En plena campaña para ser legisladora porteña, Graciela Ocaña, “la hormiguita”, se presenta como algo nuevo, limpio. Sin embargo las cosas no son como ella las pinta.
Después de ser funcionaria K, Ocaña se juntó con Daniel Amoroso, hombre de De Narváez en la Ciudad. Amoroso ha acompañado como una sombra todas las leyes del PRO y hoy es presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte, que pretende poner medidores para estacionamiento también en los barrios más alejados del centro.
La hormiguita y su socio impulsaron un partido nuevo, “Confianza Pública”, que levantó entre sus principales banderas la defensa corporativa de Clarín como monopolio mediático.
Los medios le van a dar espacio a su propuesta, pero no hay que dejarse engañar. Este tipo de proyectos nada tienen que ver con la ética o la transparencia que pregonan. Ni son lo nuevo, ni la transformación que hace falta. Quien acompañe esta propuesta, va a sufrir una nueva frustración.
Para cambiar, hay que fortalecer proyectos como el que encabeza Alejandro Bodart, que enfrenta coherentemente las políticas de los dos gobiernos y está siempre del lado del pueblo, defendiendo lo público y batallando contra las corporaciones y su modelo de saqueo que vienen destruyendo la Ciudad.
En estas elecciones, cortá con la vieja política. Cortá boleta por Sergio García y sumá tu apoyo para que haya más legisladores como Bodart, que peleen por los derechos sociales, ambientales y de las mujeres. En octubre, votá Nueva Izquierda.

Maru Lopes