o tres cuotas), quedaron entre 7 y 9 puntos de “ganancia neta” extra.
Si la mayoría de los 3 millones alcanzados por Ganancias ya están pagando tasas que van del 14 y 19%, ahora pasarán a los tramos del 19 al 27%. Ahora si con suerte, los salarios fueron actualizados acompañando la inflación real, no tuvieron ninguna “ganancia extra” pero pagan mucho más, porque subieron a una escala de pago que tributa más. ¡Un robo completo!
Por todo esto los trabajadores verán neutralizada buena parte de los incrementos salariales de este año. Los reajustes salariales perderán entre un 10 y un 13% de los incremento logrados, por la mayor presión impositiva.
Una injusticia que se ha ido agravando
De esta forma el impuesto se devora aguinaldos, salarios, aumentos… o sea es un ajuste directo contra los trabajadores de ingresos medios y es tan arbitrario, que aunque los que más ganan pagan más, al no modificar las escalas que vienen del año 2000, los que pagan más en forma proporcional son los que están a la mitad de la escala.
El aumento de la cantidad de trabajadores que tributan se produce al no aumentarse el piso en forma proporcional a la inflación. Con los aumentos salariales cada vez más trabajadores se ven obligados a tributar aunque su salario no haya aumentado su poder adquisitivo (con respecto a la inflación real) y en muchos casos aunque haya bajado.
Se calcula que desde el 2001 hasta el presente la inflación aumento un 670% pero la base para tributar aumento solo un 478%. Por eso en el 2001 solo tributaban un 7% de los trabajadores en relación de dependencia y hoy son casi un 30% los que lo hacen.
Anular el impuesto y cobrarle a los ricos
En nuestro país pagan más impuestos los que menos tienen, los trabajadores y el pueblo. Por eso uno de los pilares de la recaudación tributaria que es el IVA lo pagan por igual todos los argentinos, estén en la pobreza más absoluta o estén nadando en plata. Por eso ahora con el “blanqueo” podrán muchos grandes evasores no pagar los impuestos que les hubiera correspondido.
Esta política es la que aplica el kirchnerismo con el impuesto al salario. Su recaudación va a parar al ANSES, al Tesoro Nacional y a los gobiernos provinciales. Debería eliminarse de inmediato y suplantarse por un impuesto a las grandes fortunas y a la renta financiera, para que paguen más los que más tienen.
Guillermo Pacagnini
Mesa nacional CTA