Tiene casi 40 años de experiencia actoral, sobre todo en teatro, aunque también con algunas intervenciones en televisión. Enamorado de las tablas, apasionado y frontal, Daniel Loisi es un activista del teatro comprometido, no panfletario sino expresión del sentir popular de nuestro tiempo. Lo conocimos defendiendo el Teatro IFT del cierre y de un proyecto privatizador que cuestionamos. En ese reclamo, junto a Cacho Bidonde y otros compañeros del Frente de Arte y Cultura, apelamos a la banca de Alejandro Bodart que se puso por entero a disposición. Así, en algunos meses, construimos una relación de compromiso por otra cultura para los de abajo. Actualmente Daniel dirige y protagoniza una emotiva puesta de “El Señor Galíndez”, del gran Tato Pavlovsky.
En teatro me tocó hacer obras de las más variadas: Miller, Gorostiza, Gambaro, Alberti, Florencio Sánchez, Fontanarrosa o Shakespeare. Pero siempre opté por un camino que fue -y es- el teatro popular. Me parece que es fundamental fomentar la multiplicación de un teatro que hable de nosotros/as -en plural- y de las mayorías sociales. Será por mi origen social -mi viejo obrero de la construcción y peronista-, será por la influencia de varios maestros en mi formación, pero por lo que sea creo en un teatro que exprese y llegue a mucha gente de a pie, de trabajo, del pueblo.
Por eso fue tanta la indignación que sufrí cuando un grupo de “empresarios del espectáculo” camuflados bajo la apariencia de “amigos realistas” del teatro IFT -emblema del teatro de izquierda en la Ciudad- decidieron cerrar sus puertas para cambiarle la naturaleza y convertirlo en otra cosa, arrancando por hacerle cocheras, un edificio de departamentos en la terraza y no sé cuántas cosas más en nombre de la “sustentabilidad económica”. En ese camino de resistencia conocí al MST y a Alejandro Bodart.
La cultura y el arte: ¿mercancías o derechos sociales?
En este tiempo del “consuma y tire”, de capitalismo globalizado, todo se mercantiliza. El arte, la cultura y el teatro no escapan a esa lógica. En la CABA el PRO avanzó enormemente con esa lógica y, como en la canción de Fito, “los cines ya no están” y habría que agregar “y los grandes teatros de barrio”. Hoy ir al cine o al teatro es un privilegio cada más elitizado.
A la vez la oferta súper promocionada comercialmente es vacía, frívola, de bataclanas y estrellas episódicas. Las entradas son carísimas e inaccesibles para las mayorías. El teatro independiente es hostigado por la corporación empresaria del espectáculo. Lo nuestro es todo a pulmón y pura militancia. Pero nos mantenemos firmes en una idea: la cultura y el arte son derechos sociales como la salud, la educación o el trabajo. Eso defendemos y creo que esa es la gran coincidencia que me une al MST-Nueva Izquierda.
Otro modelo de cultura para otro modelo social
Francamente, en materia cultural hace falta una verdadera revolución. Primero porque el Estado -a todo nivel- debería intervenir, no para tutelar ideológicamente sino para garantizar condiciones materiales para los actores y accesibilidad para el público. En lugar de reemplazar cines y teatros de barrio por hipermercados o iglesias, habría que recuperar esos lugares de encuentro de la cultura popular. Y fomentar cine y teatro para todos en serio, gratuito.
Más todavía: tenemos un proyecto para que en la Ciudad toda compañía privada de teatro tenga por ley la obligación de hacer funciones populares o sociales gratuitas para el gran público. Sería un pequeño paso, pero importante. Y a la vez discutir cómo se multiplica el presupuesto en Cultura, cómo se garantiza la participación de los actores y trabajadores del sector en la planificación, control y gestión cultural de la CABA y todo el país. La verdad, hay mucho por hacer. Soy profundamente optimista y creo que es posible una cultura distinta para otro modelo social.
Daniel Loisi, actor y director