El lunes 2, los inspectores laborales retomaron sus tareas en la Subsecretaría de Trabajo porteña (SSTR).
El compañero Edgardo Castro, delegado general de ATE, nos decía: “Con nuestra lucha, más el apoyo de algunos diputados como Bodart, más el fallo del juez Gallardo, derrotamos el plan de Macri y su subsecretario Sabor de pasarnos a la Agencia Gubernamental de Control. La AGC no tiene nada que ver con el control laboral, y con el traspaso querían desmantelar nuestro organismo y función. Como ya dijimos, era dar vía libre a la precarización, el trabajo esclavo y en negro.”
Caído el intento de Macri y sus funcionarios, el poder de policía laboral lo vuelve a ejercer Trabajo. Mientras allí hacen un promedio de 300 inspecciones por día, la AGC apenas hizo 20 actas en un mes. Y en esa Agencia sigue otro conflicto porque su titular Gómez Centurión pretende mandar a decenas de trabajadores al PROCAM, una especie de disponibilidad.
Igual en la SSTR sigue el reclamo, ya que a los inspectores les descontaron injustamente de 700 a 1000 pesos del sueldo de agosto. Asimismo el miércoles 18 a las 12, en la Legislatura, la Junta Interna de ATE hará una conferencia de prensa para anunciar la presentación de una denuncia contra Sabor ante la OIT.
Un proyecto de Cabandié, funcional al PRO
Pocos días después del triunfo en Trabajo, el diputado Juan Cabandié, jefe del bloque K, presentó un sorpresivo proyecto de ley. Propone que en el Estado haya “entornos laborales saludables”, lo que es obvio, pero pone como autoridad responsable al Ministerio de Modernización.
Los empleados de toda la administración pública porteña conocen de sobra a ese Ministerio: es un engendro creado por Macri cuya función es perseguir a todo aquel trabajador que intente organizarse y reclamar sus derechos:
- Es el mismo que dictó la nefasta Disposición 40 a fin de prohibir las asambleas.
- Es el mismo que traslada, sanciona y despide a dele-gados de ATE y desconoce a Juntas Internas en numerosas reparticiones.
- Es el mismo que filmó la elección de delegados de Ademys en el Ministerio de Educación.
- Es el mismo que firmó el Decreto 260 para imponer las “gerencias” privatistas en los hospitales y desjerarquizar al área de Enfermería.
- Es el mismo que, en pacto con la burocracia de SUTECBA, se niega a reconocer como profesionales a las licenciadas universitarias en Enfermería.
¿Qué “entorno laboral saludable” puede promover Modernización? ¡Ninguno! Convocamos a todas las compañeras y compañeros estatales porteños a estar alertas para que no avance este proyecto totalmente funcional al PRO.
P. V.