Fue hace unos días en el Longobardi, la Técnica N ° 4 de Avellaneda: una adolescente fue atacada en la escuela por un compañero, violada y golpeada por al menos una hora. En una modalidad que crece, como pasó con Melina, la emborrachan para violarla. Eso profundiza la brutalidad del acto aberrante de violación, al quedar la víctima en total indefensión.
Pedimos justicia y el esclarecimiento del caso, ya que al escribir estas líneas la investigación aún no empezó. Además rechazamos la campaña mediática de demonización de la víctima -una menor- y de su familia.
Otro problema que subyace es el de las escuelas técnicas, cuyo responsable es el gobierno. Es muy triste ver un centro educativo público como hoy está el Longobardi, con escaso personal y áreas enteras sin luz. Los problemas de infraestructura y mantenimiento contribuyeron a que se diera la situación de violencia: el aula donde Florencia fue violada no tiene picaporte y no se puede cerrar con llave cuando no se usa.
Lamentablemente en muchos medios sólo se habla de qué hábitos tenía la menor, cuál es su estructura familiar, cómo entró alcoholizada a la escuela o quién abrió la puerta. Pero nadie pregunta nada sobre el violador. Y si hablan de la escuela pública es para desprestigiarla, no para cuestionar en qué condiciones hoy se trabaja y estudia.
Exigimos justicia para Florencia, castigo al violador y que el Estado nos garantice a todos los docentes y alumnos condiciones dignas para enseñar y aprender.
Silvina Carbone, docente de la ET N° 4