La verdad con toda honestidad, el derrotero de Pino Solanas no deja de sorprendernos. Primero era que a Lilita el programa «se lo imponía Proyecto Sur». Después fue encontrar síntesis, más adelante Carrió imponiendo su perfil y ahora directamente la propuesta de ir con el PRO a una interna o acordar. Claro, Pino horrorizado dice: «No me da la cara para acordar con el gobierno al que venimos criticando elección tras elección». Sin embargo, parece que esos «pudores» se limitan –por ahora- al plano nacional, ya que el cineasta aclaró que «ve la necesidad de amplitud en las provincias». Es decir: la esencia «progresista» de UNEN –según Pino- se garantiza acordando con el PRO o Massa en las provincias, pero a escala nacional habría que cuidar las formas y los espacios institucionales de cada fuerza. En esto, doble estándar el de Solanas para medir al PRO o Massa en provincias y caracterizar como intragables a nivel nacional. En esto Pino ya asimiló las mañas de la política tradicional para explicar lo inexplicable. El PRO o Massa son parte de las operaciones capitalistas destinadas a intentar costurar una alternativa competitiva.