Panorama Político 2014: El país que se viene

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Derrota electoral y fin de ciclo del kirchnerismo. Ajuste y nuevo endeudamiento externo. Crisis social, huelgas policiales y recalentamiento de la pelea salarial. Debilitamiento de los regímenes provinciales. Decadencia de la oposición de derecha. Giro a izquierda y horizonte de cambios bruscos y mayores confrontaciones.

He allí lo que dejó 2013 y el preludio de lo que viene en 2014.
Mientras se edita este periódico, el país se conmueve. En varias provincias se siguen viendo escenas que muestran distintos aspectos de una crisis profunda y de magnitud. Termina un año que ha sido bisagra en la situación política del país. Estamos viviendo cambios importantes y hay que prepararse para una perspectiva de más debate político y más recalentamiento social. Porque los vientos de cambio que comenzaron a soplar con aquel Argentinazo de 2001 vuelven a soplar con fuerza creciente. La profundización de la crisis del gobierno, las dificultades en desarrollar una oposición que sea creíble y capaz de reciclar el modelo, la crisis social y el giro a la izquierda, son su expresión. Y un anticipo de un 2014 caliente y cargado de novedades.

El gobierno en su peor momento

Si bien no es la primera vez (y seguramente tampoco la última) que el kirchnerismo enfrenta una situación complicada. La combinación de problemas de arrastre y aquellos que se empiezan a sentir ahora muestran al gobierno peor aún que en la crisis de 2008, cuando perdió el conflicto por la resolución 125.
La realización de un acto de festejo en Plaza de Mayo, cuando el país entero contaba los muertos por enfrentamientos y saqueos, y se desarrollaba una huelga policial con una extensión sin precedentes dejó una imagen que mezcla sordera con desorientación. Las explicaciones de Capitanich este miércoles confirman el fracaso del gobierno frente a la situación. Los aumentos conseguidos por los policías son un golpe tremendo para la rosada y además van a repercutir en la pelea salarial del año que viene. Los saqueos, aún con la participación de bandas organizadas, no serían posibles sin enormes segmentos de la población en la margi-nalidad más terrible. El discurso del complot muestra su falsedad cuando se trata en el Senado el pliego para el ascenso de un represor como Milani a Jefe del Ejército.
Si a este panorama sumamos una presidenta corrida del centro de la escena y un vice cada vez más complicado por las acusaciones de corrupción en su contra, se percibe que el gobierno está en su peor momento y termina el año más golpeado que tras las elecciones de octubre.

Medidas antipopulares y más deuda externa

En medio de una inflación que sigue creciendo, los anuncios económicos que confirmaron los ministros dan cuenta de que se viene un paquete de medidas contra el pueblo trabajador. Aumento de tarifas, recortes sociales, achiques en salud y educación, suba de impuestos municipales y provinciales. Y encima pretenden imponer techos salariales inferiores al aumento del costo de vida.
Mientras ajustan al pueblo, se prepara una serie de medidas para solicitar créditos en el exterior. Estos créditos, que nunca benefician a los de abajo, van a engrosar la fraudulenta deuda externa, que los gobiernos pagaron con nuestros trenes, recursos naturales, la plata de los jubilados, etc., etc.
Esta combinación va a deteriorar el nivel de vida de millones, haciendo crecer la pobreza y la desigualdad social.

Regímenes provinciales en la lona

En el mejor momento del kirchnerismo, la fortaleza de la institución presidencial contuvo la crisis de los partidos tradicionales. Sin embargo esto no desapareció. Después de diez años sin resolver los problemas estructurales, esta crisis se acelera y llega más y más profundo. Las provincias son el eslabón débil y allí esta decadencia sale a la luz con fuerza. Los pactos con el narcotráfico y el crimen organizado en Córdoba y Santa Fe, la relación de las altas esferas del poder político, judicial y policial con la trata de personas en Tucumán, las internas crecientes dentro de los gobiernos en Santa Cruz, Chaco, Chubut y otras. Todo esto junto con la profun-dización del capitalismo extractivista, los negociados inmobiliarios y el vaciamiento de las finanzas provinciales.
Esta serie de elementos configuran un panorama de crisis que en el futuro hará nuevas apariciones.

