Mientras Cristina habla de democratizar la justicia, reprime por pedir justicia, a Alberto Lebbos padre de Paulina, joven asesinada por los hijos del poder hace 7 años y cuyo caso está impune.
Cristina y Alperovich nuevamente se apropiaron del 9 de Julio. Militarizaron el centro tucumano e hicieron un acto electoral en el Hipódromo, dónde los únicos tucumanos que podían participar eran los que iban de la mano del aparato alperovichista, o la Cámpora. En la Casa Histórica, la ceremonia de homenaje, duró 8 minutos. Una vergüenza.
El caso Lebbos
Hace 7 años a la salida de un boliche fue secuestrada y asesinada Paulina Lebbos. Su padre Alberto, era funcionario del gobierno de Alperovich y renunció. Desde entonces comenzó una lucha incansable organizando la Comisión de víctimas de la impunidad, que nuclea a más de 150 víctimas. A lo largo de estos años se hicieron marchas todos los martes. Recién este año, la Secretaría de DDHH de la Nación envió un abogado a ver el expediente.
Alberto denunció que, siendo querellante no le permitieron ver el expediente, que el fiscal Albahaca no encontró un solo imputado. También denunció que son responsables del crimen de Paulina uno de los hijos de Alperovich y el de su secretario Kaleñuk. Ante la evidencia de su inoperancia Albahaca renunció y Lebbos solicitó una audiencia a la Presidenta.
Este 9 de Julio, Lebbos, junto a familiares de víctimas de la impunidad, jubilados, y militantes de izquierda, pidió ser recibido por la Presidenta, con el mismo derecho que ésta recibió a Susana Trimarco. La respuesta fue brutal policías, gas pimienta, golpes.
Así se desnuda el doble discurso kirchnerista.
Hemos acompañado esta lucha, como tantas otras contra la impunidad, la trata, la corrupción, proponiendo una verdadera democratización de la justicia, con jueces independientes, con cargo revocable, con juicios por jurados y elección democrática de los magistrados. Otros, como el Acuerdo Cívico y Social, – la falsa oposición de la derecha y el FAP-, liderado por el senador radical Cano que defiende a esta justicia corrupta, se acordaron de Paulina, 7 años después que la asesinaron, para hacer una oportunista campaña electoral.
En Catamarca, el asesinato de María Soledad, terminó con la dinastía de los Saadi. En Santiago el crimen de Leila y Patricia terminó con los Juarez. Sigamos movilizados para terminar con el régimen de impunidad que gobierna Tucumán.
Desde el MST y Alternativa Popular seguiremos acompañando a Alberto, hasta que los responsables y sus cómplices sean condenados.
Lita Alberstein