«Acuerdo» a favor del saqueo
Cuando de aquí a un par de años, se recuerden alguno de los capítulos del relato kirchnerista, la nacionalización parcial y posterior entrega completa de YPF va a ser sin dudas uno de los capítulos más oscuros de la historia. El príncipe de este cuento, Axel Kicillof, pasó del azul justiciero al gris triste del posibilismo y la entrega.
La primera como tragedia, la segunda como farsa
Cuando en los 90´ el menemis-mo privatizó YPF a precio de remate, los Kirchner no descolgaban cuadros, tampoco denunciaban al imperio y menos que menos defendían el carácter estatal de la empresa petrolera de bandera. Todo lo contrario, pusieron el avión de la gobernación de Santa Cruz para viajar a votar la entrega.
En el 2012, las bravatas de Cristina y Kicillof, ilusionaron a algunos desprevenidos y luego de prometer todos los castigos posibles a los villanos españoles, terminaron hace una semana resolviendo en el congreso un pago multimillonario que le baja el telón a la puesta en escena y consolida la entrega. Quizás lo mas preocupante es el argumento central que esbozan para justificar su cipayismo: «la seguridad jurídica y generar condiciones favorables para los nuevos inver-sores en la explotación no convencional en nuestro país». Para el que no entiende, significa que le van a pagar una suma exorbitante de más de 10.000 millones de dólares a una multinacional que saqueó y contaminó nuestro país, para que Chevron y tantas otras multinacionales puedan seguir avanzando tranquilas por el mismo camino.
El kirchnerismo muestra su verdadera cara, la oposición también
La Sesión del congreso sirvió para graficar con claridad que más allá de las poses, oficialismo y oposición tradicional comparten proyectos similares, ninguno quiere sacar los pies del plato y el plato es centralmente la defensa de los intereses de las multinacionales por sobre los de los trabajadores y el pueblo.
Para empezar por los que aprobaron esta entrega, el dato distintivo lo dieron lo dos diputados de la CGT, Moyano y Plaini, que siguiendo las directivas del «Caballo» Pereyra dirigente petrolero de Neuquén, acompañaron el pago a REPSOL, mostrando las limitaciones de estos dirigentes burocráticos y la necesidad de construir una nueva dirección para el movimiento obrero.
Un sector importante del Massismo y el PRO se «abstuvieron» de manera cobarde, porque en el fondo comparten la indemnización a los saqueadores pero no quieren darle un voto de apoyo al gobierno y como alcanzaban los votos para aprobarla, intentaron diferenciarse.
Entre los que votaron en contra, el recién surgido Frente Amplio UNEN, realizó un «pacto de caballeros», ya que para no votar divididos en la primera sesión luego de presentarse en sociedad decidieron votar en contra ocultando que una parte importante de sus integrantes defienden el pago a la petrolera española.
Lo que viene con el «acuerdo»
Más allá del pago sin reparos, sin contemplaciones sobre el pasivo ambiental o el saqueo en las reservas que es reconocido por todos. Más allá de traicionar todo el relato y la épica. El acuerdo aprobado pone en cuestión la estructura misma de la petrolera estatal, comienza una renegociación con las provincias por el paquete accio-nario de cada una y como intervienen en el pago.
Pero lo que esconde este acuerdo y se ve con claridad en provincias como Neuquén o Río Negro es en el avance desenfrenado de decenas de multinacionales, encabezadas por Chevron, que se lanzan a la caza del negocio de los no convencionales utilizando la nociva técnica de la fractura hidráulica, seguras de que ante cualquier contratiempo el Estado argentino paga todo.
El impacto que se está produciendo en múltiples comunidades no puede medirse sólo desde el punto ambiental, aunque éste sea de los más sensibles aspectos, la multiplicación de pozos y bases petroleras en los territorios de los pueblos originales que se ven avasallados sin consulta de ningún tipo.
Desde el punto de vista económico, y comparando las siderales ganancias de las operadoras con los escasos beneficios para la población trabajadora no queda ninguna duda de que este acuerdo, no es más que la tarjeta de invitación a la fiesta del saqueo y encima, pagando.
Estatizar el petróleo y el gas, sin indemnización y con control social
Los socialistas del MST Nueva Izquierda, rechazamos desde un primer momento la nacionalización trucha de YPF y denunciamos que su aspecto parcial y limitado no era más que una pose que no atacaba el problema de fondo.
Al igual que otros recursos e industrias estratégicos de nuestro país, como el transporte, defendemos la idea de que toda la producción de energía debe estar bajo la órbita estatal, sin intervención de los privados y con un estricto control social (trabajadores y comunidades). Suspendiendo la utilización de la fractura hidráulica y poniendo todos los recursos del estado en el desarrollo de fuentes de energías alternativas y no contaminantes.
Sólo con una profunda participación de los trabajadores petroleros, las comunidades originarias y el conjunto de los trabajadores y el pueblo podemos construir un modelo energético sustentable y donde el centro este colocado en la calidad de vida y no en la ganancia de un puñado de piratas internacionales.
La pelea contra este falso acuerdo impulsado por el kirchne-rismo decadente, es también contra el atropello de Chevron, Shell, Texaco, etc. Es la pelea contra la contaminación indiscriminada e impune, que deja el surco de devastación a su paso, como sucedió en Ecuador tras el paso de Chevron o en nuestro país tras el paso de REPSOL. Es la pelea por la participación de las comunidades en la decisión sobre sus territorios.
Cualquier corriente o aparato político que claudique o vacile ante esta batalla, no tiene más futuro que el de triste traidor y pasará a la historia con ese triste rotulo. Con la aprobación de este acuerdo, varios se lucieron para ese papel. Otros en cambio, seguimos firmes luchando contra el saqueo y la entrega.
Martín Carcione