MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Fallece el presidente y CEO de Total. ¡El rey ha muerto, que viva el rey!

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El avión en el que viajaba Christophe de Margerie, presidente y CEO de la petrolera francesa Total, se estrelló contra una máquina quita nieve en un aeropuerto ruso. El accidente les produjo la muerte al empresario y a tres integrantes de la tripulación de la nave. Inmediatamente los medios de prensa mundiales, los principales representantes empresariales y los gobiernos de las principales potencias salieron a resaltar las virtudes y cualidades de Margerie, quien comandó el ascenso de la petrolera hasta ocupar un lugar destacado en el negocio de los hidrocarburos a nivel internacional, destacándose sus explotaciones en África, Rusia y numerosos países de Latinoamerica.
Lo que para los poderosos del mundo son virtudes, para millones de desposeídos no han sido otra cosa que pesares, muchísimos son los rechazos que ha cosechado y aún cosecha la actuación de la firma francesa, practicantes destacados del lobby con gobiernos y funcionarios de todo el globo, avanzando sin importar las poblaciones ni las reservas naturales protegidas (como es el caso del Área natural protegida Auca Mahuida, en la provincia de Neuquén donde Total practica la nociva técnica del Fracking) Margerie fue puntal de esa política y cada vez que tuvo la oportunidad lo revindicaba públicamente, incluso explicando que mas allá de que en Francia estuviera prohibido el Fracking, nada impedía llevarlo a cabo en otras latitudes.
Lo que realmente revindican los poderosos, cuando resaltan la figura del empresario francés, no es otra cosa que su ideal de negocios, su intención permanente de avanzar a cualquier costo y su propia razón de ser como poderoso, el enriquecimiento por sobre cualquier otra cosa.
Junto con el culto a la personalidad de Margerie, Total designó rápidamente a su sucesor, Patrick Pouyanne, otro destacado “hijo” de la petrolera, para garantizar la continuidad.
Los revolucionarios no festejamos la muerte de los poderosos como una salida, pero tampoco cultivamos la hipocresía de creer que la muerte transforma en bondadosos prohombres a los representantes más encumbrados del capital, responsables de la continuidad de un sistema económico y social que empuja a la miseria y la muerte a millones en todo el mundo.

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