Finalmente una nueva tregua, que promete tener un alcance mayor que la que terminó el pasado 20 de Agosto, se acordó entre el Hamas y los representantes israelíes. Según informan las agencias de noticias internacionales, por el acuerdo Israel acepta un afloje del bloqueo, permitiendo un mayor flujo de bienes, ayuda humanitaria y materiales para la reconstrucción, reduciendo su zona de restricción para que los palestinos tengan mayor acceso a sus tierras de cultivo y ampliando a 9.6 km el límite de pesca frente a la costa de Gaza. Se dice que Egipto ha acordado abrir el cruce de Rafah, con la condición de que sea administrado por al ANP (1). Se seguirán negociando otros temas más conflictivos como la reapertura del puerto y el aeropuerto, la liberación de palestinos presos y la entrega de los cadáveres de los soldados caídos.

El acuerdo, pese a sus limitaciones puede considerarse un round ganado por la lucha palestina, si tenemos en cuenta que el objetivo primario de Israel en estos 50 días de bombardeos e invasión del ejercito sionista, era desarmar por completo al Hamas y destruir su estructura defensiva, como un paso necesario para volver a ocupar la Franja de Gaza (desalojada en el 2006) y continuar su política de exterminio. La tregua anterior se frustró entre otras cosas al fracasar la exigencia israelí sobre el desarme del Hamas.
Esta tregua se logra a un costo altísimo en vidas humanas y destrucción de su infraestructura: más de 2100 personas asesinadas por Israel (el 80 % civiles) de los cuales 500 son niños, y 17.000 casas destruidas con 560.000 desplazados (un tercio de la población), que viven en refugios de la ONU o en casas de familiares. Contra 68 bajas israelíes de las cuales 64 son soldados del ejército.
Pese a la terrible matanza Israel no pudo destruir la capacidad de combate de la autodefensa palestina, ni liquidar las lanzaderas de cohetes, y se dedico en los últimos bombardeos a concretar asesinatos selectivos entre los líderes del Hamas, lo que hizo que creciera el odio y la indignación de los palestinos de la Franja, que se movilizaron por miles para enterrar los cuerpos de los últimos tres dirigentes asesinados.
Del lado israelí el saldo es bastante magro. No solo fracasaron sus objetivos militares, sino que su matanza indiscriminada de civiles gacetíes, le ha valido la condena de millones en todo el planeta, lo que ha llevado a que las potencias aliadas al Estado nazi israelí no hayan podido seguir justificando tan atroces crímenes contra la población civil.
Con el cuarto ejercito del mundo, Israel ha salido perdidosa de estos combates y con una brutal crisis al interior de su gabinete, donde su ala más dura, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman y de Economía, Naftalí Bennett, cuestiona los acuerdos arribados por el primer ministro Netanyahu y amenazan abandonar el gobierno.

La utopía de la política de los dos Estados

Una vez realizados los acuerdos para la presente tregua, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, volvió a la carga, con que la creación de dos estados, sobre la base de los límites de 1967, tal cual figura en las resoluciones de la ONU, sería una solución definitiva al conflicto. Y avanzó más todavía… señalo la posibilidad de crear un Estado Palestino en forma unilateral con los territorios de Gaza, Cisjordania y capital en Jerusalén Este. Hasta adelantó que el primer Ministro israelí Netanyahu apoyaba esta salida…
Duró poco esta ilusión. A menos de una semana de acordada esta nueva tregua el gobierno israelí anunció la mayor expropiación de tierras en Cisjordania en 30 años. Son 400 hectáreas al sur de Jerusalén, ya ocupadas ilegalmente por 70.000 colonos israelíes. Son parte de más de medio millón de colonos que viven en tierras palestinas protegidos por el ejercito israelí que tiene militarizada la mayor parte de la Cisjordania. Así tratan los sionistas a la voluntad conciliadora de la ANP dirigida actualmente por un desprestigiado Al Fatah, que frenó el estallido de una nueva intifada en territorio cisjordano, donde ya se cuentan en 32 los muertos producidos por enfrentamientos con el ejercito israelí en estos días de protesta contra los ataques a la Franja de Gaza, y que cada día pierde más terreno frente a las fracciones palestinas dispuestas a llevar la lucha hasta el final contra el Estado genocida de Israel.
No hay salida para el pueblo palestino, no se va ha frenar el exterminio genocida de este pueblo, si no se derrota ese engendro que es el Estado genocida de Israel, su aparato militar y sus instituciones nazis, se devuelven las tierras ocupadas a sus legítimos dueños, los millones de palestinos desplazados, y se crea un nuevo estado Palestino libre, laico e independiente, en el cual puedan convivir pacíficamente con la población árabe los que profesan la religión judía y rechazan la barbarie racista.

¿Quien ganó la guerra?

Como señala la poetisa palestina exiliada en Australia, Samah Sabawi, en un reciente artículo en Rebelión: “Si hubiera una victoria que reclamar, sería ante todo una victoria para los palestinos y palestinas de Gaza, que han demostrado increíble paciencia, tenacidad y sacrificio en la búsqueda de su libertad. En menor medida, se trata de una victoria para las personas de conciencia de todo el mundo: desde las que abandonaron sus lealtades tribales y dijeron: “No en mi nombre”, hasta las que dieron un paso fuera de la línea de su facción y dijeron: “Estamos todas juntas en esto” –gente del movimiento global de solidaridad con Palestina de muy diversos ámbitos. Entonces, ¿quién ganó realmente la guerra en Gaza? La causa palestina lo hizo.”

Gustavo Giménez

1. ANP–Autoridad Nacional Palestina. Gobierno de la Cisjordania dirigido por el partido Al Fatah, que tiene la representación legal también de la Franja de Gaza, donde gobierna el movimiento Hamas. Al Fatah fue la fracción que promovió los acuerdos de Oslo, por la que se reconoce al Estado de Israel a cambio de la creación de un Estado Palestino en los límites del año 1967 y actúa buscando acuerdos en forma permanente con el monstruo sionista. Producto de estas traiciones fue desplazada de la conducción de Gaza por el movimiento islámico Hamas, que sigue desconociendo al enclave colonial que constituye el Estado de Israel.