La autopartista LEAR, que había declarado un lock out patronal hace varios días, el 19/8 volvió a abrir sus puertas. Los alrededores de la planta se parecían más a un campo de concentración que a una fábrica. La Gendarme-ría, con camiones, perros, hidran-tes y grúas ocupa el acceso a la Panamericana. La infantería de la bonaerense y un vallado rodea a la empresa y las puertas de acceso.
La patronal permitió el ingreso a los delegados, después de desacatar 12 fallos judiciales. Pero les prohibió a los delegados, elegidos por más del 70 % del voto de los trabajadores, tomar contacto con sus compañeros dentro de la fábrica. Primero quiso enviarlos fuera de planta a realizarse exámenes médicos, y ante la negativa, los mantuvo encerrados en la enfermería y después en otros lugares, siempre aislados y sin contacto con los trabajadores. El cuarto gremial fue devastado por la patronal y por la conducción del SMATA, se llevaron los muebles, los ficheros y todo lo que había dentro.
La patronal multinacional de LEAR se cansó estos días, de recorrer canales de TV y medios de comunicación, para explicar lo mismo que ya habían dicho Berni y Capitanich. «Que ellos quieren trabajar, que no tienen crisis, que van a aumentar la producción, y que el problema es la comisión interna y los partidos de izquierda». Justamente por eso quieren procesar a los delegados y a nuestra compañera Vilma Ripoll, acusándolos de «impedir la producción y de obstaculizar el ingreso de los trabajadores a la planta».
Pero es mentira, militarizan la planta para intentar intimidar y amenazar a los trabajadores, creando un clima de terror, que prepare la «asamblea» ilegal y fraudulenta que la conducción de SMATA convocó para el 20/8, para intentar destituir a los delegados.
¡Todos los despedidos adentro! ¡Ninguna asamblea es válida sin ellos!
La empresa volvió a abrir sus puertas, pero hay 64 trabajadores que siguen reclamando su reincorporación. No pudieron doblegarlos por el hambre ni por los aprietes y amenazas. Los compañeros y compañeras están firmes en el acampe y todos los días exigen volver a trabajar. No los detuvo la represión ni las ofertas tramposas de arreglos que propuso la patronal.
La asamblea trucha que convoca el SMATA (ver fascímil), en base a un supuesto petitorio que nadie conoce, tiene el objetivo de lograr destituir a los delegados que fueron elegidos democráticamente. Ya una vez, secuestrando a los trabajadores y llevándolos al SMATA central, quisieron hacerlo y la justicia lo invalidó. Ahora, se preparan para intentar destituir a los delegados para después poder despedirlos.
Pero la patronal y Pignanelli no están solos. El gobierno nacional, que quiere presentarse enfrentando a los buitres y amenazó con «ley antiterrorista» para la patronal de Donnelley, a LEAR le deja las manos libres, le pone a su disposición todas las fuerzas de represión que necesite, y desconoce durante semanas resoluciones de la justicia a favor de los delegados y los trabajadores. Berni actúa como un verdadero «jefe de personal» de LEAR. Por eso, esta heroica lucha de los obreros y obreras de LEAR es tan importante. El 20/8 se libra otra batalla, en este desigual enfrentamiento entre los trabajadores y sus delegados, contra la multinacional, la burocracia del SMATA y el gobierno nacional que los deja hacer.
La lucha de LEAR va a seguir. El grito de guerra de «vamos a volver» con el que la semana pasada alentamos a los delegados cuando entraban de nuevo a la empresa, tiene que resonar con más fuerza, para lograr que todos los despedidos vuelvan a trabajar con los delegados que los compañeros eligieron, y no con los que quieren LEAR y el SMATA.