Nuestro dirigente Alejandro Bodart ha cumplido la mitad de su mandato como diputado de la Ciudad por el MST-Nueva Izquierda. Poniendo el cuerpo junto a los trabajadores, jóvenes y vecinos que luchan, denunciando las medidas de los gobernantes y políticos del sistema, y planteando siempre propuestas alternativas, tampoco pasa desapercibido en los debates parlamentarios.

Como autor o coautor de más de 200 proyectos de ley, resolución o declaración presentados, muchos de ellos aprobados, la tarea legislativa de Bodart abarca los principales temas: salud, educación, transporte, cultura, seguridad y derechos humanos, entre otros.
Al mismo tiempo, conflictos como el del Hospital Borda enfrentando la represión policial y luchas como las de los trabajadores de la salud pública o contra el tarifazo del subte -que logró impedir por ocho meses- lo tuvieron como protagonista destacado.
Quienes integramos su equipo de trabajo cotidiano conocemos el intenso ritmo de actividad que lleva adelante, tanto dentro de la Legislatura como fuera de ella. Eje de la conducción nacional de nuestro partido, Bodart también se hace el tiempo para supervisar en forma rigurosa cada tarea legislativa y para recibir personalmente a todo aquel que lo solicite.

Firmeza y compromiso

Un diputado sobre sesenta es muy poco, casi nada, si se trata de meros números. Pero ciertas veces, cuando se aúnan la movilización social y una voz con convicción política, lo que parece imposible se vuelve posible.
En una Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires que ha estado signada por el pacto político entre el macrismo gobernante y la «oposición» K, pacto al que últimamente se sumaron diputados de UNEN y de otros bloques menores, a veces las intervenciones de Bodart lograron cambiar el curso de hechos que parecían inamovibles.
Un ejemplo contundente fue la sesión del jueves 5 de diciembre, la penúltima del año antes del recambio de 30 diputados. Para el final de la sesión quedaban los tres proyectos de ley más conflictivos, que el PRO ya había pactado aprobar con sus socios a cambio de cargos: el traspaso y desguace del Cuerpo de Inspectores del Trabajo, el instituto de «evaluación educativa» anti-docente y la autorización a la corporación IRSA para construir su nuevo shopping en Caballito.
El vibrante discurso de Bodart en el debate sobre la inspección laboral obligó a volver a sus bancas y a pronunciarse en contra del proyecto a diputados que llamativamente se habían ausentado del recinto, la sesión entró en crisis y hubo que pasar a un cuarto intermedio, tras el cual el PRO no tuvo más remedio que mandar al freezer sus tres proyectos. Desde las gradas, los gritos y aplausos de los inspectores, docentes y vecinos presentes corroboraron que la intervención de Bodart fue la bisagra que permitió torcerle el brazo al pacto.

Vamos por más

En la Legislatura porteña, el año 2013 termina con un macrismo que aparece consolidado y dos espacios «de oposición» bastante disgregados: UNEN directamente no duró ni la sesión inicial y se desunió en 6 bloques, en tanto que el interbloque K se subdivide en 5 bloques. Han asumido, asimismo, algunos nuevos diputados con quienes ojalá se abran posibilidades de acción en común.
En ese marco nuestro diputado Alejandro Bodart, cuya figura ha crecido en conocimiento y reconocimiento popular, seguirá defendiendo los reclamos sociales y dando las batallas políticas e ideológicas con el compromiso de izquierda y la firmeza que lo caracterizan.

Pablo Vasco