El sábado 23 de agosto empezó, muy temprano, el operativo conjunto de la Metropolitana y la Gendarmería para desalojar el barrio Papa Francisco. Reproducimos el testimonio de María Magdalena, una de las vecinas desplazadas:
“Esa madrugada nos sorprendió la policía, que entró a las patadas en nuestras casas. Entre la confusión y el llanto de los chicos nos sacaron a palazos y empujones. En el boulevard de Avenida Cruz vimos una verdadera invasión, que con helicópteros, policías, gendarmes, carros hidrantes y patrullas cercaba el Barrio y la Villa 20, impidiendo la llegada de solidaridad y el testimonio directo de los medios de comunicación. Igualmente recibimos ayuda, por ejemplo, del comunero Rubén Tzanoff y compañeros del MST-Teresa Vive.
“Ante nuestra insistencia pudimos regresar sólo a sacar algunas cosas, con los policías apostados en cada puerta. Luego llegaron las topadoras. Aplastaron casas de material, chapas y maderas, destruyendo cacharros, útiles escolares y todo lo que había a su paso, como en la dictadura militar. Encima metieron presos a algunos vecinos y reprimieron con balas de goma. Ya en la calle, no nos quedó otra que acampar. Algunos de los que fueron a los paradores del gobierno de la Ciudad hoy están volviendo al acampe, muy disconformes por las condiciones y el trato que les dieron.”
El desalojo se preparó desde antes, cuando liberaron la zona a las mafias, que hasta llegaron a herir a una madre y asesinar a su bebé en gestación por robarle a una vecina. Por ese hecho se hicieron dos marchas exigiendo seguridad, pero no hubo respuesta. Luego Berni y Macri aprovecharon el brutal asesinato de Melina López como excusa final para justificar su accionar represivo.
Así difundieron la idea de desalojar a narcos y ladrones, pero en realidad sólo echaron a las familias humildes.
Además la Escuela Delpini sigue cerrada porque ambos gobiernos no dan respuesta a los reclamos de seguridad de docentes, padres y estudiantes ante el accionar mafioso.
Desalojados, pero no derrotados
“Macri no quiere a los pobres, por eso se niega a urbanizar y siempre nos quiso sacar del predio”, dice María. Pero hay más responsables. El operativo lo ordenaron en conjunto Macri y Berni, que mandó a su Gendarmería y fue uno de los principales impulsores de esta barbaridad. Como en el Indoamericano, Ciudad y Nación se volvieron a poner de acuerdo para reprimir a los que menos tienen.
Aun así los vecinos no se dan por vencidos. María nos dice: “Seguimos acampando en busca de una solución definitiva a nuestro reclamo de vivienda digna y urbanización. El miércoles 27 marchamos a la Jefatura de Gobierno y a la Legislatura, acompañados por varias organizaciones y personalidades, entre las que estaba el MST Teresa Vive y el diputado Alejandro Bodart, que está con nosotros desde el principio. Por eso también nos defendió en la Comisión de Vivienda el lunes 1º.”
Bodart reclamó un predio para reubicar a las familias hasta urbanizar la villa, ya que tanto la Ciudad como la Nación tienen terrenos que podrían usarse para tal fin, como los cedidos a un club de golf que está frente a la Villa 20, entre otros. En esto tienen una gran responsabilidad los diputados del Frente Para la Victoria y del PRO, que deberían dejar de hacer especulaciones y ofrecer respuestas concretas e inmediatas.
“Vamos a seguir organizados, movilizados y reclamando por tierra y vivienda para nuestras familias, porque es un derecho elemental que seguimos defendiendo con fuerza y dignidad, a la par que apoyamos el reclamo de castigo a los asesinos de Melina”, finalizó María.
Rubén Tzanoff, Comunero (C9)