El pasado domingo 27 de abril, por décimo año consecutivo, miles de personas se movilizaron al puente internacional que une Gualeguaychú y Fray Bentos para gritar ¡Fuera Botnia! y denunciar la complicidad de los gobiernos de ambas orillas con esta multinacional contaminante. Bajo el lema «Sin fronteras, por la vida» participaron de la convocatoria asambleas ambientales de Uruguay, y también asambleas de distintos lugares de la provincia y el país como expresión de la unidad de las luchas ambientales.
Los gobiernos de argentina y uruguay, con las pasteras
La proclama leída en el puente internacional denunció correctamente la complicidad de ambos gobiernos con las pasteras. Al discurso oficial de la «década ganada», contrapusieron la realidad de lo que los asambleístas llamaron una «década perdida en materia de medio-ambiente». En estos diez años el gobierno argentino ha intentado engañar al pueblo de Gualeguaychú con falsas promesas, ha judicializado la protesta de los asambleístas, ha ocultado información sobre la contaminación producida por Botnia, ha incumplido con su obligación de velar por el cumplimientos de los acuerdos binacionales de monitoreo ambiental y ha intentando innumerables veces dar por concluido el conflicto. Sin embargo, el pueblo de Gualeguaychú sigue firme con su lucha, como quedó demostrado en esta 10ma marcha al puente internacional.
Derribar las fronteras, unir las luchas ambientales en una perspectiva anticapitalista
Además de denunciar a los falsos gobiernos «progresistas», la proclama leída colocó el problema del sistema capitalista y de lo que denominaron como un «ecocidio» llevado adelante por las empresas como Botnia con el aval de los distintos gobiernos. Es por esto que desde su convocatoria, la 10ª marcha se propuso derribar las fronteras entre los pueblos, y también unificar las distintas luchas ambientales, por ejemplo contra el fracking, contra los agrotóxicos, que tienen un enemigo común: el sistema capitalista y sus gobiernos. Desde la Red Ecosocialista y el MST Nueva Izquierda estuvimos presentes en la marcha, compartiendo e impulsando la lucha en defensa del ambiente bajo una perspectiva anticapitalista, entendiendo que la única salida ante el «ecocidio» es una reorganización completa de la sociedad en sentido socialista para que sea el pueblo el que decida qué y cómo se produce.