Sigue la danza de presidenciables impulsados por el sistema. Como en el showmatch de Tinelli, van desfilando al ritmo de la crisis y recitan su libreto improvisado de disputa electoral anticipada. Pese a que tienen que hacer que se pelean, dos improntas son comunes entre ellos. La primera salta a la vista: a un año de las elecciones ninguno de ellos puede «probarse el traje» con seguridad. El otro rasgo común es cada vez más evidente: sus propuestas sólo están destinadas a apuntalar al actual modelo. Sobra derecha y se necesita un cambio de verdad.
Lo que el agua puso a la vista
Cuando se producen desastres que afectan a miles, se suele poner en evidencia el verdadero rostro de los candidatos del sistema.
La última inundación bonaerense ha sido muy ilus-trativa. Allí pudimos ver como la falta de obras que solucionen el problema de raíz; el desenfrenado negocio inmobiliario y la absoluta falta de controles por parte del Estado; el desprecio por los sectores populares se combinó para lograr este doloroso resultado.
También se vio a Scioli jugando al fútbol, el casamiento-show de Insaurralde, Massa defendiendo los countries y barrios cerrados de su municipio… o sea, haciendo campaña o en plenos festejos, mientras miles perdían todo lo que tardaron una vida en construir.
Socios en el modelo
Macri recorre el interior en su afán de construir la fuerza nacional que no tiene y promueve famosos, como lo hizo en La Rioja con Ramón Díaz. También se saca fotos con dirigentes radicales que quieren unirse al PRO. Y hasta motoriza un acuerdo en Córdoba con UNEN. Carrió insiste en una alianza con el PRO para ganar.
La UCR se divide entre quienes se quieren ir con Massa, otros que les gusta Macri y otros que prefieren seguir con UNEN sin nuevos acuerdos. Incluso, en distintas provincias ya avanzaron en el sentido de los primeros dos sectores. Binner dice que no va a compartir con el PRO, aunque no reniega de los acuerdos por lugar o «de gobernabilidad»
Solanas dice que estas disputas son lógicas, en aras de la «amplitud» de UNEN. Coherente con semejante amplitud, apostaría a disputar la jefatura de gobierno porteña acompañado del economista Martín Lousteau.
¿Alrededor de qué propuestas, para solucionar qué problemas se harían estos acuerdos electorales?… De eso ni se habla. Simplemente tratan de llegar al sillón que cada uno aspira al servicio de darle el perfil de seriedad que el país necesita para remozar el modelo de ajuste y entrega.
Sobra derecha
El país se encamina a un cambio político. El sector que viene gobernando se retirará o se reconvertirá profundizando su «giro a derecha» que ya comenzó con Cristina. Habrán pasado doce años y, a pesar de haber tenido una gigantesca entrada de divisas y un pueblo ávido de transformaciones, el kirchneris-mo desaprovechó la oportunidad y los problemas estructurales se profundizaron.
Somos un país dependiente, con los principales sectores productivos en manos de multinacionales; con los recursos naturales entregados a Monsanto, Barrick, Chevron; con las mafias de la trata y el narcotráfico en desarrollo; con la corrupción de políticos y sindicalistas extendiéndose; con la pobreza, el trabajo precario, el abandono de hospitales y escuelas, los jubilados que ganan una miseria.
Salir de esta ubicación, implicaría meter mano a los grandes intereses que –también con el kirchnerismo en el poder- han amasado enormes fortunas, a costa del hambre y el futuro del pueblo.
Pero para encarar un rumbo como ese, no podemos elegir entre Scioli, Massa, Macri, la UCR o Carrió. ¿Quién puede creer que alguno de ellos piensa ponerse de pie frente al imperialismo, las grandes empresas y bancos, el FMI o los buitres? ¿Quién puede pensar que van a defender a los trabajadores y a los excluidos? Todos estos dirigentes han acompañado los trazos gruesos de un modelo que nos mantiene como semicolonia del imperio yanqui, que comparte hegemonías con corporaciones y capitales europeos y chinos.
Por eso insistimos: en Argentina sobra derecha, lo que hace falta es poner en pie, de una vez por todas, una nueva izquierda.
Guillermo Pacagnini