Justicia por el 22 F: a 2 años de un crimen social

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Paolo Menghini: «Hay que avanzar a un modelo estatal de los ferrocarriles (…) por el respeto al trabajador ferroviario y al usuario»

Muy cerca de cumplirse el segundo aniversario de la Tragedia de Once, tuvimos oportunidad de entrevistar en su casa a Paolo Menghini, papá de Lucas uno de los 52 muertos el 22 de febrero de 2012. Paolo además de ser padre de Lucas se ha transformado, en esta Argentina de movimientos autoorganizados contra la impunidad, en una referencia social indiscutible.

A.S: Para empezar te propongo un ejercicio. Hagamos como si yo fuera un extranjero y me tuvieras que explicar lo que pasó el 22 F de 2012 ¿qué dirías?

Paolo Menghini: Yo explicaría que el Estado argentino a principios de los 90 decidió deshacerse de un patrimonio central del desarrollo de un país como son los servicios ferroviarios y que a partir de esa decisión política de privatizar los ferrocarriles, se dejó en manos privadas las vidas de los pasajeros. Además diría que sobre esos empresarios durante 20 años no se ejerció ningún control sobre la inversión, sobre la reconversión tecnológica, sobre los sistemas de seguridad, que se les dejó hacer y deshacer con el dinero que se giraba desde el Estado sin ningún tipo de control. Se les condonó una cantidad de multas suficientes como para sacarles la concesión dos veces. Que ex -funcionarios de un proyecto de gobierno que lleva diez años en el poder se enriquecieron por las dádivas de esos empresarios y que están procesados por eso y que a resultas de todo eso el primer perjudicado fue el usuario que se sube al tren todos los días. Los usuarios y trabajadores se cansaron de denunciar que el sistema se caía a pedazos, y los funcionarios hicieron oídos sordos a todo tipo de denuncias. Entonces, eso fue el contexto que generó que un día de febrero un tren impactara contra una estación terminal de tren y que 52 inocentes y 800 heridos tuvieran que pagar la desidia del estado y la corrupción enquistada en el poder político, económico y del sindicalismo burócrata.

A.S. Estamos en vísperas de dos fechas importantes. El segundo aniversario del 22F, pero me quería detener a preguntarte sobre la segunda: el inicio del juicio oral. ¿Con qué expectativas lo encaran?

P.M. Yo creo que el 18 de marzo es una bisagra porque es el comienzo del juicio oral. Pero que también se llega a ese día viéndolo desde dos lugares: desde el plano específicamente judicial, con dos pericias absolutamente lapidarias contra los ex – funcionarios. Tanto las pericias contables como las técnicas demuestran no sólo el estado de abandono del tren sino como los tres mil millones en subsidios fueron girados a empresas del grupo Cirigliano o gastadas en bienes suntuarios personales. También creo que la justicia fue tomando muchas medidas tendientes a reforzar lo que las pericias dieron y que tenemos la convicción de que lo que digan los 300 testigos van a reforzar en ese sentido lo que las pericias fueron marcando. La realidad es que es muy difícil tapar el sol con la mano y las pericias son absolutamente lapidarias. Después creemos que no se llega ese lugar de casualidad, se llega básicamente porque atrás del grupo de familiares y de heridos se sumó toda la sociedad.

A.S. Te quería hacer dos preguntas finales: fue muy impactante el documento del acto del año pasado y nos llamó la atención una afirmación que es “la necesidad de recuperar el sistema ferroviario con carácter estatal, pero además con control social de trabajadores y de usuarios” ¿Cómo entendés eso?

P.M. No hay nada más cruel que un debate que se termina con la palpable prueba de muerte de inocentes. Nosotros siempre dijimos que la realidad nos relevaba de justificar cualquier cosa que digamos, porque nosotros nos apoyamos en las cosas que sucedían. Entonces si vos tuviste un sistema que como estaba Argentina decidiste dejarlo en manos de determinada gente, que lo único que generó fue despidos, vaciamiento de los talleres, tercerización y precarización de los trabajadores, abandono del usuario, falta de inversión, falta de mantenimiento, y eso termina con 52 inocentes muertos -con 55 si sumamos los 3 de Castelar- entonces ¿qué mas hay que explicar? Vos como gobierno le diste a los privados la explotación de un servicio que termina con 55 inocentes muertos y en un año y medio con tres tragedias – porque como decimos nosotros que no haya muertos en la segunda Tragedia de Once no significa que no lo haya sido. Entonces, si ese modelo fracasó, bueno, hay que poner en práctica otro modelo. Me parece que hay que avanzar a un modelo estatal de los ferrocarriles, hay que tomar como referencia la experiencia de los países desarrollados, en todos los sentidos, empezando por el respeto al trabajador ferroviario y al usuario.

A.S. Por último tu balance personal en estos dos años

P.M. Te lo cuento a partir de una anécdota con un compañero periodista que tuve. Una vez, unos días después de la tragedia y viendo lo que estaba pasando, Mario Massaccesi, el periodista de canal 13, después o en la entrevista me dice: “Lucas es un hijo que parió un padre”, y yo dije: “sabés que tenés razón”. En realidad Lucas me termina pariendo a mí en un punto, porque a pesar del dolor y en un lugar donde nunca quise estar, nos puso en un lugar de… mira desde el día que yo supe que Lucas venía a este mundo yo hice todo por él y por su hermana, dejé todo, no me quedé con nada, con todo lo difícil pero hermosamente difícil y conflictiva que es la relación de un padre con sus hijos, nos dimos todo. Entonces en ese sentido hay un rol que es diferente y una vida que es diferente, pero desde la ética personal yo siento que sigo luchando por ellos como siempre, dejando todo y si eso es la exposición pública, es redoblar el esfuerzo, así será .

Entrevistó: Mariano Rosa

Menghini


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