Como venimos sosteniendo, lo que caracteriza el fin de año es el aceleramiento de la crisis económica, con especial impacto sobre los trabajadores y sectores populares. La inflación trepará a más del 30% y más del 40% en los alimentos, impulsada por los aumentos de combustibles, la especulación, la suba de impuestos, y la constante aceleración en la devaluación del peso frente al dólar lo que tira los precios para arriba, etc. No hay creación de nuevos puestos de trabajo y la «caída» de la desocupación de la que habla el gobierno se debe a que ya muchísimos dejaron de buscar empleo.
Los trabajadores y el pueblo: Los más castigados
Por supuesto los más castigados por la inflación, la desocupación y el aumento de las tarifas son los trabajadores y los sectores populares. Así lo demuestran las cifras reales, que ubican el 28% de la población en la pobreza (11,5 millones de personas), que muestran que el 75% de los jubilados cobran la mínima que apenas cubre el 40% de la canasta familiar y que la Asignación Universal por hijo de la que se ufana el gobierno ya perdió el 20% del poder adquisitivo.
Este es el caldo de cultivo para el malestar social y el temor a la generalización de los saqueos y manifestaciones de todo tipo que tiene el gobierno, más allá de los acuartelamientos de las policías y los robos de delincuentes comunes a los que quieren echarle toda la culpa.
Las nuevas medidas significan más ajuste a los de abajo:
Hoy ya aparece como más claro que el gobierno pretende actuar sobre la caída de las reservas en dólares mediante un desdoblamiento cambiario, achicando la brecha entre el oficial y el paralelo. Esto evidentemente nos golpea más a los de abajo, que sufrimos el alza de los precios que siguen al dólar, mientras que los grandes capitalistas hacen maniobras de todo tipo (como comprar dólares por adelantado seguros que va a subir, no liquidando los dólares que tienen para venderlos luego más caros o directamente fugándolos, además de maniobras con la compra de bonos «baratos» al gobierno necesitado de efectivo).
El anuncio oficial de De Vido de bajar los subsidios a las empresas de servicios, refleja la misma necesidad del gobierno de achicar el gasto. De nuevo somos nosotros los más perjudicados, ya que aumentarán más las tarifas de luz, gas, etc. Y se habla del quite del subsidio al transporte, que en la mayoría de la provincias significa más del 40% del ingreso de las empresas, esto más temprano que tarde lo trasladarán al boleto.
La única salida: Cambiar de raíz el plan
Está cada vez más claro para millones que el gobierno pretende hacerle pagar la crisis a los sectores populares, todas las medidas apuntan a «normalizar» a beneficio de los grandes capitalistas, pagando la deuda, devaluando el peso y preparándose para volver a los mercados
precisamente para volver a endeudarnos.
Desde el MST Nueva Izquierda, venimos sosteniendo que esta película ya la vimos, que para este 2014 la única salida que tenemos es que la crisis la paguen los capitalistas que la generaron, dejando de pagar la deuda, imponiendo grandes y progresivos impuestos a la grandes ganancias y riquezas, atacando la inflación mediante un real control de precios y eliminando el IVA a los productos básicos. Disponer un aumento general de salarios y jubilaciones que cubra la canasta familiar. Mientras que impulsamos un plan de obras públicas, viviendas populares e infraestructura energética que garantice trabajo genuino para todos.
Gerardo Uceda