Cuando escribimos estas líneas se está desarrollando una tregua extendida por 24 horas más, luego de los primeros cinco días. La existencia misma de la tregua, es una conquista del enorme sacrificio del pueblo palestino, que resiste heroicamente la maquinaria asesina del sionismo, que finalmente tuvo que aceptar un nuevo y más extendido alto al fuego, cesando el bombardeo y con las tropas fuera de la Franja de Gaza. En el curso de la tregua vienen realizándose negociaciones en Egipto entre las facciones palestinas y los representantes de Israel.
Los israelíes pretenden una «rendición» de las milicias, como moneda de cambio de la promesa de ir aflojando paulatinamente el bloqueo que mantienen sobre ellas desde hace ocho años y de canalizar a través de Al Fatah (1) la ayuda en materiales para reconstruir la infraestructura y las decenas de miles de viviendas destruidas. Gaza «ha sufrido en el mes largo de Operación Margen Protector más de 5.000 ataques por parte de Israel. Los daños superan los 4.400 millones de euros, según Mohamed Mustafa, vice primer ministro palestino.» (Diario El Día de España 18-08-2014)
La fracción palestina, en particular los dirigentes del Hamas y de la Yihad, que gobiernan en la Franja de Gaza, quieren el fin del bloqueo que asfixia a los palestinos, con la reconstrucción inmediata del aeropuerto, la construcción de un puerto marítimo y la liberación del paso de Rafah (en el límite con Egipto) entre otras demandas. Y de ninguna manera aceptan desarmarse, lo que sería un virtual suicidio frente a la política genocida y de exterminio de Israel.
Mientras se realizan estas negociaciones importantes movilizaciones exigiendo la paz se están realizando en el seno mismo del Estado israelí, lo que ayuda a la posición palestina. Pese a su dureza y voluntad de exterminio, a la pretensión de Israel de liquidar la resistencia palestina y ocupar la Franja, la realidad es que luego de varias semanas de cruel bombardeo, Israel se ha debilitado mucho políticamente ante la mirada del movimiento de masas en el mundo.
Ni sus mejores aliados como EEUU, o la hipocresía de la ONU, pudieron sostener el discurso de que se trataba de una «legítima defensa» frente a una agresión terrorista. Y esto lo ha obligado, por lo menos por el momento, a detener la agresión y sentarse a «negociar».
Si se consolidara una tregua aceptable para los intereses palestinos, esta brindará la oportunidad para recobrar fuerzas, en una pelea que si bien tuvo un terrible costo en vidas humanas, Israel no pudo quebrar la capacidad de combate de los miles de milicianos palestinos. Más que nunca entonces hay que redoblar la campaña para que cese definitivamente la agresión Israelí, se levante el bloqueo y se reconstruya Gaza, como pasos obligados de una pelea más larga: la pelea por la liquidación del régimen fascista y el enclave imperialista de Israel y la formación de un Estado Palestino libre, laico y no racista, en el cual puedan convivir los musulmanes con los que profesando la religión judía quieran convivir pacíficamente con ellos.
(1) Partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, que gobierna Cisjordania y ha aceptado la legitimidad del Estado de Israel.