Elia fue agraviada por criticar la política represiva del gobierno nacional y en especial a Sergio Berni. En el diario Página 12 las Madres Línea Fundadora sacaron una solicitada contra ella: “No nos representa institucionalmente”, dijeron.
Los innumerables saludos en solidaridad con Elia no se hicieron esperar. Son el reconocimiento a su larga trayectoria de lucha por los derechos humanos de ayer y de hoy. Expresándole el respaldo de todo el MST-Nueva Izquierda, charlamos con ella sobre esta situación.
¿Cómo tomaste la solicitada y por qué creés que lo hicieron?
A mí ya me conocían: yo no iba ni voy a los actos presidenciales. No hacía falta que sacaran esa solicitada. Lo que más me dolió no fue la crítica a lo que yo digo, sino el tono despectivo. Yo no lo diría nunca porque respeto a todas las Madres. Sé que hemos luchado mucho y tenemos el mismo dolor, entonces nunca las voy a criticar. Todas perdimos a nuestros hijos y las ideas políticas son aparte. A lo mejor les molestó eso…
¿Qué lucha por los derechos humanos sigue pendiente?
En derechos humanos lo principal son nuestros desaparecidos. Pero derechos humanos son muchos: es que vos puedas hablar y decir lo que pensás sin que te repriman ni te encarcelen, sin que te enjuicien o acusen de cualquier cosa. A mí me da mucha pena ver a esa gente que se está quedando sin trabajo, que tienen familias que mantener, y que se quedan sin nada. No es broma. Nosotras las Madres tendríamos que acompañar, estar ahí, decir algo.
Muchas cosas son derechos humanos. Los jubilados que cobramos la mínima, porque el 82% ya lo teníamos pero la presidenta lo vetó. La salud, que no está bien. Hay más pobreza, yo la veo porque viajo todos los días en tren y veo chicos con el pelo duro, sucios, descalzos… Eso es pobreza. La educación también ha cambiado. Se ha dado subsidio para el chico que estudia y no trabaja, que me parece bárbaro, pero sería mejor si los pibes trabajaran… Esas cosas también son derechos humanos.
¿Qué pensás de Milani y Berni?
Veo espantoso que Milani esté al frente de las Fuerzas Armadas. Porque yo me acuerdo que Astiz era joven y me acuerdo cómo lo cuidábamos. A todas las Madres nos tenía “compradas” y nos traicionó. Por culpa de él desaparecieron las tres Madres y también las monjas. Entonces a mí que no me vengan a decir que Milani “en esa época era joven”. Si sos represor, sos represor de joven y de viejo. No hay diferencias: sos represor y punto. Por eso vi como una burla, un insulto, poner a un represor en un gobierno “de los derechos humanos”.
Lo mismo que Berni. Yo estaba ahí en la Panamericana cuando hizo todo lo que hizo. Cuando miré para arriba y estaba ahí en helicóptero me dio risa, mezclada con bronca. ¿Qué, no se dio cuenta de lo que pasaba, que nos estaban golpeando? Lo que hace no tiene justificación.
Entonces, yo nunca cambié, siempre pensé igual. Lo que pasa es que ahora hay más conflictos. Por ejemplo, me fui a Misiones con Vilma a defender a María Ovando, porque lo que tiene Vilma es que también hace todas esas cosas, está en las luchas. Si las otras Madres no lo quieren hacer, yo las respeto y que hagan lo que quieran. Para mí siguen siendo compañeras. Pero yo estoy ahí.
¿Qué mensaje le das a los que hoy pelean contra Monsanto, por los derechos de la mujer, por el trabajo o la salud; a la juventud?
Mirá, yo recibí muchos llamados y reconocimientos, de todos lados. Creo que tan mal no hice. Por eso voy a seguir al lado de los que pelean. Es el mejor homenaje que le puedo rendir a mi hijo y a las nuevas generaciones: poder dejar un país mejor.
Pronto van a hacer 40 años de lucha y yo estoy conforme con lo que soy. Digo las cosas como las pienso. No volvería atrás, por mi hijo, por mis hijas, por mis nietos. Quiero que ellos digan que la abuela no se rindió, que la abuela no se calló, que la abuela no se vendió. Ese es mi mensaje.
Reportaje: Ingrid Urrutia