Se frenó el desalojo y se abrió una negociación
La toma en Lugano reavivó el debate por la falta de vivienda. Lo primero a despejar son los prejuicios que fogonea la campaña reaccionaria de funcionarios macristas y de otros sectores, punteros a sueldo y algunos medios.
Dicen que “son violentos”. Falso. Si los vecinos ocuparon fue empujados por sus pésimas condiciones de vida. En la Villa 20, alquilar una habitación familiar, que a su vez es cocina, con baño compartido, cuesta de 800 a 1.500 pesos. La inflación y los bajos salarios agravan las penurias. Además, Macri hace casi nueve años que no cumple la Ley 1.770 de urbanización de la Villa 20, votada en 2005. Y él y Cristina tampoco cumplieron el plan de construcción prometido cuando se tomó el Indoamericano. Violentos son los gobernantes que no garantizan el acceso a la vivienda digna, incumplen y luego promueven el desalojo policial con palos, gases y balas, sinónimo de heridos e incluso muertos.
Dicen que “son vagos y no trabajan”. Falso. La gran mayoría va cada mañana a su trabajo, sea alguna changa o como empleados en negro o precarizados. Las madres llevan sus chicos al colegio y muchas se las rebuscan como domésticas. Las familias aseguran como pueden su vida diaria y cuidan sus pequeños espacios para evitar que algún vivo los desplace para después revender la tierra.
Dicen que “quieren todo de arriba”. Falso. Los delegados de los ocupantes le han propuesto formalmente al gobierno y a la jueza que están dispuestos a aportar mensualmente al fondo de urbanización que se haga el casi millón y medio de pesos que pagan de alquileres en la Villa. Es decir, quieren pagar por su vivienda.
Dicen que “son todos bolivianos y paraguayos”. Aparte de que hay ocupantes argentinos y que estos hermanos tienen los mismos derechos, esta excusa discriminatoria omite que, al igual que ellos, cientos de miles de argentinos emigraron y emigran a otros países en busca de una vida mejor.
Desde el MST defendemos el derecho a la vivienda y queremos evitar un desalojo violento. Por eso compañeros del partido y del Teresa Vive acercan alimentos, nuestras enfermeras y estudiantes montaron una posta sanitaria y nuestro diputado Alejandro Bodart estuvo en la primera fila enfrentando la represión olicial y junto a otros diputados sigue dando la pelea en los ámbitos legislativos y legales.
Falta vivienda en toda la Ciudad
El problema afecta a uno de cada cinco porteños, más de medio millón de personas: unas 300 mil viven en villas, asentamientos u hoteles, y otros 300 mil de la clase trabajadora y los sectores medios tampoco acceden a la vivienda propia.
Es que Macri, mientras favorece el negocio inmobiliario y quiere autorizarle un nuevo shopping a IRSA en Caballito, viene recortando los fondos para Vivienda de un 3.6% del Presupuesto total en 2011 a un mísero 1.3% este año. Por eso no construye viviendas sociales, el IVC no funciona y los créditos hipotecarios son casi inaccesibles. A la vez, una de cada cinco viviendas de la Ciudad está desocupada. Son más de 300.000 unidades ociosas. La especulación inmobiliaria alienta la parálisis del mercado de alquileres.
La solución para lograr vivienda para todos pasa por cuatro medidas básicas:
- Urbanizar las villas de emergencia, con control de los beneficiarios para que se adjudique una casa por familia y evitar los aprovechadores que hacen negocio.
- Un verdadero plan de construcción de viviendas sociales, destinando fondos suficientes.
- Un programa de alquiler social, con garantía del Estado, subsidio al inquilino e impuesto a las viviendas ociosas.
- Una ampliación sustancial del sistema de créditos para vivienda del Banco Ciudad.
Lugano: algunos avances
El viernes 28 hubo dos reuniones importantes. El diputado Bodart, que participó en ambas, señaló: “Hubo pasos positivos. A la mañana, por primera vez diputados del PRO convocaron a los delegados de la toma a una reunión, donde también estuvimos diputados opositores y el Defensor del Pueblo. A la tarde, este último y la jueza Liberatori nos informaron que la jueza penal Iñíguez suspendió la orden de desalojo policial. En esta segunda reunión Liberatori escuchó las propuestas de los delegados, que fueron bien recibidas y se incorporan a la causa.”
Bodart explicitó: “Además de reafirmar la voluntad de la gente de pagar sus viviendas, los delegados le entregaron a Liberatori sus propuestas: un plan de saneamiento de los terrenos, urbanización y construcción de viviendas alternativo al del gobierno macrista, con participación de los propios afectados para evitar cualquier maniobra.”
Rubén Tzanoff (Comunero C9) y Pablo Vasco
Mal, Ramal
En una nota suya sobre el conflicto de Lugano, publicada en Prensa Obrera Nº 1.307 y las webs InfoBAE.com y parabuenosaires.com, el diputado Marcelo Ramal (PO-FIT) tergiversa burdamente un comunicado conjunto de la oposición porteña para acusar a los diputados K, de UNEN y del MST: “No defienden el derecho a la vivienda por parte de los ocupantes”, dice Ramal.
Como “el diputado del MST” es nuestro compañero Alejandro Bodart, cuyo rol en Lugano y en defensa del derecho a la vivienda es público y notorio, la acusación de Ramal resulta directamente grotesca. ¿O será que el PO, sectario por naturaleza, le sugirió inventar diferencias donde no las hay para autoproclamarse como única izquierda?
En vez de falsear la realidad, como diputado de izquierda Ramal debería dedicarse a votar mejor. Sería lamentable que repita lo que hizo por ejemplo en la sesión del 6 de marzo, cuando al no abstenerse -como sí lo hizo Bodart- ni votar en contra, terminó aprobando junto al PRO, los K y UNEN… ¡el beneplácito de la Legislatura porteña por el primer aniversario de la asunción del Papa Francisco!
P. V.