MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

La Siria de los al-Asad

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 Las revueltas que estremecieron el mundo árabe, tirando gobiernos en Túnez y Egipto se expandieron a Siria. País, gobernado por Bashar al-Asad, vivió las mayores protestas de su historia próxima desde el «Día de la Ira» (15/03/2011). Bashar heredó la presidencia de su padre, Hafez al-Asad, quien muere en junio de 2000. Hafez había llegado al poder en 1972 dando un golpe de Estado. En 1973 se alía con Egipto, yendo a la fracasada Guerra del Yom Kippur por los Altos del Golán (ocupados por Israel en 1967). En 1976 ocupa militarmente el Líbano. Con el ejército sirio, hace tierra arrasada de la ciudad de Hama, matando entre 150 a 200 mil civiles para sofocar una revuelta suní. Se alineó con la URSS ante EE.UU. y con Irán en su guerra contra Irak. Pero tuvo conversaciones secretas con Israel y apoyó la coalición que echa a Hussein de Kuwait en la Guerra del Golfo (1991).
Luego del régimen de plomo de Hazef, Bashar despertó esperanzas. Pero mientras prometía reformas, desataba matanzas contra quienes movilizaban. Sin mejoras económicas, se mantuvo alto el desempleo pese al crecimiento de los últimos años y un sector público que ocupa a la mitad de la población activa.

Diversidad de confesiones y etnias

De los 22,5 millones de sirios, el 75% lo representan los musulmanes suníes. Los alauíes y ramas del cristianismo (de mayoría greco-ortodoxos), son el 10% cada uno. El resto se reparte entre kurdos, drusos y hasta judíos. Hafez se apoyó en el Partido Baath (partido con medio siglo en el poder desde 1963, tras una revolución). Monopolizando el gobierno para la minoría alauí (rama del islam chií) a la que pertenece la familia Al-Asad, controlando los puestos claves del régimen, los servicios secretos, la Guardia Republicana y el ejército. Entre sus apoyos se encuentra Irán y Hezbolá. Mientras Arabia Saudí, que financia la insurgencia en Siria, es la principal potencia del islam suní y enemigo musulmán de Irán.

Marzo 2011: comienza la revuelta y la represión

En 2003, Bachar al-Asad se opuso a la invasión de Bush a Irak. Eso le hizo ganar popularidad entre los árabes. Pero años más tarde, la ola de revolución democrática árabe prende en Deraa, al sur de Siria.
Las manifestaciones están prohibidas en Siria, salvo las que organiza el gobierno. Pero en marzo de 2011 la protesta se extiende a las principales ciudades. La represión se cobra la vida de 61 manifestantes. Se pide la derogación de Ley de Emergencia y estado de excepción, vigentes desde 1963, que permiten detenciones arbitrarias, vigilar las comunicaciones privadas y censura a los medios de comunicación.
Bashar promete reformas, abolir el estado de excepción, cambiar su gabinete y eliminar el Tribunal Supremo de la Seguridad del Estado, pero el 30 de marzo habla al país y acusa a las protestas de ser producto de «una gran conspiración» y se desdice de todo.
En abril de 2011 se suman otras 30 muertes en Homs y el balance de bajas en los manifestantes llega a 200. En la movilización del «Gran Viernes» -las mayores protestas del inicio de la revuelta- otros 88 manifestantes caen por la represión policial.

De rebelión popular a guerra civil

La represión llevó a quienes manifiestan a alzarse en armas y formar, junto a sectores del Ejército que desertan, el «Ejército Libre de Siria».
A comienzos de 2012, los rebeldes controlan varias localidades del norte, por su cercanía con Turquía que los apoya. En 2012 se intensifican los ataques del Ejército sirio a ciudades ocupadas por los rebeldes. La guerra se agudiza entre junio y agosto cuando los rebeldes toman control del este de Alepo y mantienen varios frentes en Damasco.
La guerra civil se cobró ya 150.000 muertos, una gran devastación y 3.000.000 de refugiados, elevado el número de desplazados a escala mundial a su máximo nivel en 18 años.
Ni EE.UU. ni la UE tienen por política intervenir. Hasta Israel, en teoría el gran enemigo de Siria, prefiere que al-Asad siga como pieza de estabilidad y evitar que surja un régimen confesional.
La amenaza surge cuando el conflicto no tiene cause, amenaza desestabilizar la región y al propio régimen sirio.

F. Torres