El 25 de junio hay elecciones en ATE en todo el país y nos encuentra a los trabajadores estatales en un cruce de caminos. Por un lado un ajuste creciente que castiga nuestro nivel de vida, con un horizonte de agravarse más allá del cambio de gobierno. Y por el otro nuestra organización cruzada por una crisis importante justamente cuando necesitamos la mayor fuerza y unidad para movilizar. Es por ello que los dirigentes y activistas de nuestra agrupación nacional, de cara a un próximo plenario que realizaremos y en función de las conversaciones abiertas con muchos compañeros y sectores, queremos hacer una primera reflexión.
Estamos soportando no sólo la crisis capitalista internacional y el fracaso del modelo K, sino la decisión política de hacérnosla pagar a nosotros. El ajuste se siente con recortes salariales vía la inflación, la discriminación en las asignaciones y el regresivo impuesto al sueldo. Los estatales somos los que más depreciados tenemos nuestros ingresos y los que más sufrimos la precarización. Dependamos de la nación, provincias o municipios, todos vivimos con sueldos bajos, mucho más de la mitad en planta transitoria o con contratos precarios que generan malas condiciones laborales con desgaste prematuro. Con una canasta básica superior a los $12.000 tendríamos ya que estar en un gran plan de lucha para lograr un aumento general actualizado automáticamente y pase a planta de todos.
Por supuesto que es clara la responsabilidad del gobierno nacional y los provinciales. Ya que no invirtieron cuando entraba plata y ahora nos ajustan. Pero también de los gobiernos previos. Más de tres décadas de ajuste, precarización y privatizaciones. Muchos de estos personajes que integraron esos gobiernos hoy abonan a la oposición de derecha que se propone como recambio a los K. por lo que seguramente este panorama va a seguir agravándose, sea con Macri, Massa, Cobos, etc.
Por eso tenemos que volver a ganar las calles y hacer visibles nuestras demandas para que se sientan con fuerza. No podemos seguir con paros aislados, sin organizar y unificar los reclamos.
Necesitamos fortalecer y democratizar nuestro sindicato
Para estas peleas que se vienen necesitamos fortalecer nuestro sindicato y las elecciones deben servir para abrir este debate. ATE es el principal gremio del estado pero hoy atraviesa una grave crisis que coloca la necesidad de producir cambios profundos. Por un lado porque el sector afín al kirchnerismo no sólo ha decidido dividir sino restarle todo apoyo a los reclamos de los nacionales para no chocar con el gobierno de Cristina, como sucede en el Hospital Posadas. Desde ya partimos de rechazar este sindicalismo funcional a los gobiernos que deja solos a los trabajadores. En las juntas internas y seccionales donde el sector kirchnerista tiene mayor arraigo, seguramente hay compañeros que honestamente quieren pelear y los invitamos a luchar juntos, a apoyarnos mutuamente en cada reclamo y por una alternativa de cambio, más allá del divisionismo de los dirigentes.
Por otro lado, la crisis de ATE también se produce porque la conducción actual no ha sabido responder bien a esta situación. Encerrándose sobre sí misma, no abre un debate profundo y medidas coordinadas con todos los sectores gremiales y políticos que hacemos parte del gremio. De ese modo, se ha venido debilitando la intervención en las luchas y movilizaciones. Hoy es un hecho la división de ANUSATE en dos probables listas en pugna por el control del aparato. Son miles los activistas que son presa de la confusión o se alinean en uno u otro sector en la búsqueda de un camino para salir de la crisis.
La dispersión de las agrupaciones de la izquierda sectaria sin voluntad alguna de bregar por la unidad, lamentablemente tampoco muestran una salida que no sea una o más listas testimoniales.
Desde Alternativa estatal bregamos por abrir un profundo debate en el camino de lograr un polo de unidad para cambiar el rumbo de nuestro sindicato y construir una ATE democrática, independiente de los gobiernos y apta para la lucha.
Reformar los estatutos
Necesitamos una ATE democrática. Donde realmente mande la asamblea, en cada lugar de trabajo, los plenarios de delegados donde se traigan los mandatos de asamblea, donde se incorporen proporcionalmente en las directivas y los congresos, todas las corrientes de opinión de acuerdo a los votos logrados. Hay que terminar con la lista completa, donde el que gana “conduce” y el que pierde “acompaña”, que resta fuerza y pone en riesgo de división al gremio. Se necesita la mayor unidad en la diversidad. La ATE que surja de las elecciones del 2015 tiene que contener distintas expresiones y agrupamientos. La crisis de la Verde no puede seguir trasladándose al conjunto ni paralizando ATE. Para ello hay que modificar los estatutos.
Necesitamos una ATE verdaderamente autónoma de todos los gobiernos y sus medidas.
Necesitamos una ATE para la lucha. Que se ponga al servicio de todos los conflictos y sea su prioridad coordinarlos y unificarlos. Y que apoye a fondo el desarrollo de una CTA autónoma, democrática y combativa, bregando por la unidad de todo el movimiento obrero.
Necesitamos una ATE que ayude también a forjar una alternativa política unitaria de los sectores populares y la izquierda política y social.
Necesitamos abrir una nueva etapa en ATE. Para ello llamamos a los activistas y delegados a desarrollar este debate y a conformar un polo que dispute por estos puntos programáticos en las próximas elecciones.
Alternativa Estatal Corriente Sindical del MST