Entramos al último tramo del año y l@s estatales seguimos sufriendo un ajuste permanente. Dependamos de Nación, Provincia o Ciudad, todos vivimos con sueldos bajos, mucho más de la mitad en planta transitoria o con contratos precarios que generan malas condiciones laborales.

No es casual que a lo largo de los últimos 30 años los sucesivos gobiernos, tanto en el estado nacional, provincial y municipal, mantengan sin grandes modificaciones las plantas de personal y que, a través de distintas modalidades precarias de contratación, pretenden así disimular el incremento que las mismas han sufrido. Ello responde a pautas fijadas por los organismos internacionales de crédito y no a decisiones soberanas, así condicionan los presupuestos. Se profundiza la inestabilidad laboral, no respeto de los derechos laborales establecidos en la legislación laboral y convenios colectivos, bajos salarios, es decir aumentan las condiciones de explotación.
Tanto CFK como Scioli y Macri nos cuentan un país, una provincia y una ciudad maravillosas que sólo existen en sus discursos. Porque los trabajadores la remamos a diario para llegar a fin de mes y encima, si nos organizamos para defender nuestros derechos, nos persiguen sus funcionarios o no reconocen a nuestros delegados.
Estos gobiernos desoyen todos nuestros reclamos. Por eso tenemos que volver a ganar las calles y hacer visibles nuestras demandas para que se sientan con fuerza. Después de la marcha de ATE del 13 de noviembre preparemos nuevas acciones en apoyo a los sectores en conflicto como el Ministerio de Economía por el salario y contra las patotas, la Subsecretaría de Trabajo contra la persecución macrista, el Hospital Ferrer que pelea por comida digna para todos los trabajadores, el Durand en lucha contra el cierre de sectores y la falta de enfermeros en la guardia y de insumos, el Ministerio de Trabajo por recomposición salarial, estabilidad y contra la precariza-ción laboral, la CNEA en lucha por la apertura de paritarias y el pase a planta, y el ENRE contra la precarización y la suspensión de vacaciones en áreas críticas.
Hagamos una gran acción conjunta por todos nuestros reclamos salariales y laborales, por un bono de 4.000 pesos y la reapertura de las paritarias. Impulsemos desde cada lugar de trabajo el paro y jornada que la CTA convoca para el 20 de noviembre. Hagámonos sentir parando y con marchas y cortes en los distintos lugares.

Un debate sobre ATE y la organización gremial

Para encarar con fuerza estas peleas, es necesario debatir sobre la situación de nuestro sindicato ya que hay muchos problemas que impiden pelear con fuerza en el principal gremio estatal y donde nos organizamos por nuestros derechos. Y no se puede fortalecer ATE sin partir de esa realidad o pretender taparla.
Es evidente que el sindicato no está bien y hacen falta cambios profundos. Se viene arrastrando una crisis, por un lado porque el sector afín al kirchneris-mo ha decidido dividir y no apoya ningún reclamo de los nacionales para no chocar con el gobierno de Cristina Kirchner.
Rechazamos ese sindicalismo funcional a los gobiernos que deja solos a los trabajadores. En las Juntas Internas que agrupa ese sector seguramente hay compañeras y compañeros honestos que quieren pelear. A todas/os los invitamos a luchar juntos, a apoyarnos mutuamente en cada reclamo, más allá de las divisiones que impulsan ciertos dirigentes.
Por otro lado, la crisis de ATE también se da porque la conducción actual no ha sabido responder bien a esta situación. Encerrándose sobre sí misma, no abre un debate profundo y medidas coordinadas con todos los sectores gremiales y políticos que hacemos parte del gremio. De ese modo, se responde débilmente a los procesos.
Nosotros bregamos por dina-mizar y movilizar nuestro sindicato, junto a todos los que quieran defender nuestros derechos y la autonomía de los patrones y los gobiernos. Quienes compartamos esto tenemos que debatir en común qué pasos damos. Es necesario y urgente abrir un debate profundo e incorporar otras opiniones, escuchar a todos y generar espacios amplios y democráticos.
No habrá una ATE fuerte sin impulsar asambleas en cada lugar de trabajo, sin volver a realizar plenarios de delegados donde se traigan los mandatos de asamblea, sin poner todo el peso del gremio en cada lucha. Y sin comenzar a debatir que la ATE que surja de las elecciones del 2015 tiene que contener distintas expresiones y agrupamientos. La crisis de la Verde no puede seguir trasladándose al conjunto ni paralizando ATE.
Hace falta cambiar, ver la posibilidad de un nuevo proyecto entre compañeros y sectores de la Verde que quieran pelear consecuentemente y compañeros de diversas agrupaciones de izquierda, intentar confluir en un nuevo proyecto de lucha, democrático y plural para abrir una nueva etapa en ATE. Estos debates tenemos que ir haciendo, mientras garantizamos en la calle que se sientan nuestras demandas.

Edgardo Castro, delegado gral. Subsecretaría de Trabajo porteña
Luisa Ayala, delegada gral. del Hospital Aeronáutico
Eduardo Bunster, delegado gral. del ENRE