El programa Buenos Aires Presente atiende a las personas en situación de calle. Funciona en el Hospital Rawson, en el barrio porteño de Constitución. Los compañeros Sebastián, Juanjo, Julieta, Matías y Mariano, delegados de la Junta Interna de ATE elegidos hace un año pero a quienes una patota sindical les impide ingresar a su lugar de trabajo, nos contaban así el conflicto:
Sebastián: En el BAP somos unos 200 trabajadores, la mayoría contratados; se trabajan 24 horas por día y los 365 días del año. El Rawson lo controla una patota del Sutecba, cuyo jefe es Oscar “Cuca” Alcucero, en cogobierno con el Poder Ejecutivo. El gobierno dice que el problema “lo excede”, pero en realidad el Sutecba le garantiza la paz social y de paso utiliza en forma discrecional muchas de las camionetas del BAP, entre otras cosas.
Juanjo: Cuando fue la elección, el 21 de diciembre de 2012, el Ministerio de Modernización la impugnó ese mismo día. En setiembre de 2013 el Ministerio de Trabajo de la Nación dictó un fallo que nos reconoce y que insta al Gobierno de la Ciudad a que retomemos las tareas, pero éste sigue sin hacerlo cumplir. Hay un acuerdo entre el sindicato municipal y el PRO, que no investiga nada.
Julieta: A fines del año pasado nos quisieron trasladar compulsivamente a otros sectores junto a varios activistas, pero finalmente no pudieron. Ya varias veces la ministra Stanley y otros funcionarios nos dijeron “preséntense, que ya está todo solucionado”, pero la patota sigue instalada. Por eso este viernes 13 de diciembre vamos a hacer una nueva movilización al Ministerio de Desarrollo Social junto a otros sectoress.
Matías: La coordinadora anterior del BAP fue María Silvia Repetto, quien hizo el “trabajo sucio” y después se fue. Ahora Walter Espinoza es al mismo tiempo el coordinador del programa y el delegado del Sutecba. Aparte del BAP, en el Hospital Rawson hay un hogar de abuelos, el Centro de Salud Nº 10 y el área de Reconocimientos Médicos, pero la presencia de la patota impide el normal funcionamiento de todo.
Mariano: A pesar de las presiones de los funcionarios, el maltrato a las compañeras y la amenaza de descuento de horas, todo este año vinimos sosteniendo la organización y la lucha. Hicimos varias asambleas de los compañeros en la sede de ATE y también recibimos la solidaridad de otras juntas internas, sectores políticos y algunos diputados como Bodart. Esperamos que nos sigan apoyando, hasta lograr el libre ingreso que nos corresponde.
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