La nueva AFI es como la vieja SIDE

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Una “disolución” que no es tal

Cristina anunció que disolvía la SIDE porque “no ha servido a los intereses nacionales”, es “una deuda de la democracia” y hacen falta “paradigmas diferentes”.
En efecto, aunque no es el único ya que cada fuerza armada y de seguridad tiene el suyo (1), la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) es el principal aparato de espionaje. La creó Perón en 1946. Funcionó siempre por leyes y decretos secretos, hasta que en 2001 se votó la Ley 25.520 de Inteligencia Nacional, que ahora Cristina busca reformar. En 2005 la SIDE pasó a llamarse Secretaría de Inteligencia (SI).
Gobierno tras gobierno, con miles de agentes, fondos reservados enormes y ningún control democrático, más que “servir a los intereses nacionales” la SIDE se dedicó a espiar a opositores y luchadores, tareas represivas y operaciones mafiosas. ¿Ejemplos?

* En el ‘75, un grupo de la SIDE al mando de Aníbal Gordon secuestró y asesinó a más de 20 delegados obreros en Villa Constitución.
* En la dictadura, actuó en el Plan Cóndor y manejó el centro clandestino de detención y tortura “Orletti”.
* Con Alfonsín, pagó a periodistas para ensuciar al PJ.
* Con Menem, aumentó 9 veces sus fondos, le pagó 400 mil dólares a Telleldín para embarrar la causa AMIA y renovó los contratos de varios represores de la dictadura.
* Con De la Rúa, pagó 5 millones de dólares en coimas al Senado para aprobar la reforma laboral antiobrera (Ley Banelco) y actuó en la represión del Argentinazo de 2001.
* Con Duhalde, infiltró a los movimientos de desocupados.
* Con los Kirchner, ascendió el poderoso Jaime Stiusso -amigo de la CIA y el Mossad- y siguió espiando a opositores y organizaciones sociales y demás “operaciones”.

Desde ya, aparte de espiar y armar carpetas para hacer aprietes, muchos servicios de la SIDE aprovecharon su rol secreto y toda la data así obtenida para montar agencias de seguridad u otro tipo de negocios privados, como Stiusso, el proxeneta Martins y tantos otros.
La oposición patronal critica al gobierno K, pero también tiene responsabilidad política por los desastres cometidos por la SIDE: la UCR gobernó dos veces, Massa tiene de asesor estrella al ex servicio “Juanjo” Álvarez y el caradura de Macri está procesado por escuchas ilegales, como su ex jefe policial “Fino” Palacios.

Cambiar algo para que nada cambie

El proyecto de Cristina que reforma la Ley 25.520 cambia las definiciones de inteligencia nacional e inteligencia interior: una ambigüedad peligrosa, que superpone tareas de investigación criminal que son de la justicia. Sube las penas al funcionario que contacte a agentes de la AFI sin pasar por el director o subdirector; también las sube al que pinche teléfonos o mails sin orden judicial (absurdo, porque como no hay control los servicios lo seguirán haciendo). Y hay otros cambios menores, pero ninguno de fondo.
Como explicó nuestro diputado Alejandro Bodart, “Lo distinto era abrir todos los archivos de la SIDE, separar a todo el personal y publicar sus listas, anular los fondos reservados y establecer un control por los organismos de derechos humanos y las fuerzas de oposición, incluso de las escuchas. Pero Cristina optó por reciclar lo viejo: siguen los mismos ‘servicios’, los mismos fondos reservados, la misma Comisión Bicameral que no controla nada y encima las escuchas pasan a Gils Carbó. En vez de hacer algo nuevo, como prometió, Cristina encubre la ex SIDE bajo otro nombre y mantiene al represor Milani en la inteligencia militar.”
La “deuda de la democracia” es otra: abrir todos los archivos secretos, disolver efectivamente la ex SIDE y todos los servicios de inteligencia, y destituir a Milani.

Ante la crisis, el PO propone… “que funcione la democracia” (burguesa)

Ante el tema Nisman-AMIA, el PO sólo reclama abrir los archivos pero rechaza una comisión investigadora independiente, a la que acusa de “distraccionista”. Así deja todo en manos de esta justicia, que en 21 años no hizo nada o encubrió. Pero si esto es funcional al régimen capitalista, más aún lo es su postura ante el tema SIDE-AFI.
“El PO, que plantea disolver los aparatos represivos y enjuiciar a sus jefes operacionales y políticos, rechaza en forma terminante que esto pueda ejecutarlo este gobierno o cualquier otro que responda a los intereses de la minoría capitalista explotadora que esos servicios protegen. La reivindicación de la disolución de esos aparatos debe formar parte de un planteo de conjunto que ponga su acento en la salida obrera y popular a esta crisis política -de lo contrario sería distraccionista”.(2) O sea, para Altamira, Pitrola, Ramal y todo el PO, exigirle al gobierno que disuelva la SIDE sería “distraer” porque “el único cambio posible es a partir de un gobierno de trabajadores”(3). En resumen, no hay que exigir nada hasta que gobierne Altamira…
¿Y qué proponen? “Una sesión abierta del Congreso, sin límite de tiempo, televisada en directo, para interpelar al gobierno, y a partir de ahí a todos los funcionarios que aparezcan implicados en la interpelación, opositores u oficialistas, incluida la Presidenta. Reclamamos que se ponga en funcionamiento la democracia que dicen reivindicar las fuerzas que sostienen al sistema económico y político actual.” Y piden que en esa sesión “se presenten todos los archivos de las fuerzas de espionaje desde el atentado de la AMIA hasta la fecha”.(4)
O sea, el PO no exige una comisión investigadora independiente ni disolver la SIDE hasta que Altamira gobierne, pero sí le pide al Congreso una sesión de ambas cámaras, ilimitada, televisada, para interpelar a los funcionarios K, incluida Cristina, y también a los opositores, y además ahí muestren todos los archivos secretos…
Más que fuera de la realidad, esto es oportunismo capitulador al régimen democrático-burgués. Ante la crisis política el Partido Obrero -que se dice trotskista- no plantea un programa de transición, como enseñaba Trotsky, sino la lamentable suma de un programa máximo (“gobierno de trabajadores”) y un programa mínimo (la sesión y “que funcione la democracia”), al estilo de la vieja socialdemocracia reformista.
No vamos a responder en esta nota la insólita calumnia de Altamira, de que «Alejandro Bodart se negó siempre a condenar el atentado» a la AMIA (5).
Pero sí invitamos a todos los compañeros y compañeras que votaron al PO-FIT a reflexionar sobre estos debates políticos.

Pablo Vasco

(1) El Ejército lo dirige el general César Milani, que viene del área de Inteligencia y está acusado por la desaparición de Ledo y otros tres colimbas. Para este año esa área tiene $ 450 millones. En la dictadura era el siniestro Batallón 601, con más 300 militares y 4.000 civiles, como Raúl Tarifeño que infiltró a nuestro partido en Neuquén. La Gendarmería armó el Proyecto X para espiar luchadores, entre ellos Vilma Ripoll. La Armada, la Fuerza Aérea, la Federal, la Bonaerense y demás policías también tienen sus servicios secretos.
(2) Comité Nacional del PO (25/1/15).
(3) Gabriel Solano (PO Nº 1348, 28/1/15).
(4) Ídem 2.
(5) Reportaje en la web lapoliticaonline

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