MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Economía: un callejón sin salida aparente

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El panorama económico no podría estar más complicado para el fin de ciclo del gobierno de Cristina. Por un lado está el problema del dólar blue que parece no tener techo a pesar de los intentos de restricción de compras, persecución a las «cuevas», amenazas sobre las compras del «contado con liqui» y demás formas de hacerse del billete verde. Por otro lado en lo que podríamos llamar la economía real, esa que nos afecta más directamente a todos los trabajadores y el pueblo, la inflación sigue su espiral ascendente carcomiendo el poder adquisitivo de los salarios, la recesión o estancamiento agregan una vuelta de tuerca al ajuste ya que se multiplican los cierres de negocios y cae el empleo.

La escalada del blue

Todos los diarios y economistas burgueses están atentos al problema del dólar blue. El gobierno por su parte intenta aparentar que no le preocupa demasiado, habida cuenta que según ellos el grueso de las transacciones se realizan con el dólar oficial a menos de $9. Si bien en sentido estricto esto es verdad, lo real es que todos los grandes capitalistas hacen sus cuentas y calculan sus ganancias por el dólar paralelo, de manera que los precios de las mercaderías terminan siendo pagados por nosotros según este último. Es lo que eufemísticamente llaman inflación por expectativa, que no es otra cosa que la especulación lisa y llana de los grandes formadores de precios, pensando en cuánto va a estar el dólar el mes o el año que viene según sus negocios. Esa es una de las razones por la que la inflación sigue ascendiendo.
Por otra parte, el gobierno no logra contener el ascenso del dólar por múltiples razones. En primer lugar para cubrir gastos corrientes sigue emitiendo pesos argentinos y esto constituye no sólo un elemento de presión inflacionaria sino de devaluación diaria frente al dólar. En segundo lugar nunca en estos últimos 10 años, pero menos ahora, llegan inversiones extrajeras que traigan dólares del mercado mundial a reforzar el pool de dólares en el país, esta falta de inversiones es crítica y parece no cambiar porque los grandes empresarios mundiales no tienen confianza en el gobierno K. En tercer lugar el gobierno ha sido incapaz, pese a sus amenazas y discursos de frenar la fuga de dólares o las maniobras de giro de los mismos al exterior por parte de los grandes capitalistas (siempre termina restringiendo el acceso a los mismos de los pequeños y medianos ahorristas), obviamente esta fuga de dólares es lo opuesto a lo que necesita para bajar el valor del dólar en el mercado.
Por último digamos que la escasez de reservas del BCRA, hace imposible salir a bajar efectivamente el precio, mediante ventas diarias como hacían en épocas del Néstor, lo que denominaban «flotación administrada», ya que tendrían que vender más de 200-300 millones diarios en forma sostenida, una locura imposible en estos tiempos de reservas en rojo.

Los trabajadores los más afectados

Como siempre, todos esto líos del dólar en las alturas terminan bien abajo repercutiendo en nuestros bolsillos. La denominada estanflación económica lleva a que todas las presiones del dólar se trasladen a los precios de las mercancías. Pero sobre todo a los precios de los productos básicos, consumidos en su gran mayoría precisamente por los trabajadores de menores ingresos. Así una encuesta de Ecolatina, muestra que en los salarios más bajos el impacto de la inflación fue el doble que en los más altos en los últimos meses. A esto hay que agregarle que el requerimiento de nuevos puestos de empleo cayó un 24% en estos meses y la posibilidad de cambiar a un puesto de mejor nivel de ingresos también se derrumbó. El 80% de los jubilados está debajo de la línea de pobreza. Por fuera de la comida lo que más aumentó fueron los combustibles, los medicamentos y los servicios públicos que consumimos todos, de nuevo con mayor impacto en los sueldos más bajos.

No hay salida por el lado que busca el gobierno

Más allá del discurso, el gobierno está atrapado en un callejón sin salida, no quiere avanzar realmente sobre el capital privado y la deuda externa como debiera hacer si quisiera solucionar los problemas del pueblo. Y tampoco quiere aplicar el ajuste a rajatablas como le pide la burguesía y acuerda toda la oposición burguesa. Está entrampado en la lógica perversa de un discurso progresivo-popular y un plan de ajuste más o menos tradicional.
La única salida a este laberinto es lo que opinamos este gobierno no va a hacer: En primer lugar dejar de pagar la Deuda Externa Fraudulenta que este año se llevará otros U$S 17.000 millones más (tomados con nuevo endeudamiento), nacionalizar la banca y el comercio exterior por completo para evitar la fuga de capitales y aplicar una reforma tributaria donde paguen más los que más tienen, con impuestos progresivos a las grandes ganancias, fortunas y tierras. Con todo ese dinero acumulado habría plata de sobra para frenar el dólar, aumentar salarios y jubilaciones acorde a la inflación, generar un plan de obras públicas de infraestructura y viviendas populares que daría trabajo y reactivaría la economía, como para empezar a solucionar los problemas de la gente y no los de los grandes capitales nacionales e internacionales que es la preocupación del gobierno y la oposición tradicional de los Macri, Massa o Scioli.

                                   Gerardo Uceda

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