La oposición, en baja

Tan contundente como el mal momento del gobierno es el papel lamentable de la oposición de derecha. Luego del brillo que le dieron los votos de octubre, sus intervenciones han sido una seguidilla de desastres. Muchos elogiaron a Capitanich, también las medidas conservadoras en la política económica del kirchnerismo con Repsol. Ahora Massa, Macri, Carrió, Stolbizer y Binner salieron a apuntalar a Scioli y al gobierno nacional frente a la crisis social. Donde gobiernan lo hacen contra el pueblo. En la Ciudad de Buenos Aires, Macri acaba de votar toda clase de privilegios para IRSA y exenciones impositivas a los casinos del empresario k Cristóbal López.
Esa falta de plan alternativo, la cerrada defensa de las multinacionales, bancos y terratenientes, y su apoyo a medidas antipopulares del gobierno, irá debilitando la ubicación política de la oposición, mostrando que no puede ofrecer ninguna salida para los trabajadores y el pueblo.

Giro a izquierda y radicalización social

La crisis global del kirchne-rismo tuvo una expresión política positiva en las elecciones legislativas, donde casi un millón y medio votaron a la izquierda en octubre. Como dijimos en aquel momento, esta votación mostraba que estábamos a las puertas de un momento de cambios, que más temprano que tarde se haría presente en la protesta social y en los procesos de organización obrera, juvenil y popular. Esto ya se empieza a manifestar en docentes y estatales y se verá con más fuerza en la pelea salarial del año entrante. También en el avance de sectores combativos en distintos sindicatos. Entre los trabajadores y el pueblo crece la radicalización social, con la decisión de ir a peleas duras y a soluciones de fondo para conquistar sus demandas. Con la agudización de los problemas económicos y la debilidad creciente del gobierno, sumadas a la parálisis de la burocracia sindical y a la incapacidad de la oposición de derecha, no se pueden descartar cambios más bruscos como los que estamos viendo u otros mayores, que incluso puedan acelerar los tiempos de salida de CFK.

Alternativa política de toda la izquierda, una urgencia

El escenario político tiene interrogantes, pero también certezas muy grandes. La primera es que la izquierda puede transformarse en un factor muy dinámico, logrando un peso inédito en sectores de masas. El crecimiento nacional de las distintas expresiones y la obtención de parlamentarios provinciales y nacionales ha sido un fenómeno político. Su dimensión supera por mucho la capacidad de cada uno de los partidos y, en realidad, expresa la búsqueda de propuestas de transformación por parte de importantes sectores defraudados con el gobierno nacional.
Lo que arriba decimos, muy probablemente va a engrosar el segmento que mira a la izquierda como una opción para cambiar la realidad. Pero también va a exigir con más premura que se ponga en pie una alternativa política unitaria, donde estén todas las expresiones de este espacio. La Carta que publicamos desde el MST Nueva Izquierda, sólo ha sido respondida por uno de los integrantes del FIT con descalificaciones y más divisionismo, el resto de sus integrantes no han dicho nada. Tampoco se han pronunciado los compañeros de Unidad Popular que integran la CTA, ni quienes se identifican con la izquierda independiente.
En el 2014, habrá que incorporar este debate a las respuestas programáticas que se den frente a los problemas y hechos que surjan, porque no habrá soluciones sin una herramienta política que organice a miles para pelear por ellas. Y en este país habrá espacio entre los trabajadores, la juventud, los sectores populares para fortalecer una corriente que batalle por esta propuesta. Nuestro partido se va a jugar por entero a esta perspectiva y abre sus puertas a todos los compañeros y compañeras con los que compartimos luchas y anhelos de cambio para que el 2014 nos encuentre peleando juntos por un país para los de abajo, por una Argentina socialista.

Ignacio Tedesco

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