Nueva Izquierda es el frente que formamos entre el MST, el Partido Social, comuneros provenientes de Proyecto Sur y compañeros y compañeras independientes. Nuestro MST fue parte del Movimiento Proyecto Sur, pero nos alejamos cuando Pino Solanas se alió a Carrió y a la UCR. De este modo, para nosotros estas PASO tuvieron el carácter de un debut electoral.
Vale recordar que desde el MST les planteamos la unidad a Lozano y también a Altamira, incluido resolver el orden de las candidaturas mediante las internas. Un frente de los tres espacios no sólo hubiera asegurado meter un diputado nacional sino que hubiese sido una poderosa herramienta para mejor enfrentar a los partidos y candidatos del sistema. Pero Lozano y Altamira rechazaron nuestra propuesta frentista. En un difícil contexto de dispersión entre cinco listas por izquierda, entonces, desarrollamos nuestra campaña.
La izquierda tricolor
El perfil político del frente Nueva Izquierda se expresó a través de los tres colores que nos identificaron: el rojo de las luchas por los derechos sociales y de los trabajadores, más el verde de la defensa ambiental y el violeta de las demandas de la mujer y de género. Estamos convencidos de que esta fisonomía tricolor sintetiza en gran medida nuestro programa de reivindicaciones y son banderas a mantener de aquí en adelante.
El nombre Nueva Izquierda tampoco es casual. Creemos que hace falta una renovación cultural en la izquierda, para sobre una base programática en común construir unidad en la diversidad. Unidad entre la izquierda marxista y no marxista e incluso sectores y compañeros de otras proveniencias ideológicas que se planteen ir por cambios de fondo. Apostamos al desafío que significa trabajar con diferencias, donde los debates y matices no impidan una construcción política unitaria que permita disputar poder.
Una campaña que se hizo notar
Encabezados por Alejandro Bodart a senador y Enrique Viale a diputado, todos los candidatos y candidatas de nuestras listas expresaron a los espacios integrantes del frente y también a sus múltiples pertenencias sociales: trabajadores y delegados del ámbito público y privado, estudiantes, ambientalistas, gente de la cultura, jubilados, militantes feministas y LGBT, movimientos villeros y de desocupados. Entre otros, los comuneros Maru Lopes, Rubén Tzanoff y Jorge Sanmartino, y los ex legisladores Cacho Bidonde y Facundo Di Filippo.
Con recursos propios y muy menores a los de los grandes partidos, nuestra campaña fue de una magnitud comparable. Tuvimos propuestas concretas para los principales temas. Y además, la hicimos con creatividad y humor. Esto fue posible gracias al gran esfuerzo de los candidatos y de toda la militancia, que quitándole horas al sueño desplegaron todo tipo de iniciativas, pegaron afiches y repartieron miles y miles de volantes en toda la Ciudad.
La campaña de Nueva Izquierda, que incluyó el operativo final con fiscales en las 804 escuelas, recibió el respaldo de algunas personalidades independientes como Martín Caparrós y Maristella Svampa, recogió simpatía en amplios sectores de la sociedad y mereció el reconocimiento de varios competidores y del periodismo.
Llegamos para quedarnos
En medio de la división de la izquierda y siendo una fuerza nueva, el escaso tiempo no nos alcanzó para poder pasar el piso del 1,5%. Sí lo superamos en 7 de las 15 comunas y sobre todo en la 9 y la 10, donde están Tzanoff y Lopes. Pero con 25.553 votos a senadores (1,35%), terminamos pegando en el poste.
Igualmente, hemos sembrado a futuro. Como figura política Bodart está hoy mucho más instalado y a otro nivel también Viale. Abrimos cuatro nuevos locales en la Ciudad y en todos lados se acercaron nuevos compañeros, buena parte de los cuales ya están entrando al MST. Con esa fuerza salimos ahora a la campaña por Sergio García legislador, con la plena convicción de que Nueva Izquierda llegó para quedarse.
P. V.