Extractamos el discurso de nuestro diputado Alejandro Bodart, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, con motivo del 38º aniversario del golpe militar genocida.
Es muy importante que, a tantos años de la dictadura, exista un pueblo movilizado como se vio el 24 a lo largo y ancho del país. Quiere decir que se mantiene no solo el recuerdo, sino también viva la conciencia de que hay que seguir peleando por todo lo que falta.
La dictadura no se hubiera podido realizar, avanzar y hacer lo que hizo sin la complicidad civil. Por eso es importante, en estas fechas, recordar toda la complicidad con que se llevó a cabo el plan siniestro que terminó con la vida de 30.000 argentinos:
- Remarcar la complicidad del Partido Justicialista, que estando en el poder alentó y facilitó el desarrollo de la Triple A, cuyos crímenes todavía están impunes.
- La complicidad de la UCR, con el famoso discurso de Balbín llamando a combatir a la “guerrilla fabril”, que después los militares lo llevaron adelante bastante bien porque la combatieron. Parte importante de los desaparecidos son trabajadores. La UCR fue la que impulsó el Punto Final y la Obediencia Debida. El Partido Justicialista, el indulto.
- La responsabilidad de los dirigentes sindicales, ligados al PJ.
- Ni qué hablar de los jueces, muchos de los cuales todavía siguen actuando.
- La Iglesia. Muchos de los curas actuaban en los centros clandestinos ayudando a los represores a sacar información.
- Y que no se ofendan los compañeros del Partido Socialista, que le dieron embajadores a la dictadura. Ni mis amigos del Partido Comunista, que hablaban de Videla como un general democrático. Como tenían relaciones comerciales con la URSS, le lavaban la cara a una dictadura brutal que estaba asesinando compañeros.
Hay una continuidad económica porque los militares antes de irse estatizaron la deuda, deuda que seguimos pagando. Y por pagar, todos los gobiernos que siguieron condenaron al hambre y a la miseria a millones de argentinos. Esa continuidad tiene que ver también con las responsabilidades, porque no es casual que los que participaron o ayudaron a que la dictadura se desarrollara, por omisión o acción, después siguieron aplicando planes muy similares a los que quiso aplicar la dictadura.
Incluso en democracia se llevaron adelante cosas que ni siquiera pudo llevar adelante la dictadura, como las privatizaciones, contra las que muchos hablan pero que en esencia han mantenido y hasta el día de hoy las tenemos que sufrir. O la entrega de recursos naturales, que se ha profundizado en estos años. La megaminería, el avance de la soja y de los Monsanto, el negocio inmobiliario, no son cosas que haya que ir a la década del ’70 para verlas: son de la actualidad.
Y no es casual que ahora, a 38 años, tengamos que seguir reclamando por libertades democráticas que se están atacando. Que haya 5.000 luchadores judicializados y se quiera encarcelar a los trabajadores de Las Heras mediante un juicio amañado. Una presidenta que llama a ir en contra del derecho de huelga. Estas cosas pasan hoy.
Discutir el ayer es importante si a la vez somos consecuentes con el presente. Si no, se transforma en un saludo a la bandera. Discutir contra la dictadura y contra todo lo que nos pasó nos tiene que hacer discutir que estas cosas que pasan hoy no pasen más. Y yo llamo en particular a todos los diputados que, desde ya, se dicen democráticos, a que seamos consecuentes y defendamos las libertades democráticas hasta el final. Que se pronuncien claramente contra los 5.000 procesados que hay. Que se pronuncien en el juicio de Las Heras, porque no se puede hablar de derechos humanos y permitir esto.
Seria importante que se avance en la necesidad de juzgar a todos los responsables de los crímenes de la Triple A. Discutir que se está avanzando tan lento que hoy sólo hay un procesado, casi, por centro clandestino. Quiere decir que el aparato represivo, tal cual lo entendimos en la dictadura, todavía sigue impune y se están muriendo de viejos antes de que llegue la justicia.
Si no discutimos que se descolgaron cuadros pero se colgó el de Milani, que está ligado a la dictadura; si no discutimos estas cosas, en algún momento va a volver a suceder lo que nos pasó. Si no repudiamos la ley “antiterrorista”, si no repudiamos esas cosas, hablar de derechos humanos y de dictadura puede transformarse en una frase hueca.