Las iniciativas legales anunciadas por la presidenta supuestamente “en defensa de los consumidores”, generaron revuelo en las filas patronales y los candidatos de la “oposición”. ¿Hay una reacción a los abusos o se trata de un nuevo verso K?
Hace unos días Cristina dijo que mandará al Congreso de la Nación un Proyecto de modificación a la Ley de Abastecimiento, supuestamente para proteger a los consumidores. El empresariado de la UIA , la CAME y los oligarcas del campo salieron con los tapones de punta hablando de inconstitucionalidad, de abuso de intervencionismo estatal, etc. Fueron secundados de inmediato por todos los políticos de “oposición” desde Macri hasta Massa pasando por los radicales y le siguieron periodistas y economistas a sueldo de la burguesía. Estrecharon filas ante el más mínimo atisbo de tocarle sus privilegios y su libertad de propiedad, empresa y ganancias.
¿Qué es la Ley de Abastecimiento?
La Ley de Abastecimiento fue sancionada en 1974 y según su espíritu “regula la compraventa, permuta y locación de mercancías, obras y servicios para satisfacer las necesidades de la población” y establece penalidades para los infractores. Pero ya 10 años antes el entonces presidente Illia había promulgado la Ley 16.454 en el mismo sentido. Es decir no se trata de ninguna novedad. Aunque en realidad sí lo es porque en más de 40 años nunca se aplicó realmente!
La Ley del 74 habla de eliminar intermediarios, promover cooperativas y crear una red nacional de mercados centrales. También prevé la pena de 3-10 años a los empresarios que provoquen una “elevación artificiosa de los precios o la escasez de mercadería”, multas y clausura de comercios y empresas. Como vemos si esta ley de 40 años se aplicara sería un punto de partida para empezar combatir la especulación y evitar el aumento desmedido de precios que venimos sufriendo los trabajadores y el pueblo desde hace años.
El verso y la realidad
Sin embargo las modificaciones propuestas por el Secretario Costa (amigo de Kicillof y sucesor de Moreno) no parecen ir en el sentido de profundizar o radicalizar la Ley vigente, como dicen los empresarios y oposición tradicional. Ya que él mismo aclaró que lo que pretenden es “fomentar la competencia” y sostiene que “Lo que proponemos es una reforma para actualizarla. La ley original incluye la pena de cárcel, proponemos que sean multas. Yo hoy puedo intervenir empresas con la ley actual y eso lo estamos eliminando con la propuesta”. Es decir como siempre el kirchnerismo se maquilla y autoproclama como gran defensor de los humildes y enfrentado al poder corporativo, pero en realidad lo que hace es cambiarles cárcel por multas y eliminar la posibilidad de intervención de las empresas que especulen o acaparen!.
La verdad es que en todos estos años desde 1974, hubo decenas de veces en que existió la necesidad imperiosa de aplicar a fondo la Ley y nunca lo hicieron. Podríamos mencionar la megadevaluación del Rodrigazo en 1975, la hiperinflación del Alfonsín de 1989, la crisis del Argentinazo en el 2001, para ver que no es sólo el kirchnerismo el que sistemáticamente elige el camino de apretar y ajustar a los de abajo en vez de atacar los intereses, las megaganancias y la especulación de los grupos más concentrados.
Tampoco los K aplicaron la vieja ley
Ya en la década K sobran los momentos y las razones para haber aplicado la Ley y tampoco lo hicieron a pesar de haber amenazado muchas veces. Como con los aumentos desmedidos del trigo y la harina en 2011, amenazaron pero el pan aumentó al doble y nunca tocaron a los molinos ni terratenientes. En 2012 volvieron las amenazas de aplicación en respuesta a la escasez de gasoil en las bocas de combustible, el resultado otra vez el mismo, los combustibles aumentaron 60% en un año y la ley no se aplicó. Y actualmente a principios del invierno, ante la escasez y especulación con la garrafa social (que no conseguís una si no pagás $80 en vez de los $16 que está convenido), nuevamente los perjudicados son los sectores más pobres que se mueren de frío esperando que el estado tome medidas contra los grandes especuladores, cosa que nunca llega.
Cuando ya llevamos años de una inflación galopante que azota el bolsillo de los trabajadores, sumados ahora a las suspensiones en fábricas y los cierres en comercio. Cuando sobran las evidencias de sobreprecios, acaparamiento y especulación, el Gobierno se acuerda de reflotar la discusión de la Ley de Abastecimiento, más como chantaje y especulación frente a los empresarios que no tienen límites a la hora de remarcar. O quizás envalentonados por el coyuntural rédito que le ha dado la pose antibuitre de las últimas semanas, quieren maquillarla igual que la ley antiterrorista maquillar de neto corte represora de la protesta social, amenazando con aplicarla a la multinacional Donnelley.
Nuestra postura
Desde el Movimiento Socialista de los Trabajadores-Nueva Izquierda opinamos que no hay que hacer ninguna concesión a los grandes pulpos formadores de precios, que para enfrentar la inflación y la crisis en beneficio de los trabajadores y el pueblo, no sólo hay que aplicar la Ley de Abastecimiento sin ninguna concesión a los capitalistas, imponiendo la cárcel para los especuladores, confiscando la mercadería acaparada y avanzar en la expropiación y estatización de las empresas que cierren o despidan trabajadores. Sino también que hay que cambiar toda la estructura tributaria de la Argentina, eliminando el IVA a los productos de primera necesidad e imponiendo grandes impuestosprogresivos a las grandes ganancias y fortunas. Estas son medidas que efectivamente irían a favor de los de abajo y atacarían los intereses de los grandes empresarios. Si el Gobierno de Cristina quisiera atacar al gran capital concentrado avanzaría de inmediato en este sentido en vez de andar discutiendo modificaciones (a la baja) de una Ley que ni siquiera aplica. Por eso opinamos que largan esta discusión como una bola de humo, como tantas otras veces.
Gerardo Uceda