Hace unos días se celebró un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo. En otro artículo de este periódico hablamos específicamente de la cuestión. Aquí sólo vamos a situarlo como el último escenario de la pelea entre las distintas facciones del oficialismo de cara a las elecciones. El acto oficial por el 25 mostró el conocido mix de artistas populares de gran convocatoria y la movilización del aparato de los sectores del PJ que acompañan al gobierno y de La Cámpora y demás integrantes de ‘Unidos y Organizados’. El gobernador Scioli obviamente se anotó en primera fila, también el ministro de transporte Randazzo, el gobernador de Entre Ríos Uribarri, la ministra de desarrollo social Alicia Kirchner, el radical y ex gobernador santiagueño Gerardo Zamora. Aunque se afloje un poco durante el mundial de fútbol, ya hay lista de largada enmarcada en la crisis del tramo final del kirchnerismo en el poder.
Pero la cuestión no es sólo la lista. Se podrá objetar desde el oficialismo que, en realidad, tener tantos candidatos es la muestra de que el proyecto está vivo. Nosotros insistimos en el fin de ciclo. Porque, además de que no siempre tener muchos candidatos es muestra de buena salud para un proyecto político, la cuestión también es analizar quiénes son esos candidatos y a qué sectores representan. Este proyecto político, se desarrolló con un discurso que intentaba asemejarse a algunas ideas antiimperialistas -en el sentido amplio del término- y ahora en Plaza de Mayo le dice a sus seguidores que los dirigentes que nombramos más arriba defensores de los sectores concentrados de la economía, son sus futuros candidatos, quienes van a resolver los problemas estructurales del país. Es entendible que miles se alejen ante esta propuesta.
Por otro lado, los líderes de la oposición patronal también apuran los tiempos y buscan ampliar sus acuerdos para pelear por el gobierno en 2015. Massa se arrimó a Reutemann, la nueva Alianza FA-UNEN le hace guiños al macrismo, la dirigente del Pro Michetti le devuelve el gesto a Carrió. Todos acompañaron el acuerdo con Chevron, todos celebran el pago al Club de París, todos apoyan la megaminería contaminante, ninguno mueve un dedo para que se vaya Monsanto y sus agrotóxicos, todos aplican el ajuste sobre los trabajadores y el pueblo donde gobiernan y lo convalidan desde sus bancas. Se trata de armados políticos con un programa de derecha, impulsados por el régimen para que sean ellos quienes aprovechen el enorme descontento con el gobierno y lleguen al poder. Tratarán de aparecer con alguna iniciativa pseudo-progre para no mostrar las cartas antes de la votación, pero no tienen absolutamente nada que ofrecer a los trabajadores y el pueblo. Con cualquiera de estas opciones vamos a seguir empeorando.
Desde el MST hemos sido críticos del kirchnerismo desde que asumió Néstor allá por el 2003, por considerar que no iba a terminar con los pilares del modelo de saqueo, hambre y dependencia que viene destruyendo nuestro futuro. Aún así, siempre respetamos a quienes honestamente creyeron que de la mano de ese espacio político se podían lograr ciertos avances.
Hoy, más allá de estas diferencias en el pasado, somos miles y miles los que vemos que desde el gobierno se trazó un curso que claramente va en sentido contrario a cualquier anhelo de libertad, independencia, derechos sociales. Milani y la ley anti-piquetes, los techos salariales, el retorno al FMI, la re-privatización de los ferrocarriles, la sojización del país y la destrucción del medioambiente, las reformas jurídicas a medida de la iglesia y contra los derechos de las mujeres, los pactos legislativos con el macrismo para hacer negociados en la Capital y otros ejemplos que van en el mismo sentido confirman esta percepción.
Estamos convencidos de que es posible encarar este fin de ciclo del kirchnerismo buscando que la superación de esta etapa sea por izquierda. Porque en las luchas y entre los trabajadores y el pueblo viene creciendo el espacio para las propuestas que se ubican a la izquierda del gobierno y todas las variantes patronales. Lo hemos dicho reiteradas veces desde finales de 2013: estamos hablando de grandes franjas del movimiento de masas.
Desde el MST Nueva Izquierda pensamos que este escenario pone por delante la oportunidad de construir desde la izquierda una alternativa que pueda ser opción de gobierno. Sólo necesitan dos condiciones, que son posibles. En primer lugar un programa antiimperialista y anticapitalista consecuente, que incorpore las cuestiones ambientales, de género, de los pueblos originarios y la tierra. En segundo término, para lograr la fuerza que se necesita, hay que conformar una gran unidad, que contenga a todas las expresiones de la izquierda que existen hoy en el país. El programa lo podemos lograr tomando las experiencias que hemos compartido, como el 24 de marzo, las propuestas levantadas en movilizaciones y paros de CTA y CGT, en las luchas que encaramos y apoyamos.
Pero la unidad es lo que viene costando, porque sigue primando en sectores una vieja cultura de izquierda, temerosa de las construcciones amplias con sectores diversos. Nuestro partido está impulsando una campaña con una propuesta concreta a los partidos del FIT y también a Lozano, Marea Popular y otras organizaciones. Llamamos a que todas las fuerzas de izquierda vayamos a las internas abiertas con nuestros candidatos y que desde allí surja una lista común ordenada según lo que elijan nuestros votantes. Si esto se logra dejaríamos atrás la dispersión reinante y podríamos protagonizar un fenómeno político de enormes dimensiones, que entusiasme a miles de luchadores y los decida a formar parte de una herramienta como la que estamos proponiendo. Alejandro Bodart, Vilma Ripoll y nuestras/os referentes en todo el país serían nuestra representación si se decide avanzar en unidad; y si lamentablemente continúa el sectarismo, serán candidatos en nuestras listas para batallar por esa política en cada lugar y a nivel nacional.
A quienes han agotado su experiencia con el kirchnerismo y se deciden a buscar una propuesta superadora y amplia por izquierda; a los luchadores que ya acompañaron a la izquierda en las últimas elecciones; a los jóvenes que se inician a la vida política con la expectativa de terminar con los partidos del sistema y cambiar esta sociedad de raíz; queremos llamarlos a que acompañen esta campaña del MST y se sumen a batallar por una alternativa que una a toda la izquierda para pelear por un gobierno de los que nunca gobernaron, los trabajadores y el pueblo.