El 18 de julio de 1994 un potente bomba destruía por completo la sede de la mutual judía AMIA en la calle Pasteur, con el luctuoso saldo de 85 muertos y más de 300 heridos, constituyendo el mayor atentado terrorista de la historia de nuestro país. Dos años antes un atentado similar produjo 29 muertos en la Embajada de Israel. En los años 90 y 91 nuestro país, de la mano de las relaciones carnales del Menem, había participado de la Guerra del Golfo y las distintas hipótesis y pistas que se trazaron en su momento, no llegaron a nada. En torno a la causa a AMIA se desarrolló uno de los casos de impunidad, encubrimiento y corrupción más importantes de las últimas décadas, al que abonaron las principales instituciones y partidos del régimen político argentino.
La primera década
Los primeros diez años estuvieron signados por un Juicio que, comandado por el ex Juez Galeano, terminó en un verdadero escándalo, en el cual se liberaron a los 22 imputados por falta de pruebas y donde la SIDE le aportó a Galeano 400.000 dólares para que el reducidor de autos Telleldín cambiara su declaración. Menem, el jefe de la SIDE Hugo Anzorregui, la Comisión de Seguimiento del Congreso, la Justicia y la Suprema Corte, la dirección de la DAIA y la AMIA, uno de cuyos dirigentes máximos comunitarios, Rubén Beraja, terminó preso por el quiebre fraudulento del Banco Mayo, fueron cómplices del Juez Galeano en el encubrimiento y la impunidad. En el 2004 el juicio fue declarado nulo y Galeano, que el año anterior había sido removido, finalmente fue destituido en el 2005.
¡Once años después del atentado! y cuatro gobiernos distintos, Menem, De la Rua, Duhalde y los primeros meses de Kirchner.
La segunda etapa
Fiel a su doble discurso Kirchner emitió un decreto por el cual reconoce las responsabilidades del Estado Nacional en torno al atentado a la AMIA. Sin embargo con él se inicia la segunda etapa del encubrimiento cuando designa al fiscal Nisman al frente de la Unidad Especial para la investigación de la causa AMIA. Kirchner coloca junto a Nisman a Stiusso (un topo que viene de la época de la Dictadura) y la causa ahora se orienta centralmente a la persecución de altos funcionarios iraníes y se produce el libramiento de órdenes de captura internacional de Interpol por pedido de la Justicia argentina.
Con Galeano los funcionarios iraníes habían sido inculpados, pero en la etapa de Nisman son el centro absoluto de la persecución judicial, combinado con las denuncias de Cristina Kirchner en la Asamblea General de la ONU. Pese a los años transcurridos y a que la imputación de los funcionarios iraníes y del Hezbollah libanés, fue ampliamente usada al servicio de las necesidades del Departamento de Estado Norteamericano y del Estado de Israel en su lucha contra el pueblo árabe y los palestinos, al día de hoy no hay pruebas contundentes sobre la participación de Irán. Esto lo puso de manifiesto la Justicia inglesa, que liberó, luego de haber detenido, al ex embajador iraní en la Argentina en la época del atentado, Soleimain-pour, por falta de pruebas contundentes. Canicoba Corral también señaló que no hay pruebas ni pistas firmes contra los funcionarios iraníes.
En esta etapa son procesados y enviados a Juicio el ex presidente Menem, su cuñado Munir Menem, el ex Jefe de la SIDE Anzorregui, «Fino»Palacios encargado de la Policía Federal y luego funcionario macrista, el ex Juez Galeano, el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, Telleldín, entre otros. Nadie está preso. Reina la impunidad.
La intervención de la Embajada de EEUU ha sido completa. Según denuncian los cables de Wikileaks llegaron a retarlo a Nisman por haber inculpado a funcionarios locales que encubrieron (Menem y compañía) y no dedicarse a trabajar centralmente sobre los que produjeron el atentado (Irán). Y Nisman les habría pedido disculpas por no avisarles previamente…
La política de evitar investigar a la llamada «conexión local», en realidad era una política de brutal encubrimiento en primer lugar de funcionarios y agentes ligados a la estructura político institucional tradicional. Y en esto no tuvieron diferencias el PJ, con la UCR o la Alianza y posteriormente el kirchnerismo, que hasta el día de hoy mantienen lo esencial de la estructura de los servicios heredados de la dictadura. Hasta el diario La Nación reconoció que «los organismos como la Secretaría de Inteligencia (SI) son cajas negras capaces de convertir lo legal en ilegal y viceversa. Uno de los grandes agravios de Carlos Menem a la democracia fue haber convertido a esa dependencia en un ministerio de Justicia paralelo. Los Kirchner agravaron esa desviación» (19/1/15)
El Memorandum con Irán, el último giro
Cambiando lo que había sido su política hasta el momento el gobierno de Cristina descoloca, deja en orsay, a Nisman y Stiusso que eran las espadas de pelea contra Irán, al hacer votar un Memorando de acuerdo con el gobierno de Teherán, por el cual se creaba una Comisión de la Verdad que iba a recabar en Irán los testimonios de los funcionarios involucrados en la causa. Junto a los compañeros de APEMIA y organizaciones nucleadas en el Encuentro Memoria Verdad y Justicia rechazamos esta nueva maniobra destinada a consagrar la impunidad y reclamamos frente al Congreso la constitución de una Comisión Investigadora Independiente. Allí estuvo presente nuestro compañero diputado Alejandro Bodart que presentó un proyecto de declaración en la Legislatura en ese sentido.
Este nuevo giro que Nisman atribuye a necesidades comerciales del gobierno, se da en un momento de cambio de la política de EEUU hacia Irán, con el cual establece nuevos acuerdos políticos de colaboración para intentar contener la revolución árabe y su completa crisis en Irak y Afganistán.
Nisman, Stiusso, la interna judicial y de los espías y la crisis política
Cristina en su tramo final tiene que asegurarse la impunidad para cuando ya no gobierne. Este es el centro de su ofensiva contra el poder Judicial al intentar con el nuevo Código Procesal y Gils Carbó copar con fiscales amigos. Otro tanto sucede con esa cueva de bandidos que es la SI (ex SIDE).
Primero se arma un servicio de espías incondicional con Milani como jefe, luego se avanza para disciplinar a los agentes de la SI que, acomodando su futuro negocian con Massa, Macri u otros candidatos con posibilidades, ya no le son funcionales al gobierno, entre otras cosas, para controlar el poder Judicial. Por eso cayó Stiusso y la última cúpula del organismo. La interna de los espías se da al interior de un aparato de inteligencia con el que los actúales presidenciables tienen estrechas relaciones. Desde la foto de Scioli con Telleldin, a los negocios de Macri con el «Fino» Palacios, a las relaciones de Massa con Stiusso, o la actuación de los espías en la causa Banelco durante el gobierno de la Alianza. No se salva nadie de los presidenciables y dirigentes de los grandes partidos tradicionales de la Argentina. La muerte del fiscal Nisman se da en medio de este fuego cruzado de estas internas.
Estas peleas en las alturas no nos deben ser indiferentes. Como la política represiva de la ley Antiterrorista, Berni reprimiendo trabajadores en la Panamericana o el genocida Milani al frente del ejército y del aparato de inteligencia.
Gobierno y oposición sostienen la impunidad
En estos días se pudo comprobar como más allá de tal o cual aparición con fines electorales, tanto en el oficialismo como esta oposición siguen jugando a favor de la impunidad. Se desviven por rasgarse las vestiduras, pero en realidad ahora y antes, utilizaron y manipularon el dolor de los familiares y la sed de justicia de todo el pueblo argentino, al servicio de sus campañas y posicionamientos políticos.
Por un lado las «cartas» de Cristina en las redes, dan lástima… pasan del auto bombo a echarle la culpa de la muerte de Nisman a su relación con las «mafias», y que no la acusen de «encubridora»… si cuando fue el atentado ella no estaba en el gobierno. Que luego gobierne con su marido los últimos 12 años no tiene la menor importancia… Massa pide que se encargue la Corte, lo cual es volver a confiar en un aparato judicial corrupto correspon-sable de la impunidad de estas dos décadas. Y Macri, UNEN, etc, no desentonan, hablan de las responsabilidades de Cristina, pero no dicen nada de las de ellos cuando fueron gobierno y menos proponen una investigación seria que sólo puede realizarse en forma independiente del actual Estado encubridor.
Los que desde la oposición de derecha ponen el grito en el cielo por la terrible muerte de Nisman y crítican a Cristina por el manejo «irresponsable de los servicios de inteligencia» se niegan a desmantelar ese aparato de espías. ¿Por qué nadie plantea la disolución de la SI (ex SIDE)? Porque quieren seguir así, dentro de este formato con SI incluido.
¿Por qué nadie de la oposición tampoco quiere investigar la conexión local? Por lo mismo, y porque saltarían nombres y personajes de sus mismos partidos tradicionales.
Sus críticas y quejas son pura utilización política, porque no quieren investigar de verdad nada. ¿Por qué solo la pista iraní? ¿No puede haber otra? ¿Por qué creerle al Mossad o a la CIA?
Son unos cínicos y comparten con el gobierno el desastre de la impunidad en la AMIA y su último capítulo con la trágica muerte del fiscal Nisman.
Hay que movilizarse con una política independiente
El llamado de la CTA, del cual participamos junto a numerosas organizaciones populares, a movilizarse exigiendo la formación de una Comisión Investigadora Independiente, la apertura de los archivos secretos de la SIDE y el desmantelamiento del aparato de inteligencia actual es una gran punto de partida para que se avance en la búsqueda de la verdad en la causa AMIA, en el esclarecimiento de la muerte de Nisman. Llamamos a todas las organizaciones y luchadores del campo popular y la izquierda a sumarse, para pelear por el fin de la impunidad y enfrentar a los que con el kirchnerismo la sostienen, los Massa, Macri, Sanz, Cobos, Carrió o Binner, entre otros.
Gustavo Giménez
Disolver la SI (ex SIDE) y todo el aparato de inteligencia
El aparato de inteligencia de la SI (ex SIDE) ha servido para las maniobras de la CIA y el Mossad en la causa AMIA. También para espiar a los luchadores populares y opositores como en el caso de la Gendarmería y el proyecto X. O para hacerlo pese a lo establecido en leyes conquistadas por la movilización como hacían con los topos del batallón 601, entre los cuales se encontraba Gerardo Martínez, asimismo para que un genocida como Milani, aparte de dirigir el ejército espíe para la presidenta. Sirven para todo, menos para defender los intereses del país frente a las potencias imperialistas o descubrir las mafias del narcotráfico, el tráfico de armas o la trata.
No sirven para eso porque son parte de esas mafias. Por eso no tienen arreglo. Hay que disolverlos lisa y llanamente. Desmantelando así uno de los aparatos que heredados de la dictadura, que conservan en su seno a muchos topos que sirvieron al Proceso. Mientras existan son una amenaza para las libertades democráticas que conquistó todo el pueblo argentino y que para lograrlo desplegó enormes luchas y sacrificios, entre ellos 30.000 compañeros desaparecidos.
Gentile, el fiscal que reemplaza a Nisman está acusadode perseguir a los luchadores por los derechos humanos
En carácter de subrogante ha sido designado para cubrir provisoriamente el cargo de Nisman el fiscal Alberto Gentili. Este fiscal, que era promovido por Nisman para ocupar su cargo cuando se ausentaba de su función, tiene un negro legajo. Estuvo al frente de la Unidad de Apoyo Fiscal para la Investigación de Delitos Complejos en Materia de Drogas y Crimen Organizado (Ufidro), que luego fue disuelta después de varios escándalos, como la participación del propio Gentili en fiestas con narcos. La anterior titular del cuerpo Mónica Cuñarro, lo denunció por nepotismo –por designar familiares en su dependencia- pero la causa fue archivada. Y lo que es más grave es que se ha denunciado que su fiscalía en realidad servía para meterse en causas ajenas y «proteger» el accionar de los organismos de inteligencia.
Y para colmo la Liga Argentina por los Derechos del Hombre lo acusó penalmente por realizar tareas de inteligencia ilegal sobre organizaciones políticas y sociales. Entre los investigados se destacaban el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y el dirigente del Partido Comunista Patricio Echegaray. ¡Una pinturita!
