El Teniente Coronel Berni, una de las espadas más recalcitrantes del kirchnerismo, lanzó otra de sus proclamas reaccionarias. Esta vez propone una ley para deportar extranjeros, basado en una estadística personal (¿o del INDEK? ) en la cual gran parte de los delincuentes detenidos son extranjeros y reincidentes, aseverando que vienen al país “únicamente a delinquir”.
Si solamente fuera un exabrupto bastaría con denunciarlo por discriminación y xenofobia. El problema es que este funcionario modelo es afecto a esta praxis, habitué de las represiones con Gendarmería en las luchas y prócer de la criminalización de la protesta social.
Hay que repudiar sus dichos y una vez más exigir que se vaya. Los organismos de DDHH y los sectores que se reclaman democráticos tienen que bregar por ello.
Es un jalón más de un derrotero que tuvo un punto nodal con la Ley antiterrorista, el proyecto antipiquetes, la judicialización y la represión, generando el repudio de muchos que alguna vez creyeron que se trataba del gobierno de los derechos humanos. Los de La Cámpora… ¿insistirán en proponerlo como candidato a gobernador bonaerense?
Guillermo Pacagnini