Casi un mes de paro ininterrumpido

La multitudinaria movilización del viernes 25, con más de 10 mil participantes, reunió en su inmensa mayoría a docentes junto a una importante columna de estatales. Esta marcha marca un nuevo momento de un conflicto que, a poco de cumplir un mes de paro por tiempo indeterminado, sigue fuerte.
Este verdadero maestrazo salteño que ya tumbó la pauta salarial del 25% que intentó imponer el gobierno de Urtubey y el FpV, con la complicidad de los gremios de la Intergremial, logró también su reconocimiento como interlocutor válido en la discusión salarial. Nos referimos al reconocimiento de «Docentes Unidos» como legítimo representante de la docencia movilizada, por fuera de las estructuras gremiales tradicionales.
Derribando las intenciones gubernamentales de desconocernos y aislarnos, hemos logrado con la lucha la confluencia con distintos sectores de trabajadores en conflicto, como los estatales y los profesionales de la salud.
Esta rebelión de las bases poco a poco se ha ido metiendo en el conjunto de los trabajadores y ha dinamizado la lucha de los estatales. Golpeando a las conducciones de ATE, AMET o SADOP, las que se han visto desbordadas y obligadas a romper la tregua pactada con el poder y tener que salir a la calle.
También lo vemos en los conflictos privados como los azucareros del ingenio San Isidro y otros que amenazan con sumarse, como los judiciales.

Un gobierno arrinconado

El conflicto docente no solo despierta la inmensa simpatía y solidaridad de la población, que lo ve como propio, sino que cataliza la bronca y búsqueda de una salida a la crisis estructural capitalista provincial.
La popularización del cuestionamiento al salario de políticos y funcionarios o los debates sobre cómo repartir «la torta» o los privilegios de los de arriba, son indicadores del cuestionamiento más global, en un clima de malestar social creciente que encuentra a los trabajadores en primera fila.
Urtubey sabe que el ajuste debe continuar con nuevos aumentos de transportes y tarifas. Pero ve que su intención de preservar la pata sindical para acompañarlo, así como su aspiración presidencial, se han desvanecido y pone incluso en cuestión su propia reelección como gobernador, empujándolo a un laberinto del que no parece encontrar salida.

Se puede ir por más

Luego de 20 días corridos de paro, hemos hecho fracasar las políticas de techo salarial, los intentos represivos y de no reconocer a los Autoconvocados. Derrotamos también el intento de judicialización de la protesta. Y que sea imposible, hasta hoy, poner a la opinión pública en contra del reclamo docente.
Al estar motorizado por un paro contundente y la participación masiva de la docencia, nuestra lucha se ha puesto a la ofensiva, frente a un gobierno que, a pesar de sus intentos, ha perdido iniciativa.
Si bien el gobierno parece mantenerse «intransigente» en cuanto a dar una propuesta superadora en relación al básico o el pago del aguinaldo sobre el sueldo de bolsillo, lo hace desde una posición de debilidad.
También es cierto que esta gran lucha y su duración van produciendo cansancio y un desgaste lógico, luego de un mes de huelga. Pelea que, si bien ha conseguido resultados importantes, aún puede incrementarlos a condición de seguir la medida e ir fortaleciéndola, coordinando con otros sectores y redoblando la campaña de solidaridad.
Es fundamental también exigir a la CGT y CTA un paro provincial y, en el camino de esa medida, convocar a la más amplia unidad de los sectores en lucha por un gran acto del 1º de Mayo en la capital salteña y todos los municipios, fortaleciendo los lazos con el resto de los trabajadores y sectores sociales.

Una asignatura pendiente

También nos parece imprescindible avanzar en la coordinación más estrecha del cuerpo de delegados y las agrupaciones que hacemos vida dentro de la asamblea y que formamos parte de la mesa de representación, para dotar a la misma de una orientación correcta.
Es sabido que tenemos diferencias con los compañeros de SITEPSA al oponerse a la institucionalización de la asamblea al dar prioridad a su propio desarrollo. O con Tribuna Docente (PO) acerca de la profundiza-ción del método democrático de funcionamiento, como cuando se oponen al método de la revocatoria de mandato de un delegado por quienes representa.
Estos matices y diferencias, si bien es bueno tenerlas en claro y debatirlas para encontrar la mejor política, no pueden ser una traba para desarrollar el conflicto, dándole un horizonte común para el triunfo, si seguimos manteniendo la unidad.
Desde Alternativa Docente creemos que este es el camino para avanzar en un funcionamiento más orgánico, el que no solo dote a esta gran lucha de una dirección más centralizada, sino también que nos permita resolver en unidad los pró-ximos capítulos de un conflicto que no ha escrito su final.

Cecilia Gómez Delegada Escuela Nº 4008 Representante de Alternativa Docente en la Mesa de Negociación