Estamos a tan solo cuatro días de un hecho político de enorme trascendencia internacional: las elecciones griegas del domingo 25 de enero, que pondrán blanco sobre negro la posibilidad cierta de que Syriza, una coalición amplia de izquierda, gane la votación y así cambie el mapa político de su país y abra un terremoto político en toda Europa.
No es casual que desde hace semanas el nerviosismo haya ganado las editoriales y columnas políticas de la prensa del imperialismo europeo y sus agentes. Todos ellos saben que el triunfo de Syriza podría poner en jaque los planes de la Unión Europea de austeridad y ajuste contra la población griega y de toda Europa. Por eso intentan de todo para evitar un triunfo de Syriza. Pero hasta hoy no han logrado cambiar el hecho de que esa fuerza de izquierda siga primera en las encuestas frente al ocaso del actual gobierno derechista de Grecia y a los partidos del ajuste, que pierden cada vez más apoyo social.
En el congreso de Syriza del 3 y 4 de enero, su líder Alexis Tsipras afirmó: «Pondremos fin al absurdo económico y social de los memorandos y la austeridad». Esa y otras definiciones son la expresión concreta de las ganas de cambio del pueblo griego, que ya no quiere soportar más penurias ni la entrega de su país a los pulpos del capitalismo y el sistema financiero europeo.
Los trabajadores y la juventud de Grecia han peleado muy fuerte estos últimos años contra el intento de saqueo y vaciamiento de su país dictado por la UE y Alemania. El posible triunfo de Syriza será la consecuencia, en el terreno político-electoral, de esas luchas populares.
Desde el MST-Nueva Izquierda queremos expresar nuestro respaldo a Syriza y al pueblo griego en esta decisiva batalla electoral. Porque su triunfo abrirá una nueva situación positiva para los trabajadores y el pueblo. Seguramente habrá contradicciones, problemas y debates al interior de Syriza y toda la izquierda. Habrá mucho por hacer y veremos hacia dónde irá la situación.
Pero en esta contienda concreta se está con Syriza o con los candidatos de la austeridad y el ajuste. Por eso nuestro diputado y candidato a presidente, Alejandro Bodart, viaja una vez más a Atenas para estar presente este domingo 25 y llevar nuestro apoyo a Syriza y sus candidatos.
Para nosotros, el ejemplo de Syriza es la demostración práctica de que la izquierda, cuando logra unidades amplias poniendo por delante los acuerdos, puede ser opción de gobierno. Creemos en esa necesidad de construir grandes unidades desde la izquierda política y social, debatiendo a su interior todo lo que haga falta.
Contrario a esta necesidad de los trabajadores y pueblos, en nuestro país el Frente de Izquierda y el PO de Altamira no apoyan a Syriza sino que se dedican sobre todo a criticarla. Su lógica sectaria los lleva a rechazar la formación de unidades amplias que permitan disputar el poder. Es el método de una izquierda vieja, dogmática y testimonial que no se juega a gobernar.
La situación de Grecia y un posible triunfo de Syriza alentarán aún más la posibilidad de un futuro triunfo de Podemos en las elecciones españolas de este año. Podemos es el otro fenómeno político surgido en Europa. Al calor del movimiento de los indignados y ubicado a la izquierda de los viejos partidos de España, Podemos viene poniendo en crisis a los partidos del régimen pos franquista. Y aun con sus diferencias, Syriza y Podemos muestran la potencialidad de la izquierda y que en medio de la crisis capitalista global sectores masivos buscan cambios a izquierda.
Por eso desde el MST apoyamos la pelea electoral que están dando ambas formaciones, más allá de los matices y diferencias que podamos tener con ellas. Romper con el método de una vieja izquierda es precisamente saber priorizar las coincidencias y a la vez debatir las divergencias. Y este método de construcción vale en nuestro país y en todo el mundo.
Pronto sabremos si finalmente Syriza logra ganar las elecciones y formar gobierno. Si es así, se abre una nueva etapa política, dinámica, apasionante y difícil. Se colocará como un tema central el drama de la deuda externa griega, deuda que debería ser auditada para demostrar su ilegitimidad, y que lo legítimo es cumplir con el pueblo trabajador y sus necesidades.
Ese desafío tendrá que asumir Syriza si es gobierno. Y también muchos otros. ¿Podrá soportar todas las presiones que vienen? ¿Asumirá la necesidad de profundos cambios apoyados en la movilización popular? La realidad dirá hacia dónde irá la situación y qué respuestas se vayan dando. Hoy la tarea de toda la izquierda es ayudar a que este cambio político tan necesario se concrete y Grecia amanezca el lunes 26 con un triunfo de Syriza. Por eso allí estaremos, acompañando esa batalla. ¡Vamos, Syriza!