El 4 de diciembre se inició un juicio contra el ex comisario García y los policías Manuel Yapura y Roberto Lencina, acusados de falsificar actas donde adulteraron quién encontró el cuerpo de la joven Paulina Lebbos, arrogándose el hecho.
Paulina, de 23 años, era estudiante de Comunicación. Desapareció el 26 de febrero de 2006 y su cuerpo fue encontrado el 11 de marzo por los hermanos Marcelo y Sergio Goitea en un descampado de Tapia. Su padre, Alberto Lebbos, era funcionario del gobierno de Alperovich. Ante el asesinato de su hija renunció al cargo y denunció a la policía provincial por encubrimiento. Desde entonces viene dando una permanente lucha contra la impunidad de “los hijos del poder”, denunciando la cadena de ocultamiento para evitar que los responsables del crimen sean juzgados.
Luego de siete años de escándalos políticos, renuncias del ministro de Seguridad Baillo, y del fiscal Alejandro Noguera a la causa, luego que se descubrió una reunión secreta con el gobernador Alperovich, y que no haya nadie sospechoso aún, hace unas semanas, detuvieron a 2 jefes policiales, Brito y Barrera, por encubrimiento.
El actual juicio es por un hecho secundario, pero constata que existió una cadena de encubrimiento policial. Entre otros, tuvieron que testificar ante el tribunal el ex jefe de Policía provincial Hugo Sánchez, el ex ministro Baillo y el ex secretario de Seguridad Di Lella. Todos los acusados reconocieron los hechos y responsabilizaron al ex jefe policial Brito por haber ordenado truchar actas y limpiar el lugar donde se encontró el cuerpo.
En estos años se fue formando una comisión de familiares de víctimas de la impunidad en Tucumán, que lleva más de 200 casos y se moviliza todos los martes. Esperamos que este juicio sea la punta del iceberg que devele los verdaderos responsables del asesinato de Paulina y la cadena de impunidad, para que todos ellos realmente reciban juicio y castigo. Desde el MST acompañamos una vez más a la familia Lebbos, marchando a la puerta del tribunal y asistiendo a la audiencia.
Al cumplirse un año del escandaloso fallo por el caso de Marita Verón, que por absolver a las mafias de la trata indignó al país, aún no hay ningún condenado ni un juez destituido. Junto al de Paulina, estos casos emblemáticos muestran que la lucha por un cambio profundo de la justicia sigue más vigente que nunca.

Lita Alberstein