En sus spot de campaña, Alfonsín y Stolbizer dicen que vienen a «unir el país», pero no pudieron unir siquiera a sus partidos y fuerzas integrantes del Frente Progresista Cívico y Social para las PASO.
Hasta tomaron la sede provincial de la UCR y están siendo recu-sados en la justicia por proscribir a líneas internas e intentar impedir que puedan pegar su boleta distrital a la lista oficial de Alfonsín y Stolbizer.
Tienen sólo en el nombre de progresistas. La UCR ejerce un verticalismo a ultranza, como reflejo de lo que hará si volvieran a estar en el gobierno o las cámaras.
Recurren a las maniobras porque están lejos de seducir a todos aquellos que creyeron ver en el FAP una alternativa progresista en el 2011. Esto es así porque reeditan una nueva-vieja Alianza con dirigentes como Alfonsín, cuyo apellido recuerda la hiperinflación y el caos con que la UCR abandonó el gobierno. Rememorando al gobierno que impulsó la Obediencia Debida y Punto Final, impidiendo procesar a represores como Milani que hoy, únicamente, la UCR cuestiona.
A los trabajadores, sectores medios y populares les resuena Alfonsín como palabra del pasado y también la de otros «aburridos» que volvieron a dejar el caos con su Alianza también con la centro-izquierda de Chacho y su Frente Grande.
El FPCyS no entusiasma por carecer de un modelo alternativo al de los K.
Hoy nos dicen que habría «dos Argentinas», una Argen y otra Tina. Pero no se refieren a una Argentina de los de arriba que se enriquecen a costa de la otra Argentina, de la mayoría del pueblo a la que se le dificulta llegar a fin de mes. Para esa Argentina, la UCR nunca gobernó, sino que aplicó el mismo modelo de ajuste en beneficio de los de arriba.
Reafirmando que se postulan para intentar recrear una pata de un añorado bipartidismo, Binner vino a apoyar a Stolbizer y Alfonsín. Así aparecieron disfrazados de bomberos en un cuartel de Avellaneda, diciendo que lo hacían para «apagar el incendio que deja en el país» Cristina. Pero no pueden ocultar que, cuando fueron gobierno con la Alianza y la UCR, incendiaron el país.
Hoy el «modelo Santa Fe» no dista de esa Argentina fracturada entre sectores fuertemente concentrados y enriquecidos versus grandes bolsones de pobreza y carencias. Por eso en Santa Fe crecen flagelos que antes no tenían tanta visibilidad como la droga y la inseguridad.
El problema de las «dos Argentinas» no es entre los K con los anti K sino entre seguir gober-nando para las multinacionales, las cerealeras, grandes empresarios, banqueros y usureros de una deuda externa fraudulenta que Binner insiste en «honrar». O bien, gobernar con y para el pueblo, afectando esos intereses como proponemos desde el Frente PODEMOS.
El 11 de agosto habrá muchas listas, incluso en el cuarto oscuro encontrarás varias boletas del FPCyS, pero habrá sólo dos opciones: votar por «alianzas» que reediten el pasado o votar a PODEMOS para cambiar en serio y de fondo a la provincia. Juntos podremos lograrlo.