Después de Brasil le tocó a Perú. El gobierno de Humala, que dio una vuelta de 180 grados hacia el neoliberalismo, impulsó en el Congreso leyes que recuerdan los años más oscuros del fujimorismo. Primero fue la ley sobre reforma para liquidar la autonomía universitaria y recortar sustantivamente las libertades democráticas de los estudiantes penalizando la protesta y el pensamiento crítico. Con esta ley lo que busca es acabar con la rebeldía de la juventud y poner la universidad al servicio de los negocios y de los capitalistas.
La movilización estudiantil que se desató fue muy grande. Los estudiantes ganaron las calles en masivas manifestaciones contra esta reforma y exigiendo que todo cambio sea debatido democráticamente por el movimiento estudiantil y los otros claustros. Quien promovió la movilización fue la Federación Universitaria de Perú, y quien se destacó como el sector que encabezó la misma fue el Comando Estudiantil Nacionalista COEN, organización que fuera parte del Partido Nacionalista de Humala y que rompió con el mismo ante el curso derechista. El vicepresidente de la FEP, Luis Duran Condori, miembro del COEN se convirtió en el principal portavoz público de las movilizaciones.
Pasaron solo dos semanas y Humala atacó de nuevo promoviendo en el parlamento un pacto de poder con el fujimorismo y Toledo. El oficialismo pensó este pacto para repartír los nuevos miembros del Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y los cargos de Banco Central. A cambio de este acuerdo, el fujimorismo que daba por hecho que Fujimory saldría de la cárcel, y los toledistas pensaban en el blindaje de su líder.
Pero no contaron -una vez más- con la respuesta de la gente. Cuando vio el rechazo aluvional que se venía Ollanta intentó reubicarse. Sin embargo, los hechos pesan mucho: el Congreso ha quedado desprestigiado y Ollanta muy golpeado por sus medidas autoritarias que llevan al país a una crisis política de grandes proporciones.
Estos párrafos anteriores hacen parte de la convocatoria de los compañeros peruanos del COEN y del Movimiento por la Gran Trasformación, que se preparan para lanzar el nuevo partido para dentro de días. Y lo hacen en medio de esta nueva situación política de Perú que recuerda mucho a lo que pasó en las jornadas de Junio de Brasil. Hay muchas similitudes; el pueblo, sobre todo los jóvenes, mandan desde la calle, imponen condiciones y los gobiernos sufren los golpes. Los jóvenes peruanos emulan los indignados brasileños, árabes o europeos.
“Juventud en movimiento”
En estos meses los hechos han sucedido velozmente y nuestra corriente internacional no fue tomada por sorpresa; está presente en las calles y respondiendo a estos nuevos desafíos. En los finales de marzo, para las Pascuas, realizamos en Buenos Aires un campamento internacional de la juventud anticapitalista y antiimperialista que puso “la juventudes en movimiento”.
Los jóvenes de Argentina, Brasil, Perú y Venezuela que organizaron el evento en el que también participaron delegaciones de otros países de Latinoamérica y Europa, debatieron y se prepararon para poder intervenir y participar en la organización de la indignación en nuestro continente.
Los meses posteriores muestran que el campamento sirvió mucho y contagió el entusiasmo. En el mes de mayo surgía en Venezuela la juventud e Patria Socialista que hizo un encuentro representativo de lo más avanzado de la juventud bolivariana de más de 400 jóvenes de diversos lugares de Venezuela. En Brasil, Juntos! (organización juvenil con relaciones con el MES-PSOL), jugaba un destacado papel en las jornadas de Junio de Brasil. Y ahora ocurre algo similar o aún mayor en Perú con el COEN y el MPGT.
Que se preparen los burgueses e imperialistas de los otros países del continente. Los indignados se extienden como una mancha de aceite; “la juventud está en movimiento”.
Pedro Fuentes
