Después de diciembre de 2001 conocí la película La mayor estafa al pueblo argentino -del director Diego Musiak- y la causa Olmos1, cuyo dictamen del año 2000 reconoce más de 400 actos ilícitos y declara “ilegítima y fraudulenta” la deuda externa. Así abrí los ojos a un tema inconcebible para el ciudadano común: gran parte de la supuesta deuda externa había sido fraguada, contraída irregularmente o producida por pases de deuda privada a deuda pública.
Comencé a difundir la película, organizar debates y desentrañar más aspectos de la deuda. Pero creí necesario hacer algo más institucional. Entonces me aboqué a reunir personalidades para impulsar una Comisión Nacional Investigadora de la Deuda Externa (Conadex) que, al estilo de la Conadep, investigara las maniobras que entre 1976 y 1983 multiplicaron por ocho la deuda, la cual siguió aumentando durante los gobiernos subsiguientes hasta superar los 200 mil millones de dólares en diciembre de 2001.
Así conformamos un grupo de expertos y en diciembre de 2003, a seis meses de asumido Néstor Kirchner, presentamos el proyecto en la Casa Rosada2. A poco nos informan que habían girado el trámite al Ministerio de Economía, el mismo que debía ser investigado. Aun así accedimos a ir a una reunión con el Secretario de Finanzas, Dr. Guillermo Nielsen. Como poco antes él había planteado en el Foro de Dubai un plan para reestructurar la deuda con quita, creímos que quizás veía nuestra propuesta como un camino. Al fin no nos atendió él sino un asesor, y como único resultado devolvieron el expediente a Casa de Gobierno.
Vuelta al inicio, me citó el Director de Programas de Gobierno, Dr. Ojea Quintana, cuarto en la línea de gobierno desde Néstor K. “Tenga en cuenta que nosotros tenemos el gobierno, pero el poder sigue en las mismas manos”, se atajó. Dijo conocer la causa Olmos, pero advirtió que “Néstor no habla de ilicitud de la deuda”. Y sugirió una “investigación” tipo estudio histórico. Como lo nuestro iba en serio, le planteé sus tres alternativas: que quisieran investigar con nosotros, o con su gente, o no investigar. Su respuesta fue hábil: “Te olvidás una cuarta posibilidad: no te contesto y te burocratizo el expediente…”
Igualmente seguimos visibilizando el tema deuda. Con gente que había conocido en las asambleas populares, el 24 de abril de 2004 le “cambiamos” el nombre a la Avenida Rivadavia entre Congreso y Floresta, pegándole encima el nombre de Alejandro Olmos en el cuarto aniversario de su muerte. Volanteamos explicando su denuncia y recordando que Rivadavia fue el primero en endeudar al país para su propio pecunio. En julio de 2004 entregamos toda la causa Olmos digitalizada al Archivo Nacional de la Memoria, con eco en Página/12 y la revista Veintitrés. También juntamos cientos de firmas en apoyo a la creación de la Conadex3. Cuando las presentamos en la Rosada, abrieron un expediente distinto al del proyecto original. Y cuando por nota pedimos que unificaran ambos, abrieron un tercero… Quedaba clara la frase de Ojea Quintana.
Doble discurso
Nunca más hubo respuesta. En nuestra memoria fue la primera gran frustración del gobierno K. Así murió la posibilidad del gobierno de actuar en el momento adecuado, pues estábamos en default, para diferenciar deuda legal de deuda ilegítima y deuda estatal de deuda privada ilegalmente estatizada.
Con estos antecedentes, ¿cabe esperar que esta nueva comisión bicameral realmente investigará el origen de la deuda y el pago por los sucesivos gobiernos? Seguramente no. La integran ocho diputados y ocho senadores de los mismos sectores políticos que desde la Rosada y el Congreso vienen convalidando y pagando deuda ilegítima (sea directamente, con blindaje, megacanje, bonos 2005 o bonos 2010). Toda la tarea de la comisión es secreta hasta que dictamine dentro de seis meses. Encima, mientras se “investiga”, se sigue pagando. O sea, Cristina la formó únicamente para camuflar su pago a los buitres y su línea de seguir pagando todo este fraude. Sólo una comisión de personalidades independientes y con plenos poderes para investigar, como la que propusimos en 2003, podría develar toda la verdad sobre la deuda.
Inclusive Néstor K., aun sabiendo que existía la causa Olmos porque en su campaña electoral la mencionó más de una vez, hizo mucha alharaca sobre la quita de deuda pero nunca instaló el hecho de que había deuda ilegítima. ¿Fue una limitación impuesta por los que “seguían teniendo el poder”? ¿O fue una decisión propia, como parte de una estrategia que con los años va quedando más clara?
Creo que estamos nuevamente ante una mascarada. Hay que seguir haciendo conocer las conclusiones de la investigación hecha por el juzgado y los peritos de la causa Olmos para que el pueblo sea consciente de hasta dónde se puede mentir desde el gobierno. Como dijo Simón Bolívar, “nos dominan más por la ignorancia que por la fuerza”.
1. Causa penal Nº 14.467. El juez Jorge Ballestero remitió en el 2000 su dictamen al Congreso para que resuelva sobre la deuda, pero éste no hizo nada.
2. Expediente Nº 3.307/03.
3. Más información en
www.nomasdeuda.com.ar
Juan Carlos Dima