¡Vivos los llevaron, vivos los queremos! ¡Ayotzinapa vive! ¡El estado ha muerto!
Ya hace semanas que siguen sin aparecer los 43 estudiantes normalistas del estado de Guerrero en México que desaparecieron el 26 de setiembre. El gobierno de Peña Nieto atraviesa una brutal crisis política y de conjunto todo el régimen de ese país cruje con la enorme movilización nacional que pone en cuestión la gobernabilidad narco-capitalista de ese país.
El gobierno mexicano se presentaba hasta hace pocos meses como el garante de los negocios capitalistas yanquis en la región. Varias leyes de entrega del patrimonio nacional fueron aprobadas en el Congreso y parecía que el narco-estado mexicano ofrecía estabilidad burguesa para rato al amo del norte.
La brutalidad del accionar narco-policial en Guerrero, el asesinato de activismo juvenil con total impunidad por parte del gobierno local del PRD y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa plantean una nueva coyuntura en el país.
Todo México se ha visto atravesado por paros en universidades, toma de alcaldías, ataques a sedes de los partidos tradicionales, cortes de ruta y ocupación de medios de comunicación, entre otras medidas.
Hay un salto cualitativo en el repudio al régimen político de la democracia narco-capitalista en descomposición absoluta. Es evidente que la desaparición de los 43 normalistas se ha transformado en el detonante de una acumulación de tensiones en el movimiento de masas de ese país que se expresa nacionalmente con la exigencia de justicia por los jóvenes.
En los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero la docencia combativa se tonifica para enfrentar la etapa que se viene. Sectores del sindicalismo burocrático se ven obligados a reaccionar en un marco social y económico donde la crisis capitalista golpea a un país sometido semicolonialmente al imperialismo yanqui con una deuda externa que lo estrangula, con pactos comerciales de sometimiento y decadencia en todos los órdenes de la vida de las mayorías.
En este panorama se torna cuasi imposible la respuesta positiva a las demandas democráticas y sociales del conjunto del pueblo movilizado en los marcos del sistema capitalista.
Por eso, la tendencia es a más movilizaciones y a una agudización de la crisis política que fortalecerá a las organizaciones de base del movimiento de masas, aunque esa dinámica coexiste de forma contradictoria con la ausencia de una fuerza política revolucionaria con peso de masas que pueda señalar una perspectiva de cambios estructurales.
López Obrador como referencia burguesa de centroizquierda aparece intentando capitalizar el descontento exigiendo la renuncia de Peña Nieto y la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas en 2015. Sin embargo, no plantea un programa económico-social y democrático con propuestas de fondo para la superación de los decadentes marcos del narco-régimen mexicano.
Con ese cuadro de situación es fundamental que las organizaciones políticas, sindicales, sociales y estudiantiles de todo el mundo desarrollemos una intensa movilización internacional que parta en primer término por la exigencia al estado y el gobierno de Peña Nieto de la aparición de los 43 normalistas de Guerrero.
La novedad de los últimos días es que el gobierno de México anunció que los estudiantes habrían sido “ejecutados”. Sin embargo, nada de eso alcanza para frenar la movilización creciente que exige justicia y aparición de los 43.
En todo el mundo tenemos que multiplicar las acciones de solidaridad para rodear al pueblo mexicano en lucha por justicia por esta brutalidad cometida por el accionar de las bandas narco al amparo de gobiernos y el estado mexicano.
Asimismo, exigimos a nuestros gobiernos respectivos la suspensión de relaciones diplomáticas y de todo orden con el gobierno de México hasta tanto no se resuelva esta situación crítica.
¡Con vida los llevaron, con vida los queremos! ¡Aparición ya de los 43 estudiantes de Ayotzinapa!¡Justicia ya para los responsables!
Juventud Socialista del MST-Nueva Izquierda
