El acuerdo firmado por la seudoestatizada YPF con la corporación Chevron fue aprobado en la legislatura en medio de un escándalo de gases lacrimógenos y balas de goma. En nuestro país la extracción de gas y petróleo con métodos convencionales ya tocó su techo productivo definitivo –es un recurso no renovable. Por lo tanto, exploración destinada a obtener más hidrocarburos desplaza el límite extractivo ampliando su radio de acción a todo el territorio argentino. La estrategia de largo plazo de la YPF seudoestatizada y las corporaciones multinacionales dedicadas a este rubro consiste ostensiblemente en transformar la Argentina en un país exportador de petróleo y gas mediantes el método no convencional de la fractura hidráulica (fracking).
Las estadísticas proyectadas por organismos gubernamentales de EEUU, ubican a nuestro país como un territorio de alta potencialidad productora de gas y petróleo concentrado en yacimientos no convencionales. Por otra parte, no es casualidad que sigilosamente desde el 2011 se practica fracking en nuestro país. En la reserva provincial Auca Mahuida de Neuquén y en comunidades originarias como Gelay Ko, se avanzó con esta explotación como banco de pruebas en abierta violación a la legislación indígena y el derecho internacionalmente consagrado a la consulta previa. En Río Negro también se avanza en el mismo sentido con perjuicio de la producción regional frutícola; en Chubut muy cerca de Comodoro Rivadavia y también en la localidad de Las Heras al norte de la provincia de Santa Cruz. En el horizonte de explotación no convencional hidrocarburífera están también señaladas como potenciales objetivos Salta, Mendoza e incluso zonas del país sin tradición extractiva de petróleo como Entre Ríos, Buenos Aires, Santiago del Estero y Chaco.
¿Qué es y qué tan grave es el fracking?
Ante todo es fundamental explicar científicamente qué es la fractura hidráulica. Más conocida por su denominación anglosajona fracking, es una técnica de extracción de gas y petróleo de yacimientos no convencionales, generalmente de formaciones de esquistos, arenas compactas y mantos de carbón. Estas formaciones geoló-gicas se ubican a varios miles de metros de profundidad y para acceder a ellas se debe perforar hasta la forma-ción que alberga los hidrocarburos, empleando una técnica de perforación combinada. Primero se perfora verticalmente y posteriormente se continúa de forma horizontal, a lo largo de varios kilómetros. Los yacimientos no convencionales donde se utiliza el fracking son formaciones poco permeables y compactas, en las que los hidrocarburos se encuentran dispersos. Para liberarlos se debe fracturar la roca inyectando millones de litros de agua a alta presión (98%), mezclada con arena y una serie de aditivos químicos (2%); la cantidad de litros varía en función de la cantidad de fracturas que se realicen por pozo. Esto posibilita que los hidrocarburos asciendan a la superficie junto con parte de la mezcla inyectada, denominada reflujo El resto queda en el subsuelo. ¿Cuáles son sus derivaciones de impacto socioambiental?
- Terremotos: El agua inyectada para la fractura puede alojarse en fallas geológicas, produciendo la lubricación de las placas e incrementando la actividad sísmica. De hecho, en Lancashire (Inglaterra) y en Ohio (Estados Unidos) se han paralizado las prospecciones y explotaciones al notarse un aumento de los terremotos en la zona en la que se fractura. Del mismo modo, en Holanda, la opinión pública está en contra de los pozos que se están fracturando cerca de la ciudad de Groningen, al noreste del país, ya que se están registrando varios temblores que oscilan entre 2 y 3,4 grados de magnitud en la escala de Richter.
- Aumento del efecto invernadero: El 90% del gas natural se compone de metano, un gas con un potencial de efecto invernadero 21 veces superior al del dióxido de carbono. Los últimos estudios realizados apuntan a que la apuesta por la explotación de los hidrocarburos no convencionales agravaría el problema del cambio climático ya que libera una mayor cantidad de metano a la atmósfera.
- Emisiones tóxicas adicionales: A esto hay que añadir el desplazamiento de los camiones que transportan todos los insumos y logística necesarios para la fractura, que supondría un aumento de las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero.
- Cáncer: El caso paradigmático de contaminación del aire en zonas cercanas a pozos de fracking es el de la ciudad de Dish, en Texas, en la que, tras un estudio, se descubrió una cantidad de benceno (agente cancerígeno) muy superior a lo permitido. La contaminación del aire puede deberse bien a la evapora-ción proveniente de las piletas donde se almacenan las aguas residuales o por fugas en los pozos de gas y tuberías, que contribuyen a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Contaminación y uso de agua potable: En 2011 un informe de la Casa de los Representantes de Estados Unidos dictaminó que de los 2500 productos empleados en la fractura hidráulica, más de 650 contienen químicos potencialmente cancerígenos. Esto pone en riesgo las aguas subterráneas y superficiales ya que la ‘sopa química’ que se inyecta durante la fractura puede filtrarse por problemas de cementación de las cañerías o migrar más allá de la formación geológica que se pretende intervenir, también derramarse durante su manipula-ción en superficie o tratamiento y disposición inadecuada de las aguas residuales. El propio gobierno de Neuquén calcula que por cada pozo explotado por Chevron se utilizarán 20 millones de litros de agua en el proceso de fractura.
YPF-Chevron: Una estafa a los intereses nacionales y puerta de entrada al fracking a gran escala
La ley que el kirchnerismo presentó como «estatización» de YPF en realidad no modificó el marco regulatorio ni habilitó –por lo mismo- política alguna de nacionalización de los hidrocarburos, sino más bien bajo la figura de sociedad anónima, legalizó la posibilidad ahora concretada con Chevron de explotar a través de capital transnacional hidrocarburos en el país. Con el ingreso de Chevron se prepara una ofensiva a gran escala de explotación con fracking. Esto supone consolidar una matriz energética basada en hidrocarburos con límites finitos y altamente contaminantes. Esto sin hablar del carácter leonino y antina-cional del acuerdo en términos económicos –que ya detallamos en la edición pasada de AS. Por eso, es fundamental como tarea militante de las organizaciones políticas, sociales, estudiantiles, intelectuales y de pueblos originarios vertebrar un frente único anti-fracking en todo el país para detener esta escalada extracti-vista de despojo, contaminación y falta de futuro independiente para nuestro país.
Que el pueblo decida: consulta popular vinculante
El acuerdo con Chevron compromete bienes comunes, despliega una orientación productiva altamente lesiva en todo sentido y además implica condiciones de confidencialidad antidemocráticas. Por eso, junto a desarrollar un amplio proceso de movilización anti-fracking en todo el país es clave plantear que se anule el acuerdo de YPF con la corporación yanqui y se habilite un mecanismo de consulta popular vinculante en todo el país para que de conjunto el pueblo decida qué camino emprender en relación a su patrimonio y matriz energética. En el último Congreso de CTA se resolvió una campaña en defensa de los bienes comunes. Desde el MST-Nueva Izquierda estamos comprometidos en esa perspectiva y queremos discutir la necesidad de avanzar en un modelo transicional de producción energética limpia y renovable. Con independencia de las corporaciones y una posición anticapitalista categórica es posible ese horizonte.
Mariano Rosa