Pueblos Originarios: paren de matar a los QOM

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El último fin de semana Félix Díaz inició otra etapa de una lucha implacable. Otra vez acampe en la 9 de Julio, en CABA. La política racista, pro-sojera y etnocida del gobierno de Gildo Insfrán continúa desplegando toda su capacidad de hostigamiento en Formosa. El objetivo es muy nítido: quebrar la voluntad política de toda una comunidad y de su vocero público, para desarrollar una intensa ofensiva global sobre lo que queda de heroica resistencia originaria en el país.

El proceso de sojización requiere de territorio y avanza contra todo con la fuerza de la ley intrínseca del capital: la ganancia en expansión. Por lo tanto, no se detiene ante comunidades, bosque nativo, monte o lo que fuere. Habilitadas desde el poder político con impunidad judicial, con zonas liberadas y hasta con legislación que ampara el despojo, las corporaciones del agronegocio, sus terratenientes provinciales y “capangas” políticos como Insfrán van confiscando tierras a las comunidades originarias. Cuando decimos que “Roca vive” en las políticas de estado en materia de pueblos originarios nos referimos a esto: gobernadores feudales que acorralan poblaciones enteras, y un poder político nacional que hace “cómo que no ve”. Esa división de tareas perversa es la que cuestiona Félix Díaz y el pueblo QOM como síntesis de todas las nacionalidades oprimidas por el estado capitalista etnocida.

#YoBancoAFélixDíaz

Desde la izquierda asumimos un compromiso ante la coyuntura y formulamos una propuesta global para el reclamo histórico de las comunidades. En lo inmediato hay que bancar este reclamo y rodear de solidaridad la pelea de Félix, los QOM y todas las comunidades con las cuales nos ubicamos en la misma trinchera contra el “progreso capitalista” depredador y confiscatorio que no es nuestro modelo: el agronegocio, el fracking, la megaminería. Nada de eso tiene que ver con el desarrollo alternativo que imaginamos. Hay que terminar con el desmonte y la sojización. Nuestra propuesta es un modelo de agricultura de proximidad, con reforma agraria y el campo recolonizado pensando en una relación integral con las ciudades y el derecho social a la alimentación. Prohibir toda forma de producción que explote bienes comunes con lógica depredatoria. Y por supuesto, siempre integrar el derecho a la autodeterminación de todas las nacionalidades, incluyendo las comunidades originarias. No hacen falta ni megaminería, ni fractura hidráulica. Hay un modelo posible no-capitalista, democrático autodeterminado de abajo hacia arriba por las mayorías. Esa es nuestra perspectiva. Y claro: justicia histórica y presente para nuestros pueblos originarios. Solamente una nueva izquierda como la que estamos desarrollando en todo el país puede integrar a su visión político-social estas banderas.

M. R.

FélixDíaz


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