El 25 de enero de 2014 Mariela Bortot salió a caminar y no volvió. El principal sospechoso Jorge Orellano, ex policía, era guardia de los campos del Intendente y está libre. Sin embargo el intendente no se acercó a la familia y se enojó cuando allanaron su campo. La trama de mentiras y ocultamientos muestra un trasfondo que involucra a policías, a la justicia y al poder político. A un año de la desaparición, los vecinos marcharon para exigir justicia. Juntas y a la Izquierda estuvo presente y habló con Claudio, hermano de Mariela. Transcribimos sus reflexiones.
“Hay responsabilidad de la justicia. El fiscal Zucchiatti está errado. Investiga el entorno de mi hermana pero no el del imputado y oculta pruebas que nosotros conseguimos. No sigue la hipótesis de trata porque dice que no coincide con las características. Para mi no hay que descartar nada”
“Orellano participó, pero no solo. No investigan porque hay mucha plata de por medio. Los abogados del imputado son muy caros y el es jubilado. Es raro”
“El Intendente no nos apoyó, dijo que son hechos comunes que mucha gente desaparece y nunca la encuentran. Y cuando el fiscal lo citó a declarar no le avisó a mi abogado”
“Este no es el único caso en la provincia, pero el Gobernador tampoco se acercó. Sólo dieron la recompensa que es poco: 100 mil pesos para mi es un montón pero para la gente que está metida en todo esto es un vuelto”.
“Nosotros vamos a seguir luchando. Queremos el apartamiento del fiscal y que avance la investigación”