El impactante triunfo de Syriza en Grecia ya repercute en Europa y el mundo. Se siente en las calles de Atenas, en la Puerta del Sol con Podemos y en tantas ciudades que viven un nuevo impulso a la lucha y a las posiciones de izquierda. El efecto Grecia comienza a tomar temperatura y hasta gobiernos y políticos del sistema tratan de no aparecer chocando contra este fenómeno, mientras el mismo torrente de entusiasmo a la vez alienta a los pueblos a buscar salidas similares y eso pone histérica a Merkel y a la troika.
Nuestro partido, hace años mantiene relaciones fraternas y solidarias con Syriza, acompañamos su proceso de ascenso recibiendo a Tsipras y otros dirigentes como Costas Ysichos en Argentina y yendo a visitarlos en las elecciones 2012 cuando estuvieron a punto de ganar. Y ahora, también fuimos a acompañarlos a través de Alejandro Bodart, quien el 25 de enero estuvo en Atenas junto a ellos, haciendo concreto nuestro apoyo internacional junto a Thiago Aguiar del MES/PSOL de Brasil. Para todos nosotros el triunfo de Syriza es el hecho más positivo de los últimos tiempos por diversas causas y abre una nueva situación, inédita y apasionante.
Grecia comprueba, que de la crisis capitalista global no se sale con recetas de austeridad sino que hay otro camino, la búsqueda de millones por un rumbo de verdad progresista y de izquierda. Syriza también visibiliza la posibilidad concreta, de que la izquierda si es amplia política y organizativamente puede llegar al gobierno y comenzar a cambiar la realidad a favor de las mayorías populares. Le da un golpe certero a quienes difunden la idea del “no se puede”. El ejemplo de Syriza confirma que sí se puede ser opción de poder y abrir procesos positivos por izquierda que conmocionen y transformen el status quo imperante.
Qué proyecto, para ser gobierno
Al interior de la izquierda y el movimiento popular, el ejemplo griego hace más clara y visible una propuesta que venimos haciendo hace tiempo; para ser opción desde la izquierda, hacen falta grandes alternativas que bajo la forma de partido común, movimiento político unitario o frente a largo plazo, pueda aglutinar diversas corrientes y tradiciones de izquierda, bajo un programa común y un constante ir y venir de posiciones diversas que puedan debatirse libremente mientras se convive democráticamente dentro de la misma organización común.
Para llegar donde está hoy, el partido Syriza se construyó bajo la convivencia de corrientes de izquierda de culturas y orígenes diversos: ex comunistas, maoístas, trotskistas, ecosocialistas, nacionalistas de izquierda, referentes sociales y sindicales. Hay en Syriza agrupamientos internos de posiciones de izquierda algo más moderadas y otros más radicales con un peso en ascenso, al calor de la incorporación de nuevos componentes al partido. Todos opinan y son parte, de esta fuerza política común de carácter anticapitalista. Se ganaron el apoyo de millones y se abrieron paso, entre la debacle de los viejos partidos y el viejo régimen de la austeridad y la troika.
Un golpe al posibilismo y a la socialdemocracia
Con el cambio en Grecia otras concepciones se derrumbaron como castillo de naipes. El posibilismo en primer lugar, el no se puede, el argumento falaz de que no hay relación de fuerzas. Todo ese andamiaje funcional a no cambiar nada quedó mal parado. Cuando las masas quieren y ven una alternativa sí se puede y ya no hay dudas. Se debilita la inacción del pesimismo, el propagandismo y las visiones reformistas. Y el viejo y nocivo aparato socialdemócrata sufrió una paliza histórica, su partido, el PASOK, cayó al 4% mientras otros líderes de la socialdemocracia europea se preparan para lo mismo en países vecinos. Grecia muestra que es la hora de la izquierda, de los grandes cambios y transformaciones. La crisis del capitalismo imperialista pone blanco sobre negro qué rumbo tomar; y ahora tenemos la posibilidad de ver en concreto, que se puede optar por un camino a izquierda, difícil, complejo, pero posible.
Apoyemos a Syriza y los cambios que vienen
Menos de dos semanas van, desde la conformación del gobierno que encabeza Alexis Tsipras y ya hay varios debates en curso. De arranque, por faltarle tan sólo dos diputados para lograr mayoría propia, tuvo que aceptar el apoyo de una pequeña fuerza nacionalista, que no es de izquierda pero tiene algunos puntos de acuerdo con Syriza como la oposición a la troika y a la deuda. Así se logró que Tsipras jure como primer ministro. Obviamente, no sin debates y dudas tanto dentro de Syriza como en la izquierda en general. Aunque se llegó a este punto por la capitulación a la troika del Partido Comunista griego (KKE) que le negó el apoyo a Syriza, teniendo más diputados que la fuerza que finalmente aceptó el acuerdo. Esta realidad colocó la disyuntiva de un acuerdo con el partido Griegos Independientes o nuevas e inciertas elecciones, y se optó por el acuerdo. Habrá que ver a mediano plazo si el mismo condiciona o no al gobierno o lo fuerza a un rumbo distinto.
Además, la negociación por la deuda con la troika y los países centrales europeos es el otro tema central. Syriza dice no aceptar los acuerdos previos firmados por el gobierno de Samaras y hasta ahora en esa posición se mantiene, mientras pidió negociar directamente con los países. Abogamos por una salida que fortalezca a Grecia priorizando la deuda interna con el pueblo, como base de cualquier negociación que rompa el esquema del plan de austeridad.
Desde ya, partimos de un apoyo que no es sinónimo de idealización ni mucho menos. La realidad irá mostrando cada paso que dé Syriza y habrá cosas muy positivas, aciertos, errores. Acompañaremos su acción en temas importantes y posiblemente en algunos tengamos otra visión. Estamos ante un proceso y fenómeno nuevo y nada está escrito de antemano. Hoy compartimos la primera tanda de medidas sociales que se están tomando (ver columna de Bodart) sobre una ubicación política de apoyo al proceso junto al pueblo griego y la experiencia de Syriza. Desde allí apostamos a que se siga un curso progresivo y a izquierda, donde los trabajadores y la juventud griega ganen la calle y sean principales protagonistas de un cambio histórico.
El internacionalismo militante que nos guía, hoy surge evidente como necesidad concreta. En apoyo a Grecia y frente al curso de España y el posible triunfo de Podemos en las próximas elecciones. Queremos otro salto en la ruptura con la troika y los planes del imperialismo europeo. Hagamos llegar nuestro apoyo y sobre estas conclusiones, fortalezcamos en Argentina un proyecto de nueva izquierda. Así lo estamos haciendo desde el MST impulsando en todo el país la candidatura de Alejandro Bodart a presidente, tras el rechazo del FIT y otras fuerzas a la unidad que le propusimos. Los vientos de Grecia, más tarde o más temprano van a ir llegando. Preparémonos para esos momentos haciendo más grande una nueva izquierda.
Sergio